Teatro en Cuba: Los Buenos en el Cielo hasta hoy

Rolando Pujol
27 March 2021 11:55am

La más antigua representación teatral de que se tenga noticias en Cuba, aconteció en 1598, durante el mandato del Capitán General Juan Maldonado. Durante la noche de San Juan, el gobernador quizo obsequiar a los mancebos de la villa la puesta en escena de una comedia, para cuyos efectos hizo construir cerca del Castillo de la Real Fuerza, una barraca.

Se titulaba la obra, “Los buenos en el cielo y los malos en el suelo”. Era el primer espectáculo de esa naturaleza que se hacía en La Habana, por lo que atrajo a todos los moradores de la villa.

Durante la representación, hubo mucho alboroto, pues la gente no estaba acostumbrada a las comedias. Charlaban en voz alta y no se querían callar, hasta que el gobernador, se alzó por encima del barullo y amenazó con mandar al cepo, a quienes no guardaran el debido respeto y compostura.

Momento de la escena cubana (9)
Momento de la escena cubana actual

 

La comedia terminó pasada la una de la mañana, y el público muy complacido, pidió que la volvieran a repetir. Así fue, la primera representación teatral en La Habana y el inicio de una de las manifestaciones culturales, que mayor influencia ejerció en el nacimiento de la nacionalidad cubana.

El teatro incipiente, pobrísimo en sus comienzos, improvisando el escenario con telas y cortinas donde pudo, fue iluminando la vida de los pobladores de La Habana, sometidos a la crispación de las velas y toques a rebato, por la amenaza de los piratas y al monótono devenir de una existencia consagrada de manera precaria a la búsqueda del sustento.

Momento de la escena cubana (5)
Momento de la escena cubana actual

 

Se considera como la primera obra teatral cubana “El principe jardinero y fingido Cloridano”, escrita por Santiago Pita y Borroto y editada en Sevilla entre 1730 y 1733. En ella se evidencia el amplio conocimiento del autor por su oficio, así como su vasta cultura literaria. Con esta comedia nace el choteo y la burla en la escena cubana, lo que la convierte en un anticipo del que sería después el popular teatro bufo.

Fue en 1775, que la villa contó con un coliseo digno de llamarse Teatro (Principal), construido a instancias del Marqués de la Torre, una de las figuras más relevantes de la ilustración habanera del siglo XVIII. Fue erigido con la participación popular, destinando parte de sus recaudaciones al sostén de la Casa de Recogidas, donde se le brindaba amparo a mujeres menesterosas.

Sala del Teatro Marti (antiguo Irijoa)
Sala del Teatro Marti (antiguo Irijoa)

 

En el hermoso coliseo, según cuenta el historiador José María de la Torrre, se realizaban frecuentes representaciones de la ópera española y comedias, hasta que el ciclón de 1846, lo echó abajo.

Cuando esto sucede, el Teatro Tacón, inaugurado en 1838, (actual Alicia Alonso) ya acogía en su proscenio las más glamorosas representaciones de la dramaturgia cubana, española y de la ópera italiana. Otros teatros de la época, que colmaron las expectativas del público lo fueron el Payret, el Irijoa (hoy Martí), el Circo y el Villanueva, este último, escenario en 1869, de uno de los más dramáticos sucesos de las luchas por la independencia de Cuba.

Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso (2)
Fachada iluminada del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, antiguo Teatro Tacón

 

Francisco Covarrubias es considerado como el fundador del teatro nacional cubano. Alcanzó una amplia fama entre los teatristas del patio y entre los mejores actores españoles. Su vida profesional se extendió a lo largo de medio siglo, recibiendo los más altos honores y reconocimientos. Sus actuaciones siempre se hicieron a teatro lleno. Escribió una serie de sainentes y obras, consideradas como expresión del alama teatral cubana.

Teatro Nacional de Cuba
Teatro Nacional de Cuba. Allí una de sus salas lleva el nombre del fundador del teatro cubano: Covarrubias

 

Desde entonces hasta el presente, el Teatro Cubano, ha brillado en los mejores momentos y sobrevivido a los tiempos difíciles, renaciendo una y otra vez, con la voluntad de sus creadores, desde la modestia del alma y la grandeza del espíritu. Honor en su día universal a todos nuestros hacedores de sueños.

Nota: todas las fotos fueron tomadas por Rolando Pujol, antes de la pandemia de la Covid-19

 

 

 

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