Autos antiguos en Santiago de Cuba: Un viaje a través del tiempo

Redacción Exce…
21 August 2025 8:38am
Autos antiguos en Santiago de Cuba: Un viaje a través del tiempo

En Santiago de Cuba, los apasionados de los autos antiguos han encontrado un entorno singular para compartir su amor por estas piezas de colección. El club de “joyas rodantes”, bajo la dirección del entusiasta Leonardo Rodríguez Callejas, reúne a más de 40 aficionados comprometidos con la conservación y el mantenimiento de vehículos que son auténticas obras de museo. Desde un Ford de 1927 hasta un Chevrolet de 1953, estos autos no solo representan un medio de transporte, sino que son testimonios vivientes de la evolución del automovilismo en Cuba y el mundo.

Fundado hace más de tres décadas, este club se ha consolidado como un centro de encuentro donde la preservación del patrimonio y el intercambio cultural se entrelazan. Los miembros no solo se dedican a cuidar estos vehículos, sino que también ofrecen una ventana de aprendizaje a curiosos y visitantes, permitiéndoles acercarse y conocer la historia detrás de cada auto.

La autenticidad es un criterio esencial: para que un vehículo sea considerado como antiguo, debe tener más de 30 años y conservar al menos el 75% de sus características originales, abarcando el motor, la carrocería y el mobiliario interior.

Complementando esta devoción por el automovilismo, el Museo Nacional del Transporte, ubicado en el Parque Baconao, en la provincia santiaguera, alberga una impresionante colección de 44 vehículos. Entre ellos se destacan el icónico Ford Thunderbird de 1956, que perteneció a la célebre vedette Rosita Fornés, y un Cadillac de 1958 que fue de Benny Moré. Este museo no solo resguarda automóviles de gran valor histórico, sino que también exhibe una colección de miniaturas que documenta la evolución del transporte a lo largo de los siglos, desde los carros tirados por esclavos hasta los automóviles contemporáneos.

La sinergia entre el club y el museo establece un entorno propicio para el aprendizaje y la apreciación de la rica herencia automovilística de la región. Tanto los miembros del club como los visitantes, nacionales e internacionales, tienen la oportunidad de disfrutar y celebrar un legado cultural que une a las generaciones, realzando la historia y el patrimonio de Santiago de Cuba.

En este vibrante escenario, los autos antiguos van más allá de su función como vehículos; representan un homenaje a la historia, un reflejo de la cultura local y un símbolo de la identidad de la isla. Santiago de Cuba se presenta, así como un destino ineludible para los amantes del automovilismo, donde cada auto narra una historia, cada ruta es un viaje en el tiempo y cada encuentro es una celebración de la herencia automovilística cubana.

Por: Maria del Carmen Knaggs Maymir/ Esp. Patrimonio 

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