Farmacia santiaguera fundada en 1887 oferta productos biosaludables

Una veintena de productos biosaludables oferta a la población la farmacia Bottino, de esta ciudad, primera de su tipo abierta en la provincia de Santiago de Cuba con medicamentos que elevan la calidad de vida.
Pueden encontrare tabletas de spirulina y anamú, vimang en crema, propolina tintura, asmacán en suspensión y prevenox (extracto de ácidos de cera de caña) recomendado para las personas de la tercera edad.
Igualmente los homeopáticos (gotas sublinguales) para el tratamiento auxiliar del insomnio, cefalea, rinitis, menstrual, indigestión, asma, conjuntivitis, trauma y reuma y también los antioxidantes de origen natural como el vimang extracto acuoso.
En el caso de los suplementos nutricionales como el trofín jarabe, neotrofin y neotrofín con vitamina C y ácido fólico, la venta es por receta de un especialista.
Arelis Grave de Peralta, administradora de la unidad, destacó la buena acogida y dijo que próximamente incorporarán la minidosis de miel y el champú de igual origen.
Esos renglones son elaborados por el Instituto Finlay, Labiofam, Laboratorios Dalmer, Centro Nacional de Biopreparados y Laboratorio Farmacéutico Oriente, entre otros.
La unidad recién abierta ocupa un área de un emblemático edificio en San Basilio, esquina a Santo Tomás, donde radicó desde 1887 la farmacia Bottino, dedicada a la medicina tradicional.
Ese inmueble recibe ahora una rehabilitación capital por la Oficina del Conservador dado sus valores patrimoniales e históricos, ya que fue ejemplo del sistema farmacéutico en la ciudad por la introducción de novedades científicas y tecnológicas.
A fines del siglo XIX los medicamentos eran importados desde Europa y los Estados Unidos, cuya demora en los viajes provocó su escasez, de ahí que aparecieron nuevos preparados de plantas medicinales y la miel, dando lugar a la venta de fitofármacos y apifármacos.
Entre los farmacéuticos de mayor realce en la urbe oriental estuvo el doctor Luis Carlos Bottino, por el cual tomó nombre la farmacia, en reconocimiento al esmero con que funcionó.
En los altos radicó el Colegio de Farmacéuticos de Santiago de Cuba, creado el 13 de septiembre de 1903.