El ascenso de un joven talento en la coctelería cubana

Redacción Exce…
22 July 2024 7:19pm
Miguel Enrique Zayas González, un joven cantinero de 19 años, ha logrado captar la atención de todos por el exquisito sabor de sus cocteles y su singular estilo de preparación.

Con una habilidad y destreza que deslumbran, Miguel Enrique Zayas González, un joven cantinero de 19 años, ha logrado captar la atención de todos por el exquisito sabor de sus cocteles y su singular estilo de preparación. Desde el hotel Memories Trinidad del Mar, Miguel Enrique se ha convertido en una estrella emergente en el mundo de la coctelería, destacándose especialmente en la modalidad conocida como flair.

El flair es un estilo que transforma la preparación de bebidas en un verdadero espectáculo. Requiere una habilidad extraordinaria y una concentración intensa para manipular herramientas y técnicas diversas mientras se mezclan los ingredientes de un trago. Para algunos, es un arte; para otros, un deporte extremo. Sin embargo, para Miguel Enrique, se trata de disfrutar y hacer que los clientes se sientan bien, según relató al semanario Escambray.

Desde que comenzó su carrera en la coctelería, Miguel Enrique ha demostrado una dedicación inquebrantable. "Lo ordinario le gusta a todo el mundo", comenta con emoción, consciente de que en el competitivo mundo de la coctelería no solo se necesitan habilidades, sino también un talento especial. A pesar de su juventud, ha ganado varios eventos regionales y ha competido junto a los campeones cubanos en esta modalidad.

La pasión de Miguel Enrique por la coctelería tiene raíces familiares. "Mi papá es chef; y un día me dijo: ‘Este camino es bonito, pero no es para ti’. Lo convencí para optar por la especialidad de servicios gastronómicos, después me hice dependiente y, luego, cantinero", relata. Fue su padre quien lo puso en contacto con Héctor, un amigo que practicaba el flair, y aunque no se conocen personalmente, Miguel Enrique está agradecido por sus consejos recibidos a través de WhatsApp.

El joven bartender recuerda con claridad su primera competencia, donde comprendió que la coctelería flair es mucho más que malabares con botellas y cocteleras. "Fue cuando choqué con la realidad y comprendí que no era tan simple como imaginaba. Me propuse superarme día a día". Esta determinación lo ha llevado a dominar múltiples combinaciones de herramientas, perfeccionando su técnica con cada práctica.

A pesar de los desafíos y el nerviosismo inicial, Miguel Enrique encuentra una gran motivación en su juventud y en las ganas de mostrar sus habilidades. "Yo soy joven y las ganas de mostrar mis habilidades son mi mayor motivación. Es un reto grande, pero tengo todo el tiempo del mundo para prepararme y perfeccionar la técnica".

La preparación detrás de la barra es intensa. Miguel Enrique enfatiza la importancia de conocer la historia de la coctelería y de entrenar rigurosamente. "Todo lleva un entrenamiento riguroso. No solo se pueden partir las botellas, también hay consecuencias para tu cuerpo porque te puedes cortar, tienes que tener cuidado. Son muchas las horas de práctica diaria. Soy de los que piensan que la constancia te hace cada vez mejor".

En su primera competencia municipal en Trinidad, Miguel Enrique alcanzó el primer lugar en coctelería clásica y flair, marcando el inicio de su carrera. Participar en el festival Varadero Gourmet, su primera competencia nacional, le permitió aprender de sus rivales y mejorar su técnica. "Pude ver y conocer a mis rivales, aprendí mucho de ellos. Fue el mismo día de mi cumpleaños, el 22 de septiembre, nunca lo voy a olvidar".

Desde entonces, ha competido en varios eventos organizados por Palmares, como el Fabio Delgado In Memóriam y en FITCuba 2024, donde compartió escenario con los actuales campeones y ganadores de los primeros premios del grupo Cubanacán.

Miguel Enrique sueña en grande. Actualmente, estudia la licenciatura en Turismo y aspira a convertirse en maitre, dirigiendo todo el servicio gastronómico en un restaurante. "Te detienes donde tú mismo te pongas los límites, y yo no los tengo", concluye, reflejando la ambición y el entusiasmo que lo impulsan a seguir creciendo en su carrera.

Foto: Escambray

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