Puertas abiertas para el Ballet Nacional de Cuba

Por primera vez en su historia, la sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC) abrió sus puertas al público como parte de la iniciativa "Puertas Abiertas", un evento celebrado en el emblemático barrio de El Vedado, en La Habana. La actividad, organizada por la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, permitió a investigadores, historiadores del arte, arquitectos, miembros del cuerpo diplomático acreditado en Cuba y al público en general adentrarse en el interior de diez residencias históricas de la zona, entre ellas la del BNC.
La directora general del Ballet Nacional de Cuba y primera bailarina, Viengsay Valdés, junto al historiador de la compañía, Miguel Cabrera, fueron los anfitriones de este encuentro. En un ambiente distendido, los asistentes pudieron conocer detalles fascinantes sobre la historia del edificio que alberga la sede del BNC.
Se trata de una casa baja de tipo complejo con zaguán, construida en las últimas décadas del siglo XIX, específicamente en 1889. Esta información fue recopilada gracias a la investigación de la arquitecta Madeline Menéndez, autora del libro El Vedado. Tradición y modernidad en la arquitectura habanera, que incluye referencias a la sede del BNC, adquirida en 1943 por Laura Rayneri, promotora de la Sociedad Pro Arte Musical y madre del maestro Fernando Alonso.
El objetivo de esta iniciativa no solo fue mostrar la arquitectura y el patrimonio histórico, sino también destacar la importancia de la enseñanza de la danza en Cuba, que se imparte desde 1928 en el Teatro Auditórium, hoy conocido como Amadeo Roldán. Este legado formativo continúa vigente en las aulas de la sede del BNC, donde se forjan nuevas generaciones de bailarines.
Durante el recorrido, los visitantes tuvieron acceso a distintos espacios de la residencia ubicada en la calle Calzada, como el patio central, los salones de ensayos —conocidos como el salón blanco y el salón azul— y la oficina de la dirección general de la institución. Este último espacio guarda un significado especial, ya que fue el lugar de trabