Literatura, joyería y artesanía compiten en Feria del Libro en Cuba
Las ofertas literarias compiten con las artesanales e infinidad de artículos de joyería en la 24 Feria Internacional del Libro de Cuba tras la inauguración de un bazar de la India, País Invitado de Honor.
Una diversidad de adornos personales y para el hogar, desde velas, faroles, mantas, cofres, hasta blusas, bufandas, pulseras, aretes, inundan el castillo del Morro, un símbolo de la ciudad construido en 1585 como fortaleza militar para custodiar la entrada a la bahía de La Habana y defender la ciudad.
Miríadas de visitantes abarrotan las galerías del Morro y la edificación contigua, La Cabaña, otra antigüedad arquitectónica que cambió su sentido hace décadas de militar a complejo cultural y donde se exhiben numerosas piezas de cuando Cuba era colonia de España.
Hace mucho tiempo los cañones del Morro y La Cabaña dejaron de ser armas temidas por la población que por esta época del año acude masivamente a esos recintos con el interés de participar en la mayor fiesta literaria de Cuba.
La afluencia de público a la primera jornada del evento fue tal que cualquier visitante extranjero pudiera creer que para una gran parte de La Habana ese viernes fue un día de asueto. También de manera sospechosa, muchos jóvenes llegaron con uniformes de estudiantes en horarios de clases.
La Cabaña acoge los stand literarios de 35 países, además de continuas presentaciones de libros, paneles de intelectuales, actuaciones de músicos y exposiciones de pintores como el mexicano Francisco Toledo y la cubana Zaida del Río.
Como cada año, niños y personas intrépidas utilizan los cañones de asientos, para tomarse un respiro en medio de la maratón de la feria, incluso para adelantar algunas páginas de los libros comprados.
Al menos un cañón sí sobrevive en La Cabaña, en honor a una tradición del pasado que aún se practica como especie de ritual de homenaje y consiste en disparar el artefacto a las 21 horas. Hace siglos el disparo anunciaba el cierre de las murallas de la ciudad y el viajero que no hubiese llegado antes de ese momento debía esperar al día siguiente para entrar. El cañonazo devino con el tiempo solo un recordatorio de la hora para los despistados, una ceremonia presenciada siempre por quien desee asistir, incluso un símbolo de la ciudad capital. No pocos visitantes cubanos y extranjeros alargan su estancia en la Feria para comer en restaurantes como Los Doce Apóstoles y La Divina Pastora y esperar a las nueve de la noche el espectáculo del tradicional disparo.
Otros aventureros suben una loma lateral a La Cabaña, se postran un rato ante el Cristo de La Habana, bella escultura de mármol de 51 metros de altura y luego descienden en dirección al mar porque prefieren navegar. La llamada lanchita de Casablanca les cruza la bahía hasta un punto muy céntrico de la urbe, localizado a pocos metros de la Plaza de San Francisco de Asís, donde esculturas de osos de casi dos metros de alto acaparan la atención de los transeúntes. Se trata del proyecto United Buddy Bears creado por los esposos alemanes Eva y Kalus Herlitz en la colaboración con el escultor austríaco Roman Strobl. Cada oso representa un país de las Naciones Unidas y está decorado con una simbología particular de la cultura de su pueblo.
Todos los osos tienen el mismo tamaño y similar gesto de alegría, la muestra que ha recorrido Viena, El Cairo, Jerusalén, Buenos Aires, Montevideo, París, Hong Kong, Estambul, Tokio, Sydney, Varsovia y Río de Janeiro, entre varias ciudades, es considerada una acción cultural a favor de la paz mundial, y en La Habana, coincide la hermosa casualidad de estar expuesta en una plaza habitada por cientos de palomas, un símbolo planetario en contra de la violencia. Por estos días, las palomas cubanas parecen ser las mejores amigas de los osos, mientras montones de personas se tiran fotos junto a la escultura de su preferencia. Las explicaciones para muchos de los símbolos tallados en los osos se encuentran justo cruzando la bahía, en los libros de los diversos países que oferta la Feria Internacional.