Los amantes del sol y el mar
Los Jardines del Rey, un archipiélago situado en la costa norte de Cuba, emerge como un tesoro escondido en el corazón del Caribe. Este paradisíaco conjunto de islas, parte de la mayor reserva de la biosfera en el Caribe cubano. Ofrece a sus visitantes una experiencia inolvidable que combina la belleza natural con la comodidad moderna.
Las playas de los Jardines del Rey, son sin duda, las protagonistas de este espectacular destino. Con arenas blancas y finas que se extienden por kilómetros, y aguas cristalinas de un azul turquesa intenso, estas playas son un verdadero paraíso para los amantes del sol y el mar. Entre ellas, Playa Pilar destaca de manera excepcional. Nombrada en honor al yate de Ernest Hemingway, esta playa es famosa por sus impresionantes dunas de arena blanca, las más altas del Caribe cubano, y por ser un lugar ideal para el relax y el disfrute de un entorno natural prácticamente virgen.
El desarrollo turístico en los Jardines del Rey ha sido planificado con una visión de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. Los hoteles en la zona, aunque modernos y equipados con todas las comodidades necesarias para asegurar una estancia placentera, están diseñados para integrarse armoniosamente con el entorno natural. Desde lujosos resorts todo incluido hasta opciones más íntimas y ecológicas, los Jardines del Rey ofrecen alojamientos para todos los gustos, siempre con la promesa de una hospitalidad cálida y auténtica.
El mar en los Jardines del Rey es un mundo aparte, rico en biodiversidad y belleza. Las aguas cálidas y claras son ideales para una amplia variedad de actividades acuáticas, desde el buceo y el snorkel hasta el kitesurf y la pesca deportiva. Los arrecifes de coral, bien conservados y llenos de vida, son el hogar de una impresionante variedad de especies marinas, ofreciendo una experiencia inigualable para los amantes del mundo submarino.
Una de las maravillas de ingeniería que hacen posible el acceso a este paraíso es el pedraplén, una carretera sobre el mar que conecta la isla de Cuba con los cayos del archipiélago. Esta obra no solo facilita el acceso a estos destinos únicos, sino que también ofrece a los viajeros vistas espectaculares del mar y la oportunidad de experimentar el cruce entre dos mundos, el de la tierra firme y el de las islas paradisíacas.
Si eres amante de la fotografía subacuática, una inmersión en sus aguas siempre te hará sorprender, al encontrarte virtualmente suspendido en un vacío sin partículas en suspensión, en un espacio donde nada interrumpe las infinitas trasparencias matizadas de azules, algunas veces coronadas por iridiscentes rayos de sol. Rodeado de la policromía de una fauna sésil en la que abundan colonias de retractiles poliquetos, armoniosas gorgóneas, coloridos nudibranquios y esculturales esponjas, en un verdadero laberinto coralino donde casi posan, distraídos meros y exóticas especies que escudriñan curiosos sus reflejos en los domos de las lentes subacuáticas, y a los que parece no importarles los chasquidos del obturador y tu presencia, alejándose indiferentes y dejándote perplejo ante la magia de la naturaleza y tanta belleza.
Los Jardines del Rey en Cuba son una invitación a descubrir la magia del Caribe en su máxima expresión. La combinación de playas idílicas, alojamientos de primera clase, un mar rico en vida y maravillas de la ingeniería como el pedraplén, hacen de este destino un lugar excepcional para aquellos que buscan escapar a un paraíso tropical y sumergirse en la belleza y la tranquilidad de la naturaleza.
Texto: Jesús Vicente González Díaz