La Fiesta del Vino, un regalo al Hotel Nacional en su 95 aniversario

La XXIV Fiesta Internacional del Vino se ha celebrado exitosamente, justo cuando el Hotel Nacional de Cuba celebra su aniversario 95 –inaugurado el 30 de diciembre de 1930. De ahí que Excelencias entrevistara, en exclusiva, a quien es parte de ambos acontecimientos, Deivid Silva Alfonso, director Comercial del hotel y uno de los principales artífices de la Fiesta…
¿Qué ha significado para el Hotel Nacional haber sido gestor de la Fiesta del Vino y su sede en todas las ediciones?
Para nosotros, este es el evento más importante del año. Aquí pasan disímiles eventos, casi todos los días, y se realizan diversos tipos de actividades; este es un hotel que se llena de visitantes, muchos que no están ni siquiera alojados, pero que acuden justamente por motivos relacionados con los diferentes eventos que suceden acá, es decir, nos genera un flujo de personas y un volumen de operatividad bastante grande.
Acostumbramos a decir que este es el termómetro de La Habana y de Cuba, porque todo lo que sucede y acontece en La Habana, de una forma u otra, bien sea por alojamiento, o por un evento o por una visita, siempre toca a un pedacito del hotel como parte de ese termómetro de la capital. Y, entre tantos eventos, solamente tenemos uno que organizamos 100% nosotros mismos: ese único, es la Fiesta del Vino.
La iniciamos por los años 2000, y desde entonces se ha convertido en un encuentro en el cual hacemos gala de todo nuestro servicio, nuestro nivel de organización y, precisamente, por hacerlo nosotros mismos, nos apasiona y tratamos de organizarlo cada vez mejor.
Asimismo, tratamos de que sea más amplio, si bien el vino es el que une a todos los participantes, alternamos al maridar el vino con expresiones de cubanía, porque es el Hotel Nacional de Cuba. Por ejemplo, maridamos el vino con el Habano, un exponente que nos distingue en nuestra identidad, de hecho, la mayoría de los visitantes nos solicitan, de una manera u otra, tener contacto con esta expresión.
Se extiende a la gastronomía, tal como aconteció en la innovadora armonía de tapas y de coctelería con base a vino, que se realizó en esta edición, de manera de ampliar un poco más el alcance que tenga el vino, sobre todo, el vino que nos une en cuanto a sociedad, en cuanto a las personas que muchas veces hace rato no vemos y nos encontramos aquí siempre motivados por la Fiesta...
Más allá de lo gastronómico, que es también una expresión cultural del país, conseguimos que la música sea igualmente un espacio para acompañar al vino: lo unimos con el danzón a través de la Orquesta Faílde que se presentó, una vez más, en la clausura de esta edición XXIV; acompañamos las rondas de negocios con destacados instrumentistas y, este año, además, tuvimos el concierto de la Orquesta Compay.
El vino se extiende allende el Salón 1930, lleva su alcance más allá de la enología y más allá del Hotel Nacional de Cuba, es por eso que, para nuestros trabajadores, la Fiesta del Vino es el evento que más nos distingue, que más nos identifica y en el que ponemos toda la pasión en el nivel de organización que conlleva.
¿Qué aspectos de la Fiesta del Vino resaltaría como los de mayor impacto para el mundo del vino en Cuba?
Desde el punto de vista de Cuba, le comento que este año, dado el escenario económico que estamos viviendo, y que aquí desde la propia operatividad lo hemos sentido, teníamos dudas de cómo celebrar la Fiesta del Vino, de qué nivel de importancia le íbamos a dar, y el Director, Luis Miguel Díaz Sánchez, con una simple frase nos despejó todas las dudas: “estamos en el 2025, cuando el hotel cumple 95 años, a pesar del contexto en que nos encontramos, por el Hotel Nacional de Cuba y por su 95 aniversario, no podemos dejar de hacer la Fiesta del Vino”.
Eso nos motivó y ayudó y, sobre todo, cuando transmitimos ese mensaje a las bodegas, estas coincidieron en que, para el 95 cumpleaños del hotel, la Fiesta… no se podía dejar de hacer. Vale aclarar que este año la organizamos con muy poco tiempo de antelación, prácticamente en septiembre iniciamos el proceso que siempre hacemos desde el principio del año; sin embargo, la respuesta fue muy positiva, tanto que en 2025 tuvimos más participantes y más invitados que el año pasado, y el programa de actividades estuvo mucho más cargado en contenidos de actualidad y de alto nivel profesional que el de otras ediciones. Además, el alcance y difusión de esos contenidos ha sido mucho mayor, sobre todo por el apoyo que hemos tenido de la revista Excelencias.

Quisiera destacar la cubanía que le aportamos; esta Fiesta del Vino se hace con emociones y los únicos que transmiten las emociones son las personas que hacen posible que todo salga, no son las copas ni las botellas. Con esas emociones es que hemos logrado este año unir a una genuina representación del mundo vitivinícola de Cuba, en muy poco tiempo y en un escenario mucho más adverso que las 23 ediciones anteriores.
Quienes han hecho posible que la Fiesta del Vino creciera de esa manera son las bodegas, los participantes, los sommeliers, todos los que, con su aporte, han contribuido a que este evento, al igual que muchos otros, se mantengan, porque si los dejamos caer nadie nos lo va a levantar.
Nosotros mismos somos los que tenemos que tomar esa bandera, echar para adelante y mantener vivo todo lo que es tradición, cubanía y todo lo que es expresión de la cultura cubana. Entonces ya, dicho esto, puedo concluir que esos son los elementos que yo destacaría como más trascendentes, como país, de este evento y en particular de esta edición.
¿Puede adelantar algo sobre las perspectivas para la próxima edición?
Sin dudas, la XXV Fiesta Internacional del Vino será especial, pues será un número cerrado, y está programada del 30 de septiembre al 2 de octubre de 2026.