Raras luces del norte: Auroras boreales en Europa

Dr. José Rubiera
11 November 2023 2:11pm
Raras luces del norte: Auroras boreales en Europa

En la Naturaleza hay un fenómeno al que es difícil que otro pueda competir en belleza. Se trata de las Auroras Boreales. Sin embargo, es un fenómeno que usualmente es coto privado de los países de latitudes altas, muy normal en el norte de Canadá, en Islandia, Finlandia, Suecia o Noruega. También se les llama usualmente “Luces del Norte”.

Y todo comienza en el Sol, y en las tormentas solares o geomagnéticas, que ocurren usualmente después de la aparición de manchas solares en nuestro Astro Rey. Se produce entonces una gran eyección de partes de masa de la corona del Sol o “viento solar”, que son realmente nubes de plasma ocasionadas por las grandes eyecciones de masa de la corona que despide hacia el espacio el Astro Rey.

Recordemos que Plasma se llama a la materia supercalentada, tan caliente que los electrones son sacados fuera de sus órbitas atómicas, formando un gas ionizado, porque, por supuesto, tiene carga eléctrica. El Universo visible se compone en un 99% de plasma. En el cielo nocturno, el plasma brilla en las estrellas, las nebulosas, y… en las auroras que a veces ocurren cerca del polo Norte de la Tierra (Aureola Boreal), aunque también ocurren cerca del polo Sur. Sin embargo, la mayor distancia de los continentes al polo Sur de nuestro Planeta, hace que las Aureolas Boreales sean las más conocidas, de ahí el apelativo de “Luces del Norte”.

Aunque las expulsiones de plasma del Sol pueden ocurrir muy frecuentemente, sus efectos apenas se notan. Sin embargo, hay casos en los que hay expulsiones grandes de plasma, que son lo suficientemente intensas, para que produzcan alteraciones importantes en las capas altas de la atmósfera de la Tierra.

El flujo de partículas del viento solar tarda entre un día y medio y dos días en recorrer los 150 millones de kilómetros que separan a la Tierra del Sol, y entonces, esas partículas cargadas, chocan contra la atmósfera de nuestro Planeta, con la liberación de energía en forma de luz. Eso es lo que forma las Aureolas.

El proceso, en mayor detalle, ocurre de la manera siguiente: cuando esas partículas cargadas llegan al campo magnético de la Tierra, éste actúa como un imán, las atrapa en las capas externas de la atmósfera y las lleva hacia los polos. En el camino, estas partículas cargadas de alta energía se encuentran con moléculas de oxígeno y nitrógeno atmosférico, y al interactuar con estos elementos, provoca que se exciten y sus órbitas atómicas alcancen grados mayores de energía.

El proceso simple dura muy poco, pero se repite, dura unas millonésimas de segundo, tras o cual, como esos estados de alta energía son muy inestables, las moléculas de oxígeno y nitrógeno vuelven a su estado de nivel fundamental de energía, y, al hacerlo, liberan la energía que habían adquirido, expulsándola en forma de fotones, es decir, partículas que producen luz. Y esa es la luz de las Auroras o “Luces del Norte”. ¿El color?, depende de la longitud de onda y la intensidad con la que esos fotones abandonan a las moléculas de oxígeno y nitrógeno. Entonces la luz será percibida de un color o de otro, y el cielo aparecerá teñido con diferentes matices o tonalidades.

Aurora Boreal fotografiada en Northumberland, en la costa Nordeste de Inglaterra, el domingo 5 de noviembre de 2023. Imagen: Cordon Press
Aurora Boreal fotografiada en Northumberland, en la costa Nordeste de Inglaterra, el domingo 5 de noviembre de 2023. Imagen: Cordon Press

 

¿Y es peligroso? Hay que decir que, aparte de los trastornos que traen aparejadas respecto a los sistemas tecnológicos, equipos de comunicaciones de todo tipo, sistemas GPS, etc., las Aureolas no representan ningún peligro para los habitantes del Planeta, sino solo un excelente y bonito espectáculo para los que tengan la suerte y puedan admirarlas. Esto, a pesar de la enorme energía que se libera por el Sol en cada tormenta geomagnética, que equiparable a la de millones de bombas de hidrógeno explotando al mismo tiempo.

Pese a lo anterior, no podemos decir que ocurra lo mismo en el espacio, pues estos fenómenos, que son los más violentos que ocurren en el Sistema Solar, son muy peligrosos en el espacio, fuera de la protección de nuestra atmósfera. Los flujos de partículas con alta energía pueden dañar la salud de los astronautas, dañar la electrónica en las naves espaciales o en cualquier instrumento electrónico que esté en la órbita de la Tierra. de ahí que cuando se planifican las misiones espaciales, se toma muy en cuenta la actividad del viento solar. ¡La atmósfera de la Tierra protege de este peligro a los habitantes de nuestro Planeta!

Ahora, volvamos a lo que ha ocurrido en esta semana. En la madrugada del 6 de noviembre, en Extremadura, España, se observaron destellos rojos en el cielo nocturno. En lugares del centro de Europa, como en regiones de Italia, Francia, Eslovaquia, Irlanda, y Polonia, y también en zonas de Inglaterra, fueron avistadas estas luces.

¿Por qué esto ha ocurrido en latitudes más bajas de lo normal? Pues porque en este caso ha habido una tormenta solar extremadamente fuerte, y por ello, un flujo más denso de partículas, o viento solar más fuerte, que fue capaz de llegar a la Tierra, haciendo una interacción más fuerte que lo normal con el campo magnético del Planeta. La intensidad del flujo ocasionó que unos excesos de partículas fueran redirigidas a otras zonas de la alta atmósfera situadas en latitudes más al sur, interactuando con las moléculas de oxígeno y nitrógeno en estas zonas, y ocasionando auroras boreales en lugares bastante alejados de los polos.

Y, ¿Es posible que ocurra este espectáculo en las zonas tropicales como el mar Caribe? Pues aguántense de los asientos con esto que voy a contarles….

Ocurrió hace 164 años… Una megatormenta solar llegaba a nuestro planeta, trayendo un fuerte flujo de partículas de alta energía a la atmósfera de la Tierra.

El 2 de septiembre de 1859, un estimado de mil millones de toneladas de masa coronal del Sol llegaba así al campo magnético de la Tierra ocasionando auroras polares en latitudes muy al sur de lo normal. Los campistas en las Montañas Rocosas, en los Estados Unidos, se despertaron en medio de la noche, pensando que el resplandor que veían era la salida del sol.

En latitudes tan al sur, como en Cuba, también se pudo observar ese evento de aurora boreal.  Las personas observaron una iluminación roja que lo inundaba todo. Era algo raro, no era el Sol, era realmente una aurora boreal.

Lugares en los que fue observada la gran Aurora Boreal del 2 de septiembre de 1859.
Lugares en los que fue observada la gran Aurora Boreal del 2 de septiembre de 1859.

 

La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos ha estimado que, si una tormenta solar similar a ésta ocurriera hoy, ocasionaría daños a la infraestructura tecnológica, estimados en una cifra entre un billón y un trillón de dólares estadounidenses, y que, además, se requerirían de cuatro a diez años para obtener una completa recuperación tecnológica.

¿Pudiéramos observar de nuevo auroras boreales lejos de latitudes polares en el lapso de los próximos años? Es posible que sí, pues la actividad solar varía en función de ciclos que duran entre 10 y 12 años y es normal que al final de ellos, la actividad solar se haga más fuerte.

Resulta que el actual ciclo solar tendrá su máximo en el año 2025, por lo que estar en estos momentos ante eventos de vientos solares fuertes es algo completamente normal.

Por ello, resulta bastante probable que fenómenos como estos puedan volver a aparecer a lo largo de estos próximos dos años, a medida que estemos próximos al momento de mayor actividad del actual ciclo solar. Así que, ¡a observar el cielo en las noches cuando se esté próximo a una tormenta solar!

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