Ron 510, añejado con tiempo y sabiduría

Santiago de Cuba celebró sus 510 años de fundada con un homenaje extraordinario: el lanzamiento del ron 510 Aniversario, una creación que sintetiza la identidad, cultura y espíritu de la villa heroica. La ceremonia, realizada en la Oficina del Conservador de la Ciudad, fue un viaje sensorial cargado de tradición y maestría.
Desde los primeros años del siglo XXI, el Maestro del Ron Cubano Tranquilino Palencia Estruch, junto a otros visionarios, soñaban con elaborar un ron que representara el alma santiaguera. “Hace más de 15 años comenzamos a trabajar en este proyecto. Seleccionamos cinco de nuestras bases más antiguas, algunas provenientes de la icónica Bodega Don Pancho, considerada la catedral del ron cubano”, explicó Palencia Estruch, más conocido como Tano.

Tras más de 20 mezclas experimentales, se logró un perfil sensorial refinado que aspira a conquistar el gusto colectivo. “Queríamos que gustara a la sociedad, y si era posible, a la mayoría… entre más guste, mejor”, confesó el maestro.
El carácter excepcional de este ron radica en el uso de barriles de roble blanco, elaborados con madera proveniente de los Montes Rocosos de América del Norte. Restaurados con esmero, algunos con más de 90 años de antigüedad, estos barriles fueron preparados bajo las enseñanzas del maestro Arturo García, convertido en guía y referencia técnica para generaciones de roneros.
“En el ron es aroma y sabor —afirmó Tano—. Hay que tener los cinco sentidos despiertos para entenderlo.” Con esta visión, se buscó una diferenciación sustancial frente a las seis versiones anteriores. El tratamiento exquisito de los barriles y la evaluación sistemática del añejamiento dieron como resultado un producto de alta sofisticación que, en junio de este año, cumplió con las expectativas soñadas.
Simultáneamente se trabajó en el diseño del envase: una botella fuerte y vigorosa, realzada con dorados que evocan fortaleza. En ella destaca la espada de Santiago Apóstol, emblema del logo “510”, sostenido sobre los tres picos sagrados de la Sierra Maestra: Turquino, Cuba y Suecia. Vasos con forma de barril acompañan el diseño, junto a un estuche decorado con marcas que evocan las ruedas de los barriles. Dentro, una fotografía del Parque Céspedes y una dedicatoria conmemorativa completan la experiencia.
Durante la cata comentada, la Maestra del Ron Cubano Dra. C. Noemí del Toro resaltó los procesos químicos únicos que ocurren en la madera: más de 150 mil compuestos y reacciones determinan el perfil final. “Este ron es suave, pero refleja nuestra ciudad: el calor, la naturaleza, el aire del campo… elementos que moldean su carácter”, aseguró. Observó también cómo el tiempo de añejamiento genera transparencia brillante, cortinas en las paredes y aromas frutales que conectan con el alma santiaguera.
“Solamente recibir un estuche con esa calidad ya habla de un producto que lleva el corazón de los maestros y la dedicación de ocho generaciones que han defendido la cultura del ron en Santiago de Cuba”, expresó del Toro antes de brindar, primero por la cultura ronera y luego por los 510 años de la villa.
El evento reunió a figuras clave como Andro Abón Mazar, presidente de la Corporación Cuba Ron S.A.; la vicepresidenta primera Sahily Arteaga Puerto; los vicepresidentes de Industrial y Negocios; los directores de las roneras Central y Santa Cruz del Norte; la copresidenta de Habanos S.A., Maritza Carrillo, y el presidente de la Asociación Cubana de Cantineros en Santiago de Cuba y vicepresidente de la Zona Oriental Yoandro Matos.
Ron 510 no es simplemente una bebida: es una joya sensorial que en cada gota contiene el legado, el esfuerzo y la identidad profunda de Santiago de Cuba.
