¨Diferentes sistemas de unidades¨
¿Pudieran pensar Uds. que un proyecto espacial de algo más de 100 millones de dólares haya fracasado porque usaba dos sistemas de unidades diferentes?
En el mundo actual coexisten dos Sistema de Unidades de Medición diferentes; ¿coexisten? Bueno, el Sistema Internacional de Unidades es prácticamente universal, se encuentra en todos los países del mundo actual, y es prácticamente universal, porque hay otro sistema, el Sistema Imperial de Unidades (o anglosajón), que solo es empleado oficialmente en los Estados Unidos de América.
Para entenderlo, hay que remontarse a siglos atrás. El Sistema Imperial o anglosajón surge de la evolución de unidades locales que se usaban a través de los siglos, a lo que se añadieron los intentos de estandarización que se realizó en el Reino Unido como cabeza del Imperio Británico, de ahí el nombre Imperial. Las unidades mismas tienen sus orígenes en la época de la antigua Roma.
El actual Sistema Internacional de Unidades es mucho más moderno. Surgió a partir del Sistema Métrico Decimal, cuyo origen, a su vez, proviene de Francia. Antes del siglo XVIII, nunca hubo en Francia un sistema de unidades unificado. A pesar de los repetidos intentos de diversos reyes que intentaron reducir la cantidad de unidades, en 1795 Francia contaba con más de setecientas unidades de medida diferentes. Muchas de ellas tomaban como referencia criterios de la anatomía humana: la palma, el pie, el codo, la toesa, etc. Además, había valores diferentes de una ciudad a otra. Las medidas de volumen y las de longitud no tenían ninguna vinculación entre ellas. No había una estructura adecuada y armoniosa entre múltiplos y submúltiplos. Era algo bastante parecido a un caos, con todas las consecuencias que puede uno imaginarse para la vida, el comercio, el desarrollo y las investigaciones científicas.
La Revolución Francesa creó un clima muy propicio a la reforma de las unidades de medida. Se clamaba por un sistema de medidas universal: El Sistema Métrico Decimal. Este sistema, contenía la simplicidad y la universalidad en su concepción, y entonces comenzó a propagarse fuera de Francia. Desde principios del siglo XIX el sistema métrico fue adoptado en diversas provincias italianas. Fue declarado obligatorio en los Países Bajos en 1816 y escogido por España en 1849. De ahí hacia acá, la historia es mucho más larga, y rica en acontecimientos, quizás un día les cuente de eso. Baste decir que, de este sistema, surgió el Sistema Internacional de Unidades, un verdadero Sistema Internacional que se rige por la Conferencia General de Pesas y Medidas (Conférence Générale des Poids et mesures o CGPM), que es la conferencia diplomática en la que se ejerce la toma oficial de decisiones y que, para ello, se reúne cada cuatro años en Francia.
Cabe destacar que el primer presidente del CIPM fue un español, el general Carlos Ibáñez e Ibáñez de Íbero (1825 – 1891) que estuvo 16 años en dicho cargo. Ibáñez fue un oficial militar con gran inclinación científica y matemática que revolucionó la geodesia al inventar un nuevo aparato conocido como “aparato Ibáñez”, con el que midió la base central de triangulación geodésica de España con una inaudita precisión. El Sistema Internacional que está en vigor en la actualidad, se estableció oficialmente en 1960 por la 11.ª Conferencia General de Pesas y Medidas, manteniéndose actualizada con los últimos adelantos de la ciencia de la metrología.
En la cuna del Sistema Imperial, el Reino Unido, a la vez que las naciones continentales europeas adoptaban el sistema métrico, se hizo un esfuerzo de unificación de las unidades de medida, hasta entonces las tenían como también ocurría en el resto del mundo, distintas de región a región, para entonces imponer su Sistema Imperial de Medidas. Los Estados Unidos hicieron otro tanto, aunque no siguieron los patrones de la antigua metrópoli y tomaron como base otro sistema. El resultado fue que, en muchos casos, las unidades de medida del Sistema Imperial británico son distintas de las del Sistema Imperial de medidas de los Estados Unidos.
