Un reclamo de viajeros: conocer el insospechado mundo de los habanos

Clasificación de destinos y marcas de los puros Premium más reclamados en el mundo por fumadores exigentes y coleccionistas, se suma al reclamo de muchos viajeros que llegan en la actualidad a este país, por tanto aquí va una aproximación a ese interesante mundo agroindustrial.
Un complicado mercado acoge cada año a los habanos, esos puros Premium, o hechos a mano, considerados los mejores de su tipo en el mundo. Una clasificación comercial que abarca más de 150 países de todas las latitudes.
Dicha espiral, siempre creciente, al parecer ignora las restricciones anti-fumadores en busca de favorecer la salud humana. Los aficionados a los puros, en particular a los habanos, están siempre dispuestos a buscar la mejor marca o vitola existente.
Se trata de un mundo sibarita, que incluye viajes de incentivo para muchas personas que persiguen, donde sea, esa posibilidad de fumador y, por supuesto, el viaje a La Habana, Cuba, es como la Meca para los musulmanes, cuando obliga por devoción a peregrinar, al menos una vez en la vida a ese lugar.
DESTINOS Y MARCAS
Sin embargo, algo que muchos fumadores incluso desconocen, es el entramado alrededor del comercio de estos cigarros, que incluye una bien sustentada red de distribuidores en exclusiva de este producto y la muy elitista franquicia La Casa del Habano, representada de igual manera en todo el Planeta.
Como meollo de este comercio, aparecen más de 34 marcas y unas 400 denominaciones alrededor de los habanos que para su eficiente comercialización tienen sus subdivisiones, algo que todo fumador debe conocer para lograr una compra ideal.
Mundo mágico y complejo que aparece en cuatro divisiones. Si bien es cierto que a los efectos reales de la compra por parte del turista, todo es mucho más sencillo, es curioso tener en cuenta algunas estructuras que la propia corporación internacional Habanos S.A. comentó en su momento.
1.- Marcas que encontrará por todo el mundo: Cohiba, Hoyo de Monterrey, Montecristo, Partagás, Quintero, y Romeo y Julieta.
2.- Marcas de especialidad: Cuaba, San Cristóbal de La Habana, y Trinidad.
3.- Marcas que encontrará en muchos países: Bolívar, Fonseca, Guantanamera, H.Upmann, José L. Piedra, Punch, y Vegas Robaina.
4.- Marcas que encontrará solo en algunos países: Belinda, Cabañas, Diplomáticos, El Rey del Mundo, Gispert, Juan López, La Flor de Cano, La Gloria Cubana, Los Statos de Luxe, Por Larrañaga, Quai D´Orsay, Rafael González, Ramón Allones, Saint Luis Rey, Sancho Panza, Troya y Vegueros.
Y, por supuesto, los Habanos responden a una Denominación de Origen (D.O.) ineludible, tal y como lo certifican oficialmente.
En este aspecto, la D.O. es un signo distintivo que forma parte de los derechos de propiedad industrial conjuntamente con las marcas. “No es más que el nombre en virtud de lo que describe el Arreglo de Lisboa para la protección internacional de la D.O.”, aclaran.
Según este Arreglo la D.O. es el nombre de un lugar, país, localidad, o región, donde existen factores naturales y humanos que hacen a los productos procedentes de allí diferentes de sus similares; y un ejemplo significativo lo es el Habano.
El concepto de D.O. como elemento legal vinculado a un producto data del siglo XIX en Francia. Cuba desde 1967 registró 18 D.0., que van desde las más aglutinadoras o amplias como es “Cuba”, “Habana”, “Vuelta Abajo” y “Vuelta Arriba”, hasta las más microlocalizadas, como “El Corojo”, “Cuchillas de Barbacoa”, entre otras.
Marcas que encontrara por el mundo
Para la primera clasificación comercial, la líder y más conocida es Cohiba, casi mítica.
Esos puros aparecieron en 1966 de forma casual, cuando un escolta del líder cubano, Fidel Castro, le trasladó unas vitolas elaboradas por un torcedor amigo suyo.
Entonces Celia Sánchez, heroína de la Revolución Cubana, muy cercana al mandatario, propició la creación de la industria como tal en El Laguito, área protocolar de la periferia oeste capitalina, donde aún se encuentra.
La calidad de ese tabaco fue tal que el presidente comenzó a obsequiarlo a diplomáticos y otras personalidades y, por supuesto, a fumarlo él mismo hasta que abandonara ese hábito.
En 1982 fue vendida la marca por primera vez en España con tres vitolas: Lanceros (la que propiamente fumaba Fidel Castro), Coronas Especiales y Panetelas, y siete años más tarde aparecieron los Espléndido (el más elitista propiamente), Robusto y Exquisito, teniendo todos ellos gran aceptación.
Para 1992 se preparó la línea Siglos de Cohiba, por los 500 años del encuentro entre dos culturas (España y América) con los Siglo I-II-III-IV y V, para completar una gama tradicional de 11 vitolas, que luego completaron con el Siglo VI, de mucho realce y otras especialidades como el Behike.
Sus humos y aromas se corresponden con una famosa tercera fermentación, que otorga al puro la exclusividad y por lo tanto lo convierte en un producto único. A este peldaño, por supuesto, también le llevan la calidad de las hojas y la maestría de los torcedores.
En la lista aparece un no menos importante puro, Hoyo de Monterrey, que debe su origen a la plantación del mismo nombre en la región occidental cubana de San Juan y Martínez, en plena zona de Vuelta Abajo. Una plantación de las denominadas Vegas Finas de Primera donde aún se observa la inscripción de Hoyo de Monterrey. José Gener. 1860.
Fundada por el catalán José Gener empleó por primera vez ese nombre para su vega en 1865. Siempre fue un producto de sabor suave en la ligada y una opción muy atractiva, tal y como lo reseñan los expertos catadores.
Destacan en esta marca la Doble Corona y los Epicure No.1 y No.2, aunque también resaltan los calibres finos y medio.
Por su parte, y sin demeritar a los demás Habanos, Montecristo es un verdadero grande entre los grandes, hasta el punto que varias publicaciones lo mencionan entre sus listas en los primeros lugares.
El Montecristo A, por ejemplo, constituye la joya de la corona de esa marca para muchos fumadores expertos, y para los principiantes estos puros aparecen entre sus devociones.
Creada esta marca en 1935 por el asturiano Alonso Menéndez, su nombre precisamente se inspiró en la novela homónima de Alejandro Dumas. Este emprendedor comerciante español, adquirió experiencia en Estados Unidos, en las plantaciones tabacaleras de Florida y a su regreso a La Habana crea Montecristo.
Menéndez se asocia con otro asturiano, José García, y así nace la sociedad Menéndez, García y Cía. Con fabricación en la planta H.Upmann, cuenta con hojas de Vuelta Abajo (Pinar del Río) y representa un Habano fuerte, recio y bravo, como lo califican los expertos.
En su vitolario aparecen: Joyitas, Montecristo A, Montecristo B, Montecristo Especial No.2, Montecristo No.1, Montecristo No.2, Montecristo No.3, Montecristo No.4 y Montecristo No.5, entre otros.
Entonces, el verdadero nombre de los habanos Partagás, es Flor de Tabacos de Partagás y fue realmente en 1827 cuando comenzó su camino en hombros del español Don Jaime Partagás, quien compró vegas en las regiones de Vuelta Abajo y Semi Vuelta, las de más prestigio como productoras de tabaco (en la provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba).
En 1845 levantó su industria en una de las áreas céntricas de La Habana, donde precisamente se encuentra aún hoy la factoría de cuatro pisos y con una fachada digna de recordar.
La obra de Partagás no fue interrumpida pese a su muerte temprana en 1861 en los propios campos cubanos por un litigio comercial al dejarle de comprar tabaco a su amigo Pedro Mato.
Ello provocó, según historiadores, que le tendieran una trampa, pues el matón Pedro Cute se emboscó y disparó su trabuco.
Pero el éxito del español era tan rotundo que su muerte no eclipsó el producto sostenido hasta el presente.
Muchas y variadas son las vitolas que allí se producen, entre estas las 8-9-8, barnizadas y sin barnizar, Astorias, Charlottes, Chicos, Churchills de Luxe, Coronas, Culebras, Lonsdales, Lusitanias, Partagás de Partagás No.1, Petit Coronas, Presidentes, Royales y Serie D No.4, o la más reciente serie No.2
Los mercados fundamentales se encuentran en España, Francia y Benelux, aunque Partagás es conocida en muchas otras partes, incluido el Medio Oriente.
Estamos hablando de uno de los cigarros más representativos de entre los Habanos, junto a Montecristo y Hoyo de Monterrey, se colocan en la altura del gusto, sin contar las nuevas marcas que ya acaparan bien la atención de los fumadores.
Quintero constituye una marca muy interesante a partir de su fortaleza media y un precio asequible. Esta es una de las pocas marcas de la Isla que no nacieron en La Habana, pues su fundador resultó Agustín Quintero, quien se instaló en la ciudad centro-sur cubana de Cienfuegos.
De los puros que figuran en la gama de Quintero, comentan expertos, cuatro de ellos se elaboran con técnica manual con tripa corta, mientras una es el purito, maquinado. Reúne por tanto Brevas, nacionales, Panetelas y Londres Extra, además de los mencionados Puritos.
Y concluye la primera clasificación comercial la afamada marca Romeo y Julieta surgida en 1875 con raíz tan literaria como la obra del escritor inglés William Shakespeare.
Ese nombre aparece a nivel internacional en los primeros años del siglo XIX de la mano de Don Pepín Fernández, uno de los primeros productores en reconocer la relevancia de la anilla para los tabacos.
Y como nota curiosa, el en su momento premier británico, Winston Churchill fue devoto de esta marca, hasta el punto de bautizar a una de sus piezas mayores como Churchills. Equilibrada y aromática ligada compone una marca que mucho tiene de romance y clasicismo, habano clásico de sabor medio.
Pero la información sobre los habanos es mucha, pues además existen especialidades para coleccionistas, series numeradas, y otras novedades que periódicamente la corporación Habanos S.A., saca al mercado, con un fuerte impacto entre fumadores y turistas.
Solo hemos mencionado la primera gama, pues todo un libro puede prepararse con el resto de las marcas y vitolas, cada una con su vida propia.
Muchas personas no solo fuman habanos, o puros en sentido general, sino que buscan un buen regalo para cuando regresen a sus casas de un viaja a Cuba, de ahí que tener la información correcta es importante o simplemente consultar con los vendedores de la franquicia La Casa del Habano, que pueden orientar al consumidor.
No obstante, comprar un puro cubano no solo es un acto de placer, sino de cultura, pues resume cualquier pieza de este tipo toda una tradición acumulada en una significativa agroindustria.