Revelaciones ancestrales en la Cueva de Ambrosio

Redacción Exce…
21 August 2024 10:35am
Revelaciones ancestrales en la Cueva de Ambrosio

La Cueva de Ambrosio alberga uno de los lugares más especiales de Cuba, donde se pueden contemplar pinturas rupestres que atestiguan la presencia de los habitantes más antiguos de la isla, e incluso podría contener la primera representación pictórica de la llegada de los europeos. Esta joya escondida de la historia y la cultura cubana, se encuentra en la costa sur de la Península de Hicacos, en una pequeña loma conocida como La Caseta, en el barrio de Varadero, provincia de Matanzas. Descubierta en 1961 por los antropólogos cubanos Manuel Rivero de la Calle y Mario Orlando Pariente, la cueva albergaba numerosos dibujos y pictografías similares a los hallados en la Cueva de Punta del Este, en la Isla de la Juventud. Sin embargo, fue Núñez Jiménez quien llevó a cabo el primer estudio detallado de esta cueva.

Fue declarada Monumento Local en 1978 y consta de cinco galerías paralelas de hasta 300 metros. Su entrada, originalmente con dos metros de altura y tres de ancho, se encuentra en un farallón con una abertura de unos cinco metros. En un principio se consideraba un fenómeno aislado, pero posteriormente se descubrió la Cueva de Los Musulmanes, cercana y también con arte rupestre. Ambas cuevas fueron objeto de estudios arqueológicos para determinar el origen cultural de los dibujos, inicialmente catalogados por analogía con otros similares. Los 71 dibujos encontrados, agrupados en 47 pictografías, consisten mayormente en figuras geométricas, pintadas en negro y rojo, círculos concéntricos, estilizaciones de figuras humanas, cruces, etc., como menciona Núñez Jiménez en sus estudios de 1967, comparándolos con otros hallazgos de arte rupestre en Cuba.

Las interpretaciones de los dibujos son diversas; Núñez Jiménez sugiere símbolos precolombinos y representaciones culturales sucesivas. Según el investigador, algunos podrían ser de origen africano, mientras que otros podrían ser de origen aborigen.

Se ha especulado sobre la ocupación de la cueva, que en el pasado sirvió como refugio para indígenas, esclavos de distintas épocas en la historia de Cuba e incluso para piratas que surcaban el Caribe. Sin embargo, se descarta la posibilidad de que la cueva haya funcionado como un asentamiento permanente.

En la década de los 90, coincidiendo con el auge del turismo internacional en Cuba, se inició la creación de museos de sitio, especialmente en áreas bajo la supervisión del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Uno de estos museos de sitio es el de la Cueva de Ambrosio, ubicado en el Área Protegida de Varahicacos, que incluye la Cueva de los Musulmanes.

Estaba planificada la elaboración de un Programa de Manejo que establecería normativas para la cueva, así como la implementación de infraestructuras necesarias para adaptarla al turismo y garantizar su conservación. Entre las medidas contempladas estaban la instalación de una verja metálica para restringir el acceso, similar a lo realizado en cuevas como la de Altamira en España, la limitación del número de visitantes diarios y la obligatoriedad de realizar las visitas con un guía debidamente capacitado.

La Cueva de Ambrosio no solo es un testimonio vivo de la historia y la cultura de Cuba, sino también un recordatorio de la importancia de proteger nuestro patrimonio cultural y natural. A través de medidas de conservación y control de visitantes, garantizamos que este tesoro histórico continúe siendo apreciado por las generaciones venideras. Su belleza natural y riqueza arqueológica son un legado invaluable que nos invita a reflexionar sobre nuestra conexión con el pasado y nuestra responsabilidad hacia el futuro.

Texto: Jorge Pérez-Aloe López

Foto: Oliver Schöpgens, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

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