El Faro Diego Velázquez: Una luz centenaria que sigue guiando a Cuba

Redacción Exce…
20 May 2025 6:38am
Faro Diego Velázquez

En el corazón de Cayo Paredón Grande se alza imponente el Faro Diego Velázquez, una obra patrimonial que acaba de ser sometida a una reparación capital, devolviéndole su esplendor original. Este símbolo de la ingeniería colonial no solo es un guardián para los navegantes, sino también un testigo silencioso de la historia cubana.

La historia del faro se remonta a octubre de 1854, cuando el teniente coronel de ingenieros Juan Campusano presentó un proyecto que culminaría en una de las construcciones más emblemáticas de la época. Tras ser adjudicado en subasta pública, el faro fue fabricado en los talleres de L. Santander y Compañía, en París, y transportado hasta Cuba a bordo del bergantín Dos Amigos. Su ensamblaje finalizó en 1859, uniendo su base mediante once barras de hierro, técnica innovadora para la época.

El 1 de noviembre de ese mismo año, a las 10 de la noche, Ángel Tabada encendió por primera vez las luces del Faro Diego Velázquez. Desde entonces, su iluminación ha evolucionado: comenzó con aceite, luego utilizó petróleo y hoy funciona con energía eléctrica. Su haz de luz, visible a treinta kilómetros de distancia, sigue siendo un faro de esperanza para quienes surcan las aguas del canal Viejo de Bahamas.

Más que una estructura funcional, el Faro Diego Velázquez es un legado histórico, un puente entre el pasado colonial y el presente, que continúa cumpliendo su misión con la misma nobleza con la que fue concebido.

 

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