La Habana invita… De La Catedral de La Habana, al Santuario de la Caridad del Cobre
Recorrer las iglesias cubanas y en particular las de La Habana no es tarea de un día, ni siquiera de varios días, más si en su visita decide caminar por su interior y apreciar la belleza y riqueza arquitectónicas de estos templos, construidos la mayoría en el siglo XVII, en el que ninguno supera al otro y cada uno tiene su encanto y su historia.
Por ello en esta ocasión le invitamos a visitar dos de los recintos religiosos más famosos de esta isla caribeña: La Catedral de la Habana y el Santuario dedicado a la Patrona de Cuba, la Caridad del Cobre, situado en Santiago de Cuba, al extremo oriental del país, la segunda ciudad en importancia de la nación, la misma que dentro de pocos días cumple 500 años de fundada por Diego Velásquez.
La hoy conocida como Catedral de San Cristóbal de la Habana, ubicada en el corazón de la parte más antigua de la ciudad fue declarada por la UNESCO en 1982 como Patrimonio de la Humanidad.
La Arquidiócesis de La Habana tuvo su primer emplazamiento donde está ubicado hoy el Palacio de los Capitanes Generales y en sus inicios (1789) fue denominada Santa Iglesia Catedral de la Virgen María de la Inmaculada Concepción, otrora centro del gobierno eclesiástico en la parte occidental de la mayor de las Antillas.
Al principio (1748), mucho antes de ser catedral, fue el oratorio de los hijos de San Ignacio de la Orden de los Jesuitas. Por orden del obispo Felipe José de Trespalacios en 1778 comenzó el proceso de transformación en la catedral habanera dedicada a la Purísima Concepción, cuya imagen es visible en el altar mayor de la iglesia.
Su fachada, una de las más lujosas de las iglesias de Cuba, muestran influencia del alto barroco italiano, ella forma un rectángulo de 34 x 35 metros y sus hornacinas están enmarcadas por columnas.
El campanario situado a la derecha del portón principal porta el juego de campanas de la Catedral. La campana mayor, con el nombre de San Pedro, pesa siete toneladas y fue fundida en España e instalada en 1762; mientras la campanilla, con el nombre de San Miguel, pesa dos toneladas y fue fundida en Matanzas en 1838.
Al recorrer el interior de La Catedral podemos apreciar la sobria arquitectura neoclásica, restaurada en varias ocasiones; la última fue entre 1946 a 1949. Dos hileras de columnas gigantescas separan la nave principal de las dos naves laterales y en los muros de cada una hay cuatro capillas, entre ellas la de Nuestra Señora de Loreto (a la izquierda del altar papal) de gran importancia para la historia del arte.
Los trabajos de escultura y orfebrería del altar principal y su tabernáculo son obras del artista italiano Bianchini (Roma, alrededor de 1820), todo ello bajo la dirección del afamado escultor español Antonio Solá.
La pared detrás del altar principal esta adornada con tres frescos del pintor italiano Giusseppe Perovani. Las pinturas interiores pertenecen al francés Jean-Baptiste Vermay.
Vale recordar que las cenizas de Cristóbal Colón, se encontraban en la nave principal de esta iglesia hasta que los españoles las retiraron en 1899. Una lápida ubicada a la izquierda del púlpito recuerda el lugar donde descansaban los restos del Gran Almirante, quien murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506.
Sus cenizas fueron primero a Sevilla, luego a Santo Domingo y más tarde, el 15 de enero de 1796 sus restos fueron exhumados solemnemente en esta Catedral. En diciembre de 1898, fueron llevados nuevamente a Sevilla, desde donde una parte de sus cenizas fueron llevadas a su ciudad natal, Génova, y la otra a la Biblioteca Universitaria de Pavía.
Una visita a este templo debe completarse con un recorrido por la también llamada Plaza de la Catedral que lo hace transportarse más de cinco siglos atrás, con sus calles de adoquines y vetustas edificaciones estilo barroco, pertenecientes a la rancia nobleza habanera colonial, como el Palacio del Marqués de Arcos, que es hoy uno de los mejores ejemplos de arquitectura española colonial que hay en Cuba. Aquí funciona el Taller Experimental de Gráfica de La Habana y al que concurren artistas cubanos y extranjeros involucrados en las litografías o serigrafías.
También está en este entorno lo que fue la mansión de los condes de Casa Bayona, reconstruida en 1720 por el gobernador de Cuba don Luis Chacón, quien casó a su hija con el primer conde de Casa Bayona. Hoy en ese recinto está el Museo de Arte Colonial desde 1969, un pequeño y delicado espacio que exhibe mobiliario, esculturas, porcelanas, flores ornamentales, juegos de comedor, vajillas y pinturas de la época colonial.
El recorrido por este lugar, colmado de las más variadas expresiones culturales, más danza y bailes, con ventas de artesanías y de obras de los más gustados y afamados artistas plásticos de La Habana, le propongo concluirlo donde fue la mansión del Marqués de Aguas Claras y donde hoy está el restaurante "El Patio", un excelente lugar para refrescar con una cerveza Cristal o Bucanero, si la prefiere más fuerte: o también disfrutar, si así lo desea de un almuerzo o cena, según la ocasión, porque la calidad, variedad y buen servicio está garantizado.
El Santuario de La Caridad del Cobre
En apenas una hora 30 minutos usted puede desplazarse desde el aeropuerto José Martí en La Habana al Antonio Maceo de Santiago de Cuba, para visitar como le hemos prometido el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de la Caridad del Cobre, uno de los sitios religiosos más venerados por los cubanos.
En lo más alto del Cerro de Maboa, a unos 27 kilómetros del centro de la ciudad, se levanta este recinto sagrado decorado en tonos ocre y blanco. La Virgen de la Caridad guardada en este recinto es de oro, se levanta en un altar móvil de mármol y plata maciza y está decorado con objetos de enorme valor, movilidad del altar que permite ver a la santa desde cualquier rincón del templo.
La construcción actual de este templo fue terminada el 8 de septiembre (1927) Día de la Caridad del Cobre para la iglesia católica y el de Ochún para la santería. Al templo se llega por una pequeña escalinata con tres grupos de escalones flanqueados por una muralla baja.
En la llamada Capilla de los Milagros, situada debajo del Camarín de la Virgen los feligreses realizan las más disímiles ofrendas de joyas de oro y piedras preciosas, cadenas, vestuarios, medallas olímpicas, ropitas de bebé, grados militares entre otros muchos objetos personales, incluido dinero, que expresan un mensaje de quienes visitan el lugar de gratitud hacia la Santa por un deseo o gracia concedida.
Cuenta la leyenda que la Virgen de la Caridad llegó a Cuba en 1613. Fueron dos hermanos descendientes de indígenas, Juan y Rodrigo de Hoyos, y un negrito de nueve o 10 años, llamado Juan Moreno, que buscaban sal y cuando salían de Cayo Francés (en la Bahía de Nipe) observaron algo flotando en el mar, al acercarse vieron asombrados que era una imagen de la Virgen María sobre una tablilla donde se podía leer: "Yo Soy La Virgen de La Caridad".
Llevaron el valioso hallazgo al poblado Real de Minas, en la Sierra del Cobre, situada a más de 20 kilómetros de la otrora Villa de Santiago de Cuba, lugar donde existía una gran veta de cobre a cielo abierto. Historias todas que constan en documentos antiguos que se encuentran en el Archivo General de Indias (creado en Sevilla en 1785 por deseo del rey Carlos III).
Para los pobladores del lugar aquello fue un gran milagro, por lo que decidieron construir una ermita al pie de la mina de cobre, en sus inicios hecha de manera improvisada, empleando hojas de guano y tablas, en el mismo lugar donde está situada hoy, sólo que aquella se desplomó en 1906 por las explosiones y excavaciones de la mina.
El 30 de noviembre de 1977 el PapaPablo VI envió como delegado suyo al cardenal Bernardón Gastín como portador de la Bula Papal, con la que proclamó Basílica Menor al hasta entonces Santuario Nacional.
Fueron los veteranos de la guerra de independencia de Cuba, quienes adoraron y pidieron a la santa en cada una de sus batallas, escribieron al Papa Benedicto XV para que coronara a la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba.
El 10 de mayo de 1916 el religioso accedió a esa petición y fue el Papa Juan Pablo II quien coronó personalmente a la Virgen de la Caridad el 24 de enero de 1998 en una hermosísima ceremonia realizada en la Plaza Antonio Maceo de la Ciudad de Santiago de Cuba.
Según registro de ese templo la Virgen de la Caridad salió de ese santuario solo cuatro veces; en 1936 cuando fue coronada por el Arzobispo de Santiago de Cuba; en 1952, en el Cincuentenario de la República; en 1959 para asistir al Congreso Nacional Católico en La Habana; en 1998, para ser coronada el Papa Juan Pablo II y en 2011-2012, cuando realizó un recorrido por todo el país al cumplirse los 400 años de su aparición en la Bahía de Nipe.
La visita a la isla de Benedicto XVI y en particular de la coronación de la virgen promovió un remozamiento de todo el lugar y de sus instalaciones aledañas, las cuales permiten el acceso de personas con discapacidad y la disponibilidad de un lugar donde el visitante puede pasar la noche, bien en la Casa de Retiro y Convivencia o en la Hospedería.
Este es un lugar de recogimiento que difícilmente podrá olvidar un visitante, de los más de 500 que cada día llegan hasta aquí para ver de cerca de la Virgen, y llevar consigo, muchos lo hacen, una pequeñas piedras con vetas o diminutas partículas de cobre que le hacen recordar en qué lugar estuvo y hasta agradecer a la virgen un deseo concedido.
Nos vemos en un próximo recorrido, no se preocupe usted… La Habana invita…