Halos Solares, regalos en el cielo de estos días

La semana pasada un evento celeste sorprendió a muchas personas, en varios lugares de Cuba y también en la península de La Florida. Se observó, un círculo brillante alrededor del Sol, que asombró a unos y quizás, hasta con un poco de alarma, a otros. Sin embargo, se trataba de un fenómeno natural, no muy frecuente, llamado Halo Solar.

Pero no contenta con eso, la Naturaleza nos tenía reservada otra sorpresa, porque el pasado viernes 8 de mayo, nos regaló otro espectáculo todavía más raro y mucho menos frecuente: un Halo Doble en el Sol, aunque sólo pudo verse en algunos lugares.

Esta presencia inusual, varias veces en la semana y en un área terrestre más o menos extensa, ocurrió debido a la persistencia de un flujo de nubes Cirroestratos sobre nuestra zona geográfica, nubes impulsadas por fuertes corrientes aéreas a 10 – 12 kilómetros de altura. En la imagen del satélite del pasado viernes 8 de mayo puede observarse la banda de Cirrosestratos cruzando por el occidente de Cuba, que en este caso fue algo más densa que lo usual, lo que permitió que se pudiera apreciar el Halo Doble, y después, con nubosidad algo menos densa, el Halo Doble desapareció, quedando por un buen rato el halo principal.

Durante los siguientes dos días, la banda de cirroestratos se movió al Este, y el domingo 10, Día de las Madres, se hizo nuevamente presente un Halo Solar a las 12:27 pm, pero ésta vez en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, mostrado muy bien en fotografías que he recibido.

Les propongo desentrañar los secretos del Halo en los párrafos siguientes.

El Halo no es un fenómeno astronómico, sino de índole meteorológico-óptico. Es algo que resulta bonito, interesante, pero hay que decir que no tiene ninguna otra connotación, a no ser que a veces precede a sistemas de lluvia.

El Halo se forma en unas nubes que ocurren en las capas atmosféricas altas, a unos 10 a 12 kilómetros de altura. La temperatura usual en esas capas es de -60 a -65 ºC, por lo que no puede existir agua ni en su forma líquida ni en vapor. Por ello, esas nubes están compuestas por pequeños cristales de hielo que quedan suspendidos en la atmósfera.

Las nubes tienen nombre y apellido, un tema interesante que en otra oportunidad podremos abordar en estas páginas. Así que les diré que esas nubes que se forman tan alto, en la parte superior de la llamada tropósfera, donde ocurren los fenómenos del tiempo, pertenecen a la familia llamada Cirrus (o Cirro, en castellano, pues sus nombres están en latín). Son finas estructuras de cristales de hielo, nubes por tanto muy finas, tanto que generalmente no obstaculizan el cruce de la luz solar. En el caso que ahora nos ocupa, estas nubes son los Cirros más densos, que se presentan en forma de una fina capa, estratificados, a los que se les llama Cirroestratos.

Estas nubes, como ya conocemos, están compuestas por pequeños cristales de hielo. El hielo es agua congelada, es decir, en estado sólido. Se reconoce inmediatamente por su temperatura, su color blanco níveo, su flotabilidad y por ser muy frío al tacto. El agua pura se congela a 0 grado Celsius cuando se halla sometida a una presión de una atmósfera. El hielo común, llamado por los químicos “Ih”, presenta en sus cristales una estructura hexagonal, o de seis lados, en la que cada átomo de oxígeno de una molécula de agua tiene otros cuatro átomos de hidrógeno como sus vecinos más próximos, los que están situados en los vértices de un tetraedro regular, y en el centro, el átomo de oxígeno.

Tenemos entonces presente en lo alto la capa de nubes Cirroestratos, la luz del Sol atravesando dicha capa y el Astro Rey situado próximo al cenit, o sea, en lo más alto de la esfera celeste. Con esas condiciones, cada uno de los pequeños cristales hexagonales de hielo de la capa de nubes se comporta como un prisma y refracta la luz solar, como aparece en la siguiente gráfica.

Gráfico 1
Cristal hexagonal de hielo y refracción (o desviación) del rayo de luz solar que lo atraviesa.

De esta forma, para el observador terrestre, se conforma un círculo brillante alrededor del Sol, hasta con bordes multicolores, como un pequeño arcoíris. A ese fenómeno se le llama Halo de 22º, medida del ángulo que se forma si Ud. apunta al Sol con un brazo, y al círculo con el otro brazo. Ese es el ángulo en que se desvía, o refracta, la luz solar en el pequeño prisma en que se ha convertido el cristal de hielo.

¿Y el Halo Doble?  Bueno, el Halo Doble es aún mucho más raro de observar. Pueden considerarse privilegiados los que en Cuba lograron verlo el pasado viernes 8 de mayo.

Para que ocurra un Halo Doble tiene haber una densidad mayor en la capa de nubes Cirroestratos, que esta sea de mayor espesor. En ese caso, parte de la luz sol en algunos cristales de hielo, se desvía o refracta también en otra dirección, por lo que se forma otro Halo, en este caso externo.

Si procedemos a efectuar la misma operación que vimos anteriormente usando los brazos, en este caso vemos que el ángulo formado tiene 46º. Este Halo Doble es de poca duración, pues cuando el grosor de la capa de nubes disminuye, desaparece.

El Halo externo es más tenue que el halo principal de 22º, porque hay menos cristales situados en posición tal, respecto a los rayos solares, para refractar la luz en 46º. Es por ello, además, el Halo de mayor ángulo no se observa en todos los lugares donde es visible el fenómeno, y de observarse, es por poco tiempo, como sucedió en Cuba el pasado viernes.

Gráfico2
Muestra cómo una persona observa el Halo Doble, debido a la doble refracción de la luz solar en los cristales hexagonales de hielo, en 22º para el círculo interno y 46º para el externo.

Algunas recomendaciones para cuando se presente de nuevo el fenómeno del Halo

Nunca mire el Sol directamente, porque puede afectarse para siempre la retina de sus ojos. Igualmente, tenga mucho cuidado con apuntar su cámara al Sol, puede también dañar definitivamente el sensor.  Lo mejor es situar un obstáculo, rama de árbol, poste, y tapar el sol con él. Sólo haga una foto completa en la que aparezca el Sol, si Ud. es capaz de actuar extremadamente rápido, con sólo una pequeña exposición en la dirección del Sol.

Otro dato curioso

Los Halos Lunares también son posibles, solo que estos son aún mucho más raros. Para que ocurran, por lo general, la luna debe estar en su fase de Luna Llena y en lo alto, también próxima al Cenit. Lo de raro, está acentuado porque de noche por lo general no muchas personas miran arriba para percatarse de la existencia del Halo.

Por tener la Luna menos luminosidad que el Sol, no se presenta el Halo doble, sino sólo el de 22º. Además, puede Ud. mirar la Luna directamente y fotografiarla cuanto lo desee, sin ningún temor. Por su escasa luminosidad, La Luna no tiene los peligros de mirar el Sol.

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