Cuba, un destino para bodas inolvidables

Durante la conferencia magistral “Bodas de destino: el arte de crear experiencias inolvidables”, ofrecida en el marco de Expobodas Cuba 2025, la reconocida especialista Mónica Restrepo abordó las oportunidades que este segmento del turismo de romance representa tanto para los destinos como para las economías locales.
Restrepo señaló que cada vez más parejas, especialmente de las generaciones millennial y Z, optan por celebrar su unión fuera de su lugar de residencia, acompañadas de familiares y amigos en entornos que van más allá de un simple evento, transformándose en experiencias memorables.
Durante su intervención, enfatizó que cada Boda de Destino no solo enamora a la pareja, sino también a sus invitados, quienes se convierten en multiplicadores del turismo hacia Cuba. “Estas 50 personas probablemente no habrían pensado en venir a Cuba si no fuera porque esa pareja las trajo. Aquí tenemos 50 oportunidades de dar a conocer todas las bondades que ofrece nuestro destino”, afirmó.
El mercado mundial de Bodas de Destino mueve actualmente alrededor de 64.000 millones de dólares, con proyecciones que podrían superar los 105.000 millones en los próximos años. Estados Unidos encabeza la lista de países emisores, seguido por Canadá, Brasil y varias naciones europeas. Destinos que han sabido combinar belleza escénica con riqueza cultural, como San Miguel de Allende y Querétaro, han demostrado que las historias que se cuentan en cada boda son tan importantes como el escenario.
Cada Boda de Destino implica un impacto económico significativo: mientras que la pareja puede invertir aproximadamente 25.000 dólares, cada invitado destina en promedio 1.500 dólares en hospedaje, transporte, gastronomía y actividades, generando ingresos cercanos a los 100.000 dólares por evento. Esta derrama beneficia a hoteles, restaurantes, transportistas, artesanos, músicos, fotógrafos y proveedores de servicios locales, dinamizando la economía incluso fuera de la temporada alta.
La conferencia destacó que una Boda de Destino puede generar entre 200 y 300 empleos en toda la cadena de valor, involucrando a cocineros, decoradores, floristas, músicos, transportistas y personal hotelero. Asimismo, Restrepo subrayó que el turismo de bodas representa una verdadera industria, con un peso económico y social significativo; por ejemplo, en México los servicios vinculados a eventos representan el 1,5 % del PIB.
Restrepo enfatizó que la ventaja competitiva no reside solo en playas y paisajes, sino en la capacidad de los destinos para ofrecer experiencias auténticas y memorables. La arquitectura colonial, la música, la danza, el ron y el tabaco de Cuba son elementos que permiten crear bodas que se viven con todos los sentidos, convirtiendo cada celebración en un relato único e irrepetible.
Para consolidarse como un destino competitivo en bodas de destino, Cuba debe fortalecer la capacitación de la cadena de valor, mejorar la conectividad aérea, potenciar la gastronomía y la artesanía local, promover la hospitalidad y desarrollar espacios fotogénicos pensados para redes sociales. Cada boda es, además, una vitrina internacional, ya que las imágenes y videos compartidos en plataformas digitales funcionan como promoción orgánica del país.
Entre las ventajas competitivas de Cuba para las bodas de destino, los especialistas destacaron:
- Costo y duración: lo que una pareja paga por una sola noche en otros países puede equivaler a una boda de tres o cuatro días en Cuba, con mayor diversidad cultural y gastronómica.
- Autenticidad y experiencia local: los visitantes buscan probar la gastronomía tradicional, disfrutar del tabaco, la música y la riqueza cultural del país.
- Conectividad: vuelos directos desde Panamá y conexiones con Europa y otras regiones facilitan la llegada de turistas.
- Infraestructura hotelera y clima: hoteles de alta calidad y un clima que permite celebrar bodas durante todo el año.
- Actividades complementarias: paquetes turísticos que extienden la experiencia más allá de la ceremonia, generando mayor consumo local.
Restrepo también abordó las tendencias actuales de la industria, incluyendo bodas simbólicas, eventos íntimos y personalizados, así como la importancia de contar con profesionales capacitados que dominen logística, gastronomía, psicología y protocolos internacionales para garantizar que cada boda sea memorable.
En términos de cifras, destacó que las bodas de destino representan un 28 % del mercado global de bodas, con un gasto promedio de 38.500 dólares por evento. El Caribe concentra el 42 % de estas bodas, posicionando a Cuba como un destino competitivo frente a México, República Dominicana, Perú y Bahamas.
No obstante, también identificó desafíos: infraestructura insuficiente, conectividad limitada, logística fragmentada, financiamiento restringido y falta de datos especializados sobre el mercado local. Ante esto, Peña y Llanes hicieron un llamado a fortalecer alianzas público-privadas, innovar y participar activamente en ferias internacionales como IBTM para consolidar a Cuba como un destino de bodas de referencia mundial.
Restrepo concluyó destacando que las bodas de destino no solo generan ingresos, sino que también impulsan la cultura local, fortalecen el comercio artesanal y gastronómico, crean empleo y posicionan a Cuba como un país capaz de ofrecer experiencias auténticas y memorables, donde el amor y la aventura se entrelazan para crear recuerdos que duran toda la vida.