De la caña a la botella: el Museo del Ron, un viaje a la tradición y el alma de Cuba
Si alguna vez has soñado con sumergirte en la historia viva de Cuba, el Museo del Ron es el lugar donde esa experiencia cobra vida. Situado en la emblemática Avenida del Puerto, en la Habana Vieja, este museo no solo te ofrece una fascinante oportunidad de descubrir el arte del ron cubano, sino que te invita a un recorrido sensorial que conecta el pasado y el presente de Cuba.
El Museo del Ron ocupa una mansión colonial del siglo XVIII que, en su día, fue hogar del Conde de La Mortera. Con una historia que abarca varias etapas de Cuba, este edificio, a partir de 1959, también fue sede de una naviera e incluso de la Casa del Joven Creador, antes de convertirse en museo en el año 2000. Cada rincón de este lugar es testigo de siglos de historia, pero es su construcción, que sigue la arquitectura clásica y elegante de la época colonial, la que realmente transporta a los visitantes a otro tiempo. Amplios arcos, imponentes columnas y un elevado puntal se combinan para ofrecer una atmósfera auténtica y atemporal.
Desde el momento en que cruzas la puerta del museo, te encuentras con la primera invitación de la tradición ronera cubana: tocar la campana, que resuena como lo hacía en los campos de caña hace siglos. Este gesto simbólico marca el inicio de un viaje lleno de historia, pasión y saberes transmitidos de generación en generación.
A lo largo del recorrido, los visitantes son guiados a través de los procesos fundamentales que dan vida al ron cubano. Desde la siembra de la caña de azúcar en los fértiles campos cubanos hasta el proceso de fermentación, destilación y añejamiento, cada paso es explicado con una meticulosidad que resalta el saber hacer de los maestros del ron. En este recorrido, el ron se revela como un auténtico tesoro cultural de la Isla.
El ron cubano es mucho más que una bebida; es un símbolo de la identidad cubana. En una de las salas del museo, se destaca el papel fundamental que el ron ha jugado en el desarrollo de la cultura cubana, explorando su relación con el arte. Las vitrinas exhiben obras de artesanos que representan las distintas marcas de ron, especialmente Havana Club, el emblema ronero de Cuba. Estos trabajos no solo destacan la destreza de los artistas, sino también el profundo vínculo entre el ron y la cultura cubana.
Además, la marca Havana Club se enorgullece de apoyar a los jóvenes talentos, brindando una plataforma cultural que impulsa la creatividad y el trabajo artesanal. No se trata solo de preservar una tradición, sino también de fomentar la innovación y el talento emergente en las artes cubanas.
Uno de los espacios más fascinantes del museo es la "Galería de la Caña de Azúcar", donde los visitantes pueden conocer el origen de esta planta vital para la producción del ron. Desde los trapiches hasta los centrales azucareros, el proceso de obtención del azúcar y la melaza como materia prima principal es una obra de arte en sí misma. Representa el gran desarrollo alcanzado por la industria azucarera desde finales del siglo XVIII como renglón fundamental de la economía cubana. Una muestra de esto es la maqueta detallada de un central azucarero, inspirada en el ingenio "Esperanza", ubicado en Santa Clara. Esta maqueta fue diseñada por el artista Lázaro Eduardo García Driggs entre 1993 y 1994.
A continuación, la sala ilustra cómo, a partir de una melaza de excelente calidad y su fermentación controlada, se obtiene un vino de caña que, tras ser purificado en un complejo proceso de destilación, dará lugar al aguardiente con características sensoriales únicas que será el alma del ron. Es aquí donde el verdadero sabor de Cuba cobra vida: el aguardiente fresco obtenido a 74-76% de alcohol es sometido a un proceso de añejamiento natural por un mínimo de dos años y posteriormente es filtrado preservando su riqueza. Luego se mezcla con otro destilado de caña y agua, dando como resultado un ron fresco que, tras continuos procesos de añejamiento, permite obtener bases añejas con las que el maestro del ron cubano elabora los productos finales.
Uno de los elementos más icónicos del museo son los barriles de roble blanco donde el ron cubano reposa durante su añejamiento. Estos barriles no solo cumplen con una función crucial en el proceso de maduración, sino que también simbolizan el legado de la destilación cubana. Los barriles, previamente utilizados, aportan al ron sus notas de sabor, aroma y color, y en el museo, los visitantes tienen la oportunidad de verlos de cerca, aprender sobre su origen y el impacto que tienen en la calidad del producto final.
Para los auténticos amantes del ron, el museo ofrece una mirada única al saber hacer de los maestros del ron cubano. Estos artesanos han dedicado toda su vida a perfeccionar sus técnicas y son los encargados de darle forma al perfil sensorial de cada tipo de ron. Convertirse en maestro del ron cubano requiere aproximadamente más de quince años de experiencia, un camino largo y riguroso que garantiza la transmisión de una tradición que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El museo también alberga algunos de los rones más exclusivos de Havana Club, como el ron Gran Reserva, que cuenta con más de quince años de añejamiento, o el máximo exponente de la marca, el ron Máximo, cuyo promedio de edad supera los ochenta años y se presenta en una botella única, grabada en oro.
El Museo del Ron no es solo un lugar para aprender, sino también para disfrutar. Ofrece diversas catas, donde los visitantes pueden degustar los mejores rones de la marca, como "Clásico", que incluye un refrescante cóctel de la casa y la degustación del emblemático Havana Club 7 años. Servicios como "Los Pilares" les permitirán degustar tres rones representativos de la marca: Havana Club 3 años, Havana Club 7 años y Selección de Maestros. O el servicio de "Cata Prestige", que brinda la oportunidad de degustar productos exclusivos de la colección Icónica de Havana Club, tales como Selección de Maestros, Añejo 15 años y Unión. Para quienes buscan una experiencia más fresca, el servicio de "Innovación" ofrece la posibilidad de degustar dos productos nuevos lanzados en Cuba: Profundo y Cuban Smoky.
Para satisfacer los paladares más complejos, también se ofrece el servicio de la "Experiencia Única", que brinda a los visitantes la oportunidad de crear su propio ron, a partir de la mezcla de tres tipos de bases perfectamente complementadas, lo que les permite personalizar el producto final.
El Museo del Ron cuenta con dos bares donde se pueden disfrutar cócteles preparados por especialistas con los mejores rones de la marca Havana Club. Además, se organizan eventos culturales, lo que convierte al museo en un lugar ideal para aquellos que buscan disfrutar de una experiencia auténtica en el corazón de Cuba.
Desde la majestuosidad de su mansión colonial hasta la pasión y dedicación de los maestros del ron cubano, cada rincón del museo está impregnado de la esencia cubana. Si alguna vez te has preguntado qué hace tan especial al ron cubano, una visita a este museo es la manera más deliciosa de descubrirlo.