La Casa Havana Club es su casa también ¡Bienvenidos!

Redacción Exce…
18 December 2025 9:30am
Michael Merolli

En una entrevista exclusiva con motivo de la inauguración de la Casa Havana Club en el corazón de La Habana Vieja, su director general, Michael Merolli, compartió las motivaciones, la visión y los planes estratégicos detrás de este proyecto. Francés de nacimiento y con 27 años de trayectoria en Pernod Ricard, Merolli asumió en agosto de este año la dirección de Havana Club Internacional. Desde su llegada Cuba, ha impulsado una iniciativa que no solo celebra el legado del ron cubano, sino que también lo proyecta hacia el futuro con una mezcla de tradición, modernidad y vocación cultural.

—Fue nombrado en agosto de este año. Primero, una pregunta que tengo por curiosidad y que seguramente muchos se harán: ¿qué ha significado para usted asumir esta nueva dirección al frente de Havana Club? 

—Fue una experiencia muy especial. Para mí, representa un nuevo viaje. Llevo 27 años trabajando en Pernod Ricard. En mi cargo anterior estaba en México, a cargo de Tequila y Mezcal, una posición increíble. Cuando surgió la oportunidad de venir a Cuba para liderar una marca tan icónica como Havana Club, sentí una enorme emoción. No lo dudé mucho, porque no son muchas las marcas en el mundo con tanta fuerza simbólica y arraigo cultural. 

Havana Club es una marca con la que tengo una conexión personal desde hace décadas. En 1997, siendo aún joven, vine a Cuba por primera vez como turista. Fue uno de los primeros viajes que hice con mi esposa y guardo recuerdos maravillosos. Desde entonces, no había regresado… hasta ahora. 

Cuando me ofrecieron el puesto de CEO de Havana Club, acepté casi de inmediato. No sé si lo había soñado antes, pero me entusiasmó la idea de no volver como turista, sino como alguien que viene a vivir aquí, a quedarse y a contribuir al desarrollo de la cultura cubana a través de esta marca emblemática. 

—Y justamente su debut coincidió con la inauguración de la Casa Havana Club en el corazón de la capital. 

—Sí. 

—En la calle Habana, como bien ha señalado, en una ubicación que parece escrita por la historia misma. 

—Absolutamente. 

—¿Por qué considera que es importante para Havana Club inaugurar su primera franquicia en Cuba? 

—Sin duda, se trata de un gesto de respeto. Todo comenzó aquí, en La Habana. La marca nació con ese nombre precisamente por esta ciudad. Por eso, si íbamos a escribir un nuevo capítulo de éxito con la Casa Havana Club, tenía que ser en el epicentro de su origen: La Habana Vieja. 

Esta inauguración, realizada el 12 de diciembre en la calle Habana, es un homenaje a la tradición, a la historia y, sobre todo, a la gente de Cuba: a quienes hacen del ron cubano un símbolo mundial, a los maestros roneros y a todos los que, con su talento, han llevado la cultura cubana más allá de las fronteras. Nosotros representamos esa cultura, y por eso era lógico empezar aquí. 

Michael Merolli

 

—¿Cuál es el propósito estratégico de esta franquicia? 

—Detrás hay muchas ideas. Primero, queremos dar continuidad al Museo del Ron, que está muy cerca. Ese espacio está centrado en la historia, el proceso de elaboración y la cata, y cumple un papel fundamental para que el público entienda la calidad del ron cubano y, en particular, de Havana Club. 

Pero aquí, en la Casa Havana Club, queremos ir un paso más allá. No se trata solo de aprender, sino de vivir la experiencia del ron cubano en un entorno contemporáneo. Es un lugar para disfrutarlo con música, cócteles innovadores y un ambiente que combina lo tradicional con lo moderno. Queremos mostrar una visión actualizada del ron cubano, no solo para Cuba, sino para el mundo, donde ya tiene una reputación extraordinaria. Es un espacio para experimentar todos los valores de Havana Club. 

—Precisamente mencionaba algunos elementos distintivos: cócteles, música… 

—Exacto. Lo interesante es que la Casa Havana Club es un concepto muy completo. Durante el día y la noche ofrece experiencias distintas. De día, funciona también como tienda, pero no una tienda cualquiera. Además de las referencias clásicas —el Añejo 3 Años, el Añejo 7 Años, la Selección de Maestros—, ofreceremos artículos exclusivos que no se encontrarán en ningún otro lugar del mundo. 

