Granma con alto potencial para turismo de naturaleza

La industria turística en Cuba enfrenta un momento crucial, marcado por los embates de fenómenos naturales como huracanes y sismos, sumados a las tensiones financieras y económicas que afectan al país. Este contexto adverso impidió que, durante el año pasado, se alcanzara la meta de recibir tres millones de visitantes extranjeros, una cifra que había sido proyectada como parte de los planes de desarrollo del sector. Ante este escenario, las autoridades y actores involucrados se ven obligados a replantear estrategias y rediseñar propuestas para mantener el turismo como uno de los motores principales de la economía nacional.
En medio de estos desafíos, emerge con fuerza la idea de integrar el turismo de naturaleza, la conservación ambiental y la cultura como ejes fundamentales para consolidar a Cuba como un destino único.
Esta visión no solo busca atraer a viajeros en busca de aventuras y experiencias rurales, sino también resaltar el patrimonio natural y cultural que distingue a la isla. En este sentido, la provincia de Granma se perfila como un territorio con un potencial excepcional, gracias a su riqueza natural y su historia libertaria, elementos que podrían catapultarla como un referente del ecoturismo en el país.
Uno de los enclaves más prometedores es el polo turístico Marea del Portillo, un espacio donde la majestuosidad de la Sierra Maestra se funde con las aguas cristalinas del mar Caribe. Este entorno singular no solo ofrece un paisaje impresionante, sino que también se convierte en un escenario ideal para promover el turismo de naturaleza.
Con 11 áreas protegidas en su territorio, Granma cuenta con una geografía que atesora biodiversidad y belleza, aspectos que pueden ser aprovechados para diseñar experiencias turísticas innovadoras y atractivas.
Además de su riqueza natural, la provincia tiene otro activo invaluable: su cultura. Una tierra que ha sido testigo de momentos históricos trascendentales y que ha dejado una huella imborrable en la identidad cubana. Este legado cultural, sumado a la geografía privilegiada, ofrece una base sólida para construir propuestas turísticas que combinen historia, naturaleza y autenticidad.
En este contexto, el Día del Trabajador de la Hotelería y el Turismo, celebrado cada 4 de marzo, adquiere un significado especial. Es una fecha que no solo reconoce la labor de quienes dedican sus esfuerzos a este sector, sino que también invita a reflexionar sobre los retos y oportunidades que enfrenta la industria. En un momento en el que se requiere innovación y creatividad, el turismo cubano tiene la posibilidad de reinventarse, apostando por un modelo que priorice la sostenibilidad, la conservación y la autenticidad.
Aunque el camino no está exento de dificultades, las fortalezas de Cuba como destino turístico son innegables. Con propuestas que integren la naturaleza, la cultura y el cuidado ambiental, la isla podría no solo superar los desafíos actuales, sino también posicionarse como un referente en el turismo de aventura y rural a nivel internacional. El reto está en convertir estas potencialidades en realidades, ofreciendo a los visitantes una experiencia única que los invite a regresar y a compartir la magia de Cuba con el mundo.