La Bodeguita del Medio, el restaurante de los autógrafos

Rolando Pujol
28 April 2022 7:23am
La Bodeguita del Medio

A media cuadra de la Catedral de La Habana, por la calle del Empedrado, una de las más añejas de la urbe, está la Bodeguita del Medio. Vista desde afuera, parece ser eso, un pequeño comercio al detalle; pero ya adentro toda la grandeza del mundo está contenida en sus paredes, donde una babel de grafitis recuerda el paso de infinitos soñadores, sibaritas, poetas, artistas, gourmets y gozadores de todo lo humano y divino, que han peregrinado por el lugar durante 80 años, desde que abriera sus puertas por vez primera el 26 de abril de 1942.

La Bodeguita del Medio
Fotos: Rolando Pujol

 

Fue el poeta cubano, Nicolás Guillén, el que inició la tradición de dejar un autógrafo y unos versos en un lienzo de pared recién pintado: “La bodeguita es ya la bodegona, que en triunfo al aire su estandarte agita, más sea bodegona o bodeguita, La Habana de ella con razón blasona. Hártase bien allí quien bien abona, plata, guano, parné, pastora, guita, más si no tiene un kilo y de hambre grita; no faltará cuidado a su persona”. Tras el poeta vino un músico, Eliseo Grenet, a quien cayó en gracia la ocurrencia y también estampó su rúbrica con la letra de su canción Mama Inés: “¡Hay Mama Inés, hay Mamá Inés, todos los negros tomamos café...!”, y los parroquianos que andaban sentados en las mesas ese día, alegremente siguieron su ejemplo, de tal suerte que Angel Martínez, el dueño del establecimiento, tuvo que guardar las brochas.

La Bodeguita del Medio

 

Ese fue el comienzo de la leyenda, cimentada por el Mojito de preferencia en su barra y la comida criolla, elaborada como si fuera para los dioses y no para mortales y glotones contertulios. Allí el tónico coctel les hizo saber del encantamiento de la hierbabuena, que matiza el ron, quitándole rudeza, pero aletargando el paladar, para que se sorprenda con lo que viene después...  Arroz congrí divinizado con chicharrones de cerdo o un arroz blanco con frijoles negros dormidos, suculentos de ají. El delirio de un buen aporreado de tasajo, del lechón preparado en todas sus formas, asado, frito, condimentado con naranja agria, ajos y cebollas, especias y aromáticas hierbas; el picadillo de res a la habanera, el fricasé de pollo, picadera de tostones de plátano frito, el deleite de un plato de yuca o malanga hervidas con mojos del cielo y saldar el convite con cascos de guayaba, o coco rallado en almíbar y un café fuerte, de las lomas.

La Bodeguita del Medio

 

Este fue el menú que reverenció Agustín Lara, que hizo aflojar el cinto y los botones a Hemingway, que burló la dieta de Brigitte Bardot y sumió en el más profundo deleite a Errol Flynn, Nat King Cole, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, García Márquez, Julio Cortazar, Mario Benedetti, Wifredo Lam y a la Infanta Maria Cristina de Borbón, por solo mencionar algunos comensales ilustres que han pasado por la Bodeguita.

La Bodeguita del Medio

 

Como una vieja linda, que guarda muchos amores en el recuerdo, la Bodeguita del Medio se deja querer al llegar a sus 80 años de vida. Si la felicita, es bueno, pero mejor aún si de paso por La Habana se sienta a comer en su compañía, regalándole un autógrafo y la promesa de que volverá otro día.  

La Bodeguita del Medio

 

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