También queremos colaborar con artistas y artesanos cubanos que reinterpretan, desde su creatividad, elementos ligados al ron y a la identidad de la marca. Será un espacio de expresión única, con piezas únicas. Muchas de estas colaboraciones estarán disponibles solo aquí. 

—En cuanto a la coctelería, ¿qué tipo de innovaciones podemos esperar? 

—Sí, nuestra propuesta busca equilibrar la tradición y la modernidad. Por supuesto, encontrarán todos los cócteles clásicos cubanos, preparados con el más alto nivel de excelencia que merecen. Pero también ofreceremos cócteles más sofisticados, del tipo que se sirven en ciudades como Londres, París o Madrid. 

El ron cubano tiene una versatilidad poco explorada, y queremos darle visibilidad. Havana Club no es solo mojito —aunque el mojito seguirá siendo nuestro cóctel número uno—. Hay un universo de posibilidades, y aquí tendrán un menú de coctelería muy interesante que va mucho más allá del clásico. 

—¿Entonces la propuesta incluye tanto coctelería nacional como internacional? 

—Absolutamente. Esa es la idea. Incluso nos emociona la posibilidad de crear nuevos cócteles que, con el tiempo, puedan convertirse en clásicos. Ese sería el mayor éxito que podríamos imaginar. 

—Ustedes organizan el prestigioso concurso mundial de coctelería Havana Club Cocktail Maestros

—Sí, justo. Este año celebraremos la final internacional en La Habana, en abril. Es una competencia que realizamos en todas las regiones del mundo, y será una gran oportunidad para que la Casa Havana Club se convierta en un epicentro de inspiración. Imaginen: bartenders de China, Europa, América… todos creando con Havana Club, desde su cultura y para su audiencia. Esa mezcla de tradición, innovación y visión global es exactamente lo que queremos fomentar aquí. 

—En cuanto a las colaboraciones con artistas y creadores, ¿cómo piensan dinamizarlas? ¿Habrá convocatorias, concursos? 

—Estamos definiendo el programa. Ya mantenemos relaciones con muchos artistas, ya que Havana Club forma parte de la cultura cubana. Pero queremos ir más lejos: nos gustaría que este espacio sea también una plataforma para descubrir nuevos talentos. Aún no está todo definido, pero sí tenemos claro que será un programa dinámico, abierto y en constante evolución. 

—Más allá de esta inauguración, ¿cuáles son las proyecciones a mediano y largo plazo para este concepto de franquicia? 

—Nuestro primer objetivo es garantizar el éxito aquí, en La Habana. Ya es un desafío importante, considerando el contexto actual del turismo en Cuba. Pero estamos convencidos de que lo lograremos. 

Si las cosas marchan bien, imaginamos abrir otras Casas Havana Club en ciudades clave de la Isla. Varadero sería una opción natural, por su afluencia turística. Santiago de Cuba también podría ser un lugar con mucha resonancia cultural. Nos gustaría que estos espacios fueran tanto para visitantes como para los propios cubanos. 

A más largo plazo —y esto es ya el sueño final—, nos encantaría expandir el concepto a grandes ciudades del mundo: Madrid, Berlín —donde Havana Club es líder en el mercado del ron—, París, donde siendo francés me encantaría ver una Casa Havana Club… e incluso Shanghái. Pero todo dependerá del éxito de esta primera experiencia. Aquí estamos en modo piloto, aprendiendo, ajustando y experimentando en tiempo real. Si funciona, el cielo es el límite. 

—Muy bien. Para cerrar: ¿qué mensaje le gustaría transmitir al público sobre el significado de esta apertura? 

—Mi mensaje es muy sencillo: vengan. Vengan a descubrir este lugar, porque aquí encontrarán una visión distinta, más completa, de lo que es Havana Club. Vengan a experimentar lo que tenemos para ofrecer: buena comida, cócteles excepcionales, buena música y, sobre todo, gente auténtica. 

Quisiéramos que la Casa Havana Club fuera la casa de todos. Yo viví muchos años en México, y allá se dice: “mi casa es tu casa”. Pues bien, esta es su casa también. ¡Bienvenidos!

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