Cuba, nuevo reto para ciclista de resistencia austriaco

De que en este mundo hay de todo, nadie tiene dudas, pero en materia deportiva, con tal de llevar hasta el límite las capacidades del ser humano, a cada rato alguien consigue poner el listón más alto.
Resulta que el ciclista de resistencia austriaco Jacob Zurl se ha propuesto recorrer Cuba de un extremo a otro… sin parar. Como se lee, los aproximadamente mil 400 kilómetros que posee la nación caribeña desde Pinar del Río hasta Guantánamo, en un trayecto de aproximadamente dos días.
No es que Zurl sea un improvisado, porque tiene en su haber retos importantes, y bien difíciles, pero da la impresión de que esta vez será mucho más complejo.
En 2014, el corredor logró un tiempo récord al cruzar el Himalaya, un recorrido de más de 530 kilómetros, en sólo 38 horas y 40 minutos. Ese mismo año completó también su primera gran prueba en el llamado non-stop, al pedalear mil 105 kilómetros desde Graz,
Austria, en un recorrido por los Alpes de su país natal.
Anteriormente poseía el récord Guinness para los metros más verticales pedaleados en 48 horas, cuando puso 28 mil 789 metros bajo su goma entre el 20 y 22 de abril de 2012, igualmente en terreno austriaco, a bordo de una bicicleta de fibra de carbono hecha a la medida con neumáticos anchos y un cuadro robusto.
Sin embargo, esta vez Zurl pretende cambiar totalmente el escenario de sus hazañas para trasladarse a un sitio geográfico donde además de las dificultades enfrentadas en los anteriores: lucha con el cansancio y el sueño, alimentación o inclemencias del tiempo, ahora agrega un clima demasiado hostil para su cuerpo, algo en lo cual lleva trabajando varias semanas desde su país natal con iniciativas propias.
Nadie ha hecho un desafío comparable con tanto calor y humedad hasta Ahora. Creo que mi amor por el ciclismo de resistencia y de rutas inexploradas, así como el apoyo de mi equipo y mi familia, me llevarán a conseguirlo, dijo el intrépido aventurero al divulgar su nueva quimera.
Entre el 15 y el 17 de diciembre de este año, el ciclista tendrá un duro examen, sobre todo para su cuerpo, más acostumbrado a resistir bajas temperaturas que el intenso calor, y sobre todo la elevada humedad que caracterizan a la mayor de las Antillas, aunque se trate del último mes del año.
A esto se debe sumar que no va ligero de equipaje, pues como tendrá casi nulas opciones de encontrarse un taller de reparación por el camino, deberá cargar con repuestos y otros accesorios, además de la comida.
Por supuesto, hasta la locura tiene límites, y Zurl, pasará una semana aclimatándose al clima caribeño, además de valorar las opciones locales de comida, para evitar una posible indigestión. De verdad, quisiera creer que lo puede lograr, pero me parece que esta vez se puso la varilla demasiado alta.