El son cubano rumbo a ser patrimonio de la Unesco
Entre las 68 candidaturas que se debaten por estos días en Nueva Delhi, India, se alza el son cubano como propuesta a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. El expediente, presentado en marzo de 2023, deviene una apuesta por rendir tributo a este género musical imprescindible de la cubanía.
Generaciones diferentes de cubanos dentro y fuera de la isla lo han abrazado más que como un ritmo, como una forma de vida, una expresión colectiva de su identidad. Aunque su proyección internacional se revitalizó a finales del siglo XX, gracias al proyecto Buena Vista Social Club, su origen se remonta a la época colonial, como resultado de un complejo proceso de transculturación en el que confluyeron herencias africanas, españolas y caribeñas. De esa fusión surgieron sus melodías, que invitan lo mismo a tararear que bailar. Se trata entonces de una propuesta sumamente arraigada a la cultura popular.
Desde 2012, el son ya cuenta con la declaración de Patrimonio Cultural de la Nación en Cuba, reconocimiento que respalda su profundo valor social, cultural y comunitario. A esta candidatura, se unen otras representaciones musicales como el joropo venezolano, ya inscrito, el konpa dirèk haitiano, el cuarteto cordobés de Argentina y la música y danza aymara de Moquegua, en Perú.
Por su parte, Cuba es uno de los países del Caribe insular con mayor número de bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, un reconocimiento que exige cumplir estrictos criterios de valor universal, autenticidad, integridad y planes de gestión.




