Eusebio Leal: El eterno enamorado de La Habana

Redacción Exce…
12 September 2024 7:05am
Eusebio Leal

La Habana, una ciudad impregnada de historia y cultura, recordó este 11 de septiembre a uno de sus hijos más ilustres, Eusebio Leal Spengler, en el 82 aniversario de su natalicio. El legado del historiador, profundamente vinculado con cada rincón de la capital cubana, sigue presente en la memoria colectiva de quienes lo conocieron y en el alma de la urbe que tanto amó.

En una emotiva ceremonia organizada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), se conmemoró la vida y obra del hombre que dedicó su existencia a la preservación de la ciudad.

Magda Resik, directora de Comunicación de la OHCH y locutora de radio y televisión, encabezó el evento y recordó con admiración la capacidad de Leal para entender y transformar el protocolo, adaptándolo siempre a su estilo humano y cercano. "A Eusebio no le gustaba ese protocolo rígido", señaló Resik, enfatizando que para Leal cada persona, independientemente de su cargo o función, era valiosa. En un tono íntimo, casi como entre amigos, pidió romper la solemnidad para evocar al hombre que supo cultivar amistades a lo largo del tiempo.

La Habana, bajo el cuidado vigilante de Leal, fue vista no solo como un conjunto de edificios y calles, sino como un ser vivo que requería atención y respeto. Resik destacó que Leal se interesaba por todos, desde quienes limpiaban las calles del Centro Histórico hasta los diseñadores y trabajadores que luchaban para mantener la ciudad radiante. Su cercanía con la gente, su capacidad de escuchar y valorar a cada uno, lo convirtió en una figura querida por muchos, lo que resuena aún hoy en los pasillos y plazas de la ciudad que ayudó a restaurar.

El homenaje también contó con la intervención del músico José María Vitier, otro de los fieles admiradores de Leal, quien rememoró la poderosa oratoria del historiador. Para Vitier, Eusebio Leal no solo se destacaba por su erudición, sino también por su habilidad para conectar con su audiencia, ya fuera desde una tribuna pública o en la privacidad de una conversación. "Fue un verdadero orfebre de la conversación", expresó el músico, quien llegó a comparar la voz de Leal con lo que pudo haber sido la de José Martí, un paralelismo que refleja la profunda admiración que sentía por su capacidad comunicativa.

Leal no solo era un historiador, sino un narrador de la vida, un defensor incansable de la cultura y el patrimonio cubano. Su capacidad para hacer de lo cotidiano un discurso profundo, lleno de imaginación y pasión, lo convirtió en una figura que trascendió los límites de la academia para convertirse en un icono popular. Vitier resaltó cómo cada palabra de Leal estaba cargada de significado, cada frase hilada con precisión, como si estuviera trabajando en una obra de arte.

El evento concluyó con la evocación de unas palabras pronunciadas por Leal durante la restauración del Castillo de Atarés, un proyecto que le llevó años y que ejemplifica su compromiso inquebrantable con La Habana.

Resik recordó con emoción el momento en que Leal, visiblemente fatigado, pronunció una reflexión que resonó profundamente entre los presentes: "La fatiga no es el resultado de lo que no ha podido vencerme ni derrotarme, es que vengo caminando hace mucho tiempo, hace muchas décadas, hace muchos siglos". Con estas palabras, Leal se identificaba no solo como un defensor de la historia, sino como parte integral de ella, alguien que, en sus propias palabras, estuvo presente cuando se construyeron los primeros cimientos de la ciudad.

 

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