Hoy en día, el Sistema Imperial ha sido reemplazado lentamente por el Sistema Internacional de Unidades. Gran Bretaña adoptó oficialmente el sistema métrico, en consonancia con el resto de Europa. Sin embargo, las medidas imperiales todavía siguen utilizándose en varias actividades, especialmente para las distancias de carretera, que se miden en millas. Las pintas imperiales y los galones en Gran Bretaña son un 20 % mayores que las medidas de los EE. UU., ya que, como les conté en el párrafo anterior, en los Estados Unidos se tomaron de base otro sistema que, aunque parecido, era diferente del empleado en el Reino Unido. En los Estados Unidos, la inercia ante el cambio de sistema de medición, pero, sobre todo, el alto costo que tendría la migración de su sistema al Sistema Internacional, ha impedido en gran medida el cambio.
Debido a lo anterior, el único país que oficialmente emplea un sistema de unidades diferente del Sistema Internacional de Unidades, es Estados Unidos.
Pero ahora, volveré más atrás, por donde comencé:
El Mars Climate Orbiter (anteriormente Mars Surveyor '98 Orbiter) fue una sonda espacial robótica de 638 kilogramos lanzada por la NASA el 11 de diciembre de 1998 para estudiar el clima marciano, la atmósfera marciana y los cambios en su superficie, y para actuar como el relé de comunicaciones en el programa Mars Surveyor '98 para el Mars Polar Lander. El 23 de septiembre de 1999 la sonda estaba en vías de entrar en la órbita del planeta Marte, pero… al comenzar a dar la primera vuelta por detrás del planeta, la nave sonda se perdió completamente, quedó sin control y se piensa que se estrelló en el rojizo suelo del planeta, rompiendo así las esperanzas de éxito, tras el largo viaje de 10 meses desde La Tierra hasta Marte.
Tras las investigaciones de rigor, se detectó que el problema original había sido que el proyecto se había diseñado mal, pues en una parte del mismo se había usado el Sistema Imperial de Unidades, y en la otra el Sistema Internacional de Unidades, y al parecer, eso sí, hubo una falta de integración total, lo que conllevó al fracaso. Fue una mala experiencia y un buen ejemplo de que no deben mezclarse dos sistemas de unidades, pues casi seguro pueden ocurrir errores, que a su vez conduzcan al fracaso.
En esa época, la NASA, como otras muchas instituciones científicas del mundo, ya estaba empleando el Sistema Internacional de Unidades, pero en los Estados Unidos, donde radican la mayoría de las empresas suministradoras, como ya vimos anteriormente, es de amplio uso el Sistema Imperial de Unidades. Y esas empresas suministradoras, también usaban el Sistema Imperial. Y, a pesar de que la NASA exigía que se convirtieran las unidades imperiales al Sistema Internacional de Unidades, una de las principales empresas suministradoras, una empresa clave, no lo hizo, y esa falla de tener al mismo tiempo diferentes unidades de medición, no fue detectada. Ese fue el error que costó un poco más de 100 millones de dólares.
Cada vez que la sonda encendía sus motores para corregir la trayectoria, ingresaba datos erróneos, y la maniobra, aparentemente correcta, no lo era. Cuando la sonda espacial se acercó a Marte, estaba en una trayectoria que se pensaba que la colocaría entre 150 km y 170 km de altura sobre la superficie del planeta, pero… la sonda no llegó a Marte a esa altura, sino que lo hizo en una supuesta órbita a solo 57 km de altura sobre Marte.
Ya van a hacer 22 años y no se ha sabido nada más. Lo más probable es que la sonda se haya estrellado contra el planeta rojo, pero cabe una pequeña probabilidad de que haya seguido su camino hacia el Sistema Solar. Nadie lo sabe, pero con los futuros planes de exploración de Marte, quizás algún día se pueda saber cuál fue el destino final del Mars Climate Orbiter.
