Ecce Cuba: gráfica e identidad cubana en Roma

alina
21 May 2014 5:02pm
Ecce Cuba: gráfica e identidad cubana en Roma

Una locución latina es la primera llamada de atención sobre una muestra artística que desde la célebre Plaza Navona, uno de los sitios de mayor magnetismo en la ciudad de Roma, sazona la primavera cultural: Ecce Cuba.

En efecto, Cuba está allí, en la galería del Instituto Cervantes, con un notable repertorio de grabados, curado por Yohana Pírez y Xavier Llovet, que ilustra el desarrollo de una amplia zona de la gráfica cultivada por los artistas de la Isla durante las últimas cuatro décadas.

Con el apoyo de la Embajada de Cuba en Italia, se exhibe aquí un panorama abarcador mediante el cual es posible apreciar la diversidad de estilos y propuestas en el trato con la piedra, la madera y el metal destinados a obtener originales múltiples.

La nómina de artistas representados habla por sí misma: Alejandro Saínz, Alexis Leyva Machado (Kcho), Ángel Ramírez, Andy Rivero, Ariel Izquierdo, Arturo Montoto, Vicente Rodríguez Bonachea, Carlos del Toro, Daniel Rodríguez, Diana Balboa, Eduardo Abela (Abelita), Eduardo Roca (Choco), Gilberto Frómeta, Hugo Azcuy, Ileana Alonso, José Omar Torres, Julio César Peña, Leonel López Nussa, Liudmila López, Lisbet Corvo, Luis Lara, Max Delgado, Rafael Paneca, Rafael Pérez Alonso, Ricardo Silveira y Zaida del Río.

Confluyen de tal manera creadores de varias generaciones, bajo el denominador común de que la inmensa mayoría creció en el oficio y halló sus claves poéticas en el sistema de educación artística y las instituciones culturales fomentadas luego del triunfo revolucionario de 1959.

La presencia de Rafael Paneca y Max Delgado en la inauguración y las jornadas inmediatamente posteriores facilitó un intercambio de primera mano con especialistas y espectadores.

Paneca testimonió acerca de la enseñanza del grabado en la Isla y particularizó la significación del Taller de Gráfica de la Plaza de la Catedral habanera, mientras Delgado trajo la edición de su libro De Baviera a La Habana, en tres volúmenes, sobre la historia y evolución de la manifestación, su implantación en Cuba y las técnicas fundamentales. Ambos también compartieron su experiencia con los profesores y alumnos del Liceo Artístico Estatal Argan.

“He podido comprobar cómo tanto en ciertos círculos intelectuales como entre gente común supuestamente informada —comentó Manuel García, agregado cultural de la sede diplomática cubana— una exposición como esta rompe mitos y prejuicios sobre la creación y la promoción de las artes en una sociedad como la nuestra”.

“La gráfica —precisó— en este caso ha sido un pivote para mostrar otros referentes de nuestra vida cultural e identidad, desde la música de concierto hasta el deporte”.

En el hermoso auditorio de la Real Academia de España, en las terrazas de Giannicolo que evocan el ambiente que motivó a Ottorino Respighi a componer la suite Los pinos de Roma, el pianista Marcos Madrigal, en plena madurez técnica e interpretativa, entregó un programa de autores cubanos, desde Saumell y Cervantes a Yalit Guerra y Aldo López Gavilán, con Lecuona en el centro.

Canciones tradicionales y actuales se escucharon en la sede del Cervantes en la voz de la joven ítalo-cubana Mónica Marziota y se proyectó el filme Agramonte, viaje a los ritos afrocubanos, de Roberto Ravenna, registrado en la localidad matancera donde perviven las raíces arará.

Una selección antológica bilingüe de poetas cubanos, con textos publicados entre 1940 y 1975, tuvo una cálida recepción. Miguel Barnet, quien dictó en el Instituto Ítalo-Latinoamericano la conferencia Celebración de la poesía y recibió por sus méritos intelectuales la medalla de la entidad, ponderó la fidelidad de la versión de su poema Empujando un país.

El 3 de julio, en vísperas del cierre de la muestra en la Plaza Navona, habrá un desafío de béisbol dedicado a la jornada en Nettuno, enclave donde esa disciplina es pasión y conocen muy bien a los astros cubanos de la pelota.

Con información de Granma Internacional

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