Festival Internacional de Ballet en Cuba suma artes por Shakespeare

alina
17 September 2014 4:53pm
Festival Internacional de Ballet en Cuba suma artes por Shakespeare

Por Shakespeare, la danza”, será el lema del XXIV Festival Internacional de Ballet de La Habana próximo a celebrarse del 28 de octubre al 7 de noviembre con la participación de compañías de Estados Unidos, Francia, Suiza, Argentina y Cuba.

La cita rendirá homenaje al célebre dramaturgo inglés William Shakespeare con la puesta en escena de algunas de sus obras traducidas con éxito al lenguaje de la danza.

El Ballet Hispánico y el Pontus Lidberg Dance, de Estados Unidos; la compañía Linga, de Suiza; el Ballet Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, Argentina; y la compañía Opera de Niza, Francia, presentarán espectáculos eclécticos entre las formas de movimiento clásico y contemporáneo.

El festival invadirá los teatros Nacional, Mella y Karl Marx, de La Habana, además de múltiples galerías de esta capital y espacios para conferencias, presentaciones de libros, ciclos de cine y video.

Las primeras figuras y el afamado cuerpo de baile del Ballet Nacional de Cuba (BNC), junto a estrellas y conjuntos invitados de otros países, protagonizarán los espectáculos del evento, dirigido por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso.

El Ballet Hispánico, con sede en Nueva York, esparcirá la cultura musical y danzaria latina en el Teatro Mella con las coreografías Sombrerísimo, Sortijas, El beso y Asuka, esta última un homenaje a la legendaria salsera cubana Celia Cruz.

Con un repertorio de más de cien obras, este conjunto promueve nexos entre la diáspora hispana mundial, a favor de la conservación de las raíces y el diálogo entre comunidades distintas.

Siete parejas del Ballet Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, al ritmo de Astor Piazzolla, danzarán Tango, una obra de la coreógrafa argentina y directora de la compañía Lidia Segni.

Simultáneamente, el BNC ofrecerá cursos de técnica de ballet para profesionales, maestros y estudiantes de nivel avanzado.

Una foto de la diseñadora cubana Yailín Alfaro resultó seleccionada como cartel representativo de la edición XXIV de este festival con más de 50 años de historia, uno de los más antiguos de cuantos se celebran a escala mundial.

Shakespeare está considerado el escritor más importante en lengua inglesa y el BNC ostenta en el repertorio una sus obras más conocidas, Romeo y Julieta, coreografía de Alonso que la propia maestra llama indistintamente Shakespeare y sus máscaras.

Por la universalidad del relato y la riqueza simbólica de las máscaras, Alonso seleccionó esta pieza la gala inaugural del evento, en conmemoración de los 450 años del natalicio del bardo inglés.

Otras propuestas sobresalientes de la programación son las funciones de El lago de los cisnes, La bella durmiente, Giselle y los programas mixtos con numerosos pas de deux del estilo clásico.

Desde su primera edición en 1960, los festivales internacionales de ballet de La Habana han devenido acontecimientos sociales en Cuba. Hasta el presente, conservan un carácter no competitivo y reúnen en la capital cubana a un sinfín de estrellas y aficionados de las artes, en un ambiente de sano intercambio.

Estilos, coreógrafos, diferentes escuelas, tendencias pasadas y actuales, el mundo entero se traslada a estos encuentros donde tampoco faltan la plástica, la música, el cine, la literatura, el folklore, el teatro, emisiones filatélicas, carteles y exposiciones fotográficas.

Los Festivales de La Habana han contado con la asistencia de más de 50 países de América, Europa, Asia, África y Oceanía.

De acuerdo con los registros históricos del BNC, en las 23 ediciones precedentes, conjuntos y danzantes de prestigio estrenaron más de 200 coreografías de carácter mundial.

En pleno festival todo puede suceder, famosos bailarines se pierden en las calles camino a la sede del Ballet Nacional, montones de ensayos y eléctricas presentaciones entre artistas desconocidos.

Calores tropicales invaden las salas de los teatros, danzantes se unen al público de pie en los pasillos para ver bailar a otros luego de sus propias actuaciones, ovaciones de varios minutos e historias sorprendentes sobre las hazañas de los aficionados para obtener los boletos de una función.

Para público y artistas, esta gran fiesta de la danza deviene una singular oportunidad de aprendizaje.

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