Cuba-Estados Unidos: Algunas implicaciones económicas

alina
20 July 2015 4:03pm
Cuba-Estados Unidos: Algunas implicaciones económicas

Cuba y Estados Unidos restablecieron relaciones diplomáticas, hecho histórico tras más de medio siglo de distanciamiento que marca un antes y un después en los vínculos entre las dos naciones vecinas, a solo 140 kilómetros de distancia.

Más allá de las diferencias y desconfianzas aún existentes, marcadas incluso por el persistente bloqueo económico contra la isla antillana, considerado por La Habana como un obstáculo para la plena normalización de las relaciones, el hecho tendrá por naturaleza una implicación al interior de Cuba, sobre todo económica, e incluso internacional que deberán favorecerla pese al  bloqueo a ella impuesto.

Desde que los respectivos presidentes de ambas naciones anunciaron el inicio de un proceso de acercamiento las antenas económicas del país norteño y de otras latitudes se giraron hacia la Isla.

Cada vez es mayor el interés por esta nación, incluso entre algunos de los consorcios y asociaciones de negocios más importantes de Estados Unidos en sectores como la agroalimentaria, la producción de maquinarias, las telecomunicaciones y el turismo, la hostelería y los servicios de viaje; el transporte marítimo, de lo cual es prueba las presiones que en tal sentido realizan los operadores de cruceros.

Expertos norteamericanos del sector del turismo afirman que Cuba despierta un enorme interés entre los estadounidenses y que de eliminarse las restricciones a ese sector por parte del gobierno norteño, la cifra de viajeros a la isla podría pasar del medio millón en el 2014 a dos millones en 2017, incluso a mucho más en el futuro.

El director del Lauder Institute de Wharton,  Mauro Guillén, pronosticó que “Cuba se podría convertir para EE. UU. lo que España es para Europa”, y calculó que “dentro de 15 o 20 años, puede que vayan 70 millones de norteamericanos a Cuba”.

Por supuesto, ello implicaría importantes avances en materia de infraestructura  -carreteras, aeropuertos  y  hoteles-, que transitarían, como otras muchas expectativas comerciales y de negocios, por el aún vigente bloqueo  económico y financiero impuesto a Cuba, el cual en alguna medida, no en su esencia y amplitud, se ha ido desmontando con algunas medidas decretadas por el gobierno de Obama.

Recordemos que a partir de ellas en febrero pasado la empresa de telecomunicaciones cubana, ETECSA, y la firma norteamericana IDT firmaron un acuerdo para la comunicación directa entre los dos países.
Destaca además entre esas disposiciones  las 12 categorías de viajeros autorizados, las cuales incrementan las visitas académicas y de negocios.
Los cambios en los nexos entre las dos naciones hizo aumentara un 36 por ciento la cantidad de visitas de estadounidenses a la isla entre el primero de enero y el nueve de mayo de este año, comparados con el mismo periodo de 2014, acorde con cifras  ofrecidas a The Associated Press por un profesor de la Universidad de La Habana.

Ello incluye a miles de personas que vuelan a Cuba desde terceros países, como México, para evitar las restricciones al turismo impuesto por el bloqueo.

Se suma  el interés declarado del gobierno estadounidense de favorecer en su intercambio al sector privado cubano, para lo cual en el conjunto de medidas aprobadas por el presidente estadounidense  está la exportación de bienes y equipos, incluidos dispositivos de comunicaciones que solo venderían a ese sector.

El ex ministro de economía de Cuba, José Luis Rodríguez, recordó en un reciente artículo sobre el tema que la administración Obama autorizó que los visitantes norteamericanos puedan importar productos cubanos por 400 dólares, de ellos 100 dólares en alcohol y tabaco.

Destacó también la potencialidad del mercado Premium del tabaco en Estados Unidos, en el que  Cuba pudiera cubrir ventas por unos 270 millones de dólares al año, un 30 por ciento del mercado.

En el caso de las bebidas, Estados Unidos absorbe el 40 por ciento del segmento mundial de alta calidad, donde el ron cubano tiene un espacio asegurado, con ventas de seis millones de cajas en 125 mercados, señaló el también asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.

Aclaró, y vale acotar, ello ocurre no obstante, estar pendiente una nueva revisión en el litigio sobre la marca Havana Club, que fue otorgada por un tribunal estadounidense a la firma Bacardí. “Si se mantuviera el fallo contrario a Cuba, se piensa vender el mismo ron cubano de alta calidad bajo la marca Havanista, que ya está registrada de forma exclusiva para Estados Unidos”, apuntó.

Señaló igualmente otras posibilidades de negocios entre La Habana y Washington como productos farmacéuticos de la biotecnología entre otros.
Entre los pujantes movimientos de acercamiento entre los dos países destaca, por su génesis, la coalición bipartidista Engage Cuba, creada por demócratas y republicanos para promover desde el propio Congreso de la nación las relaciones con la Isla.

Para Engage Cuba el mercado cubano pudiera ascender a seis mil millones de dólares anuales, que además aumentaría de manera significativa de haber avances en la industria turística, el acceso de productos cubanos al mercado norteamericano y la explotación de las reservas petroleras que pudieran existir en las costas cubanas.

Aunque el interés mayor, a través de la historia, de Estados Unidos hacia Cuba, está en la posición geográfica de la Isla, de vital importancia para su comercio con América Latina y con el mundo, ahora con valores añadidos, como el elevado desarrollo de su capital humano y el clima de estabilidad social y política reinante en el país.

El camino está marcado, la bandera cubana ondea en la sede del Departamento de Estado entre las más de 150 ubicados de manera alfabética en la recepción de la sede federal a cargo de las relaciones internacionales.

El estandarte cubano fue izado también en el edificio de la calle 16 del Barrio Meridian Hill,  sede diplomática de La Habana en Washington,  54  años después del 3 de enero de 1961 cuando la Casa Blanca rompió los nexos diplomáticos con Cuba, retomados tres meses después de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, anunciaran el interés de reabrir las relaciones.

Un hecho histórico sin dudas, muy esperado, aunque cuesta aún trabajo creer tras 54 años de distanciamiento, aunque arduo y complejo será el sendero para unas relaciones normales.

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