Una constelación de estrellas cubanas ilumina el Teatro Beausobre en Suiza
El Teatro Beausobre, en la ciudad suiza de Morges, vivió dos noches memorables los días 16 y 17 de noviembre, al acoger la Gala de las Estrellas de Cuba, un evento que reunió a nueve bailarines cubanos de renombre internacional. Provenientes de diferentes compañías alrededor del mundo, los artistas ofrecieron un espectáculo que fusionó magistralmente la danza clásica con la contemporánea, deslumbrando al público asistente.
Por primera vez, bailarines de la talla de Grettel Morejón y Dani Hernández, primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba, compartieron escenario con compatriotas que triunfan en importantes agrupaciones de Europa y otras regiones. Este encuentro, que marcó un hito para el Teatro Beausobre al presentar por primera vez danza clásica en su escenario, fue organizado bajo la dirección artística de Jesús Chang y la coordinación de Catherine Zuaznábar, quien además lidera la asociación Proyectos Intercambios Culturales desde Suiza.
Para Grettel Morejón, esta gala fue mucho más que una actuación internacional. La reconocida bailarina, destacada por su virtuosismo en la escena cubana, consideró el evento como un reencuentro especial con colegas que, aunque dispersos en distintas compañías, mantienen intacta la esencia y profesionalismo que caracteriza a la escuela cubana de ballet.
“La escuela cubana no solo nos unió en una forma de danza común, sino que creó una familia que trasciende la escena”, comentó Morejón, quien también destacó la calidez y la ovación del público suizo. “Cuando uno muestra su verdad, es honesto en el escenario y hay calidad, las personas lo aprecian”, añadió.
Morejón y Hernández fueron acompañados por destacados artistas como los bailarines contemporáneos Abel Rojo y Miguel Altunaga, este último exmiembro y coreógrafo de la prestigiosa compañía británica Rambert. También brillaron Claudia García, solista de la Ópera Estatal de Hungría; Yanier Gómez, bailarín principal de la Compañía Nacional de Danza de España; José Iglesias, solista del Ballet de Belgrado; Arianne Lafita, con una prolífica carrera en Europa, y la propia Zuaznábar, integrante del Béjart Ballet Lausanne.
El programa artístico combinó piezas clásicas del repertorio universal y obras contemporáneas cargadas de innovación y sensibilidad. Entre las selecciones más tradicionales, destacaron los pas de deux de El lago de los cisnes (segundo acto), La bella durmiente, Don Quijote, y Diana y Acteón. Estas joyas del ballet clásico fueron interpretadas con gran maestría, mostrando el rigor técnico y la expresividad que caracteriza a la formación cubana.
En contraste, las piezas contemporáneas ofrecieron un abanico de emociones y creatividad. Entre ellas sobresalieron Love Fear Loss, del coreógrafo brasileño Ricardo Amarante; Memoria, una obra de Miguel Altunaga; y Libertango in love, del italiano Vittorio Galloro. Abel Rojo presentó The audition, mientras que Manantial, de Raúl Reinoso, fue creada especialmente para Catherine Zuaznábar. Esta última pieza, cargada de simbolismo, exploró el viaje introspectivo de la intérprete hacia sus raíces, evocando reconciliación e identidad.
