Cerro de Caisimú, un tesoro poco conocido en Las Tunas
En el corazón de la vasta llanura que define el norte de Las Tunas, emerge una formación geográfica única y emblemática: el Cerro de Caisimú. Este distintivo accidente geográfico no solo destaca por su prominencia en el paisaje, sino que también se ha convertido en un lugar de gran popularidad tanto para los lugareños como para los visitantes, quienes se sienten atraídos por su figura auténtica y su rica historia.
El Cerro de Caisimú, situado en el municipio de Manatí, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Las Tunas, se eleva a 250 metros sobre el nivel del mar. Su nombre proviene de un aborigen que habitó la zona, y esta conexión histórica añade una capa de profundidad a su ya fascinante presencia. La elevación no solo destaca en el horizonte por su altura, sino también por los fértiles suelos que lo rodean y la diversa flora y fauna que lo habitan.
El paisaje natural del Cerro se ve embellecido por las vastas extensiones de campos de caña de azúcar que se extienden en las llanuras circundantes. Este entorno no solo es visualmente impresionante, sino que también aporta a la economía local a través de la agricultura y el turismo.
En la cima del Cerro se encuentra una de las bases de Campismo Popular más hermosas de la región tunera. Con una piscina y una infraestructura bien desarrollada, esta base de campismo se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo del turismo en el municipio de Manatí, promoviendo así el crecimiento económico de la zona.
A pesar de ser modesto en comparación con otras prominencias de la geografía cubana, el Cerro de Caisimú tiene una belleza singular que le confiere una resonancia especial. Además, su relevancia histórica se manifiesta en varios eventos significativos.
El Cerro de Caisimú no solo es un lugar de interés natural e histórico, sino que también está envuelto en varias leyendas y mitos que le otorgan un aire de lo real y lo maravilloso. Estas historias, transmitidas a través de la cultura popular de las comunidades locales, enriquecen aún más la percepción de este paraje sublime.