Iglesia de Reina: La de los Padres Jesuitas en La Habana
Los padres de la Compañía de Jesús tienen en La Habana uno de los templos más suntuosos y artísticos, entre los que acogen a la orden en el mundo. Se trata de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, o simplemente, como le llaman los habaneros la Iglesia de Reina, por encontrarse ubicada en el extremo oeste de la ancha y otrora Calzada de la Reina.
El hermano jesuita Vicente Leza fue el promotor de su edificación en 1907, la que comenzó a materializarse en 1914, con la colocación de la primera piedra. Fue costeada por adinerados devotos, como el banquero Narciso Gelats, la familia Valle Iznaga y la señora Francisca Grau del Valle, en gratitud por una gracia recibida. Su inauguración y bendición se produjo el 3 de mayo de 1923, por el Monseñor Pedro González Estrada, Obispo de La Habana.
La iglesia con un estilo neogótico prístino, fue proyectada por el arquitecto jesuita Luis Gorgoza y constituye el máximo exponente de su estilo, que floreció en las tres primeras décadas del siglo XX, en correspondencia al eclecticismo que imperó en la arquitectura habanera de entonces, con un enfoque historicista. Fue, sin embargo, edificada con las técnicas más modernas del momento, con estructuras de acero recubiertas de hormigón y placas de hormigón armado.
Su interior es fastuoso, con hermosos vitrales por donde se filtra la luz, construyendo un ambiente de colores matizados, que quiebran las penumbras y sobrecogen a los fieles.
Los vitrales manufacturados primorosamente en España, representan en la nave derecha, imágenes marianas y en la izquierda, pasajes históricos de la Compañía de Jesús, como la llegada de los jesuitas al Japón. Entre vitrales y lucernarios policromados, hay casi un centenar de estas joyas artísticas, que se extienden desde las paredes de las naves, el crucero y el altar mayor.
La imagen de Cristo, erguido, con los brazos abiertos en gesto protector, protagoniza el altar principal, guarnecido por tallas diversas, de figuras alegóricas a la simbología gótica y cristiana. En el entresuelo, sobre la entrada, se distingue un grandioso órgano de más de un centenar de flautas, construido en Europa. En el altar de la nave derecha hay una hermosa imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, cubierta con un manto dorado.
La fachada de la iglesia concentra la mayor carga decorativa y simbólica, donde sobresalen 32 gárgolas, típica imaginería del gótico, que escalan hacia lo alto de la torre campanario, de 77 metros de altura, rematada por una cruz de bronce. El campanario con forma de aguja sobresale como una de las edificaciones más altas de la ciudad. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, tallada en mármol blanco, recibe a los peregrinos sobre un pilar, en lo alto de la entrada monumental del templo.
Otra serie de imágenes moldeadas en mortero de cemento o esculpidas en piedra de capellanía, representan símbolos cristianos y de contenido seglar, como los escudos de La Habana y de España, se aprecian en el conjunto decorativo de la fachada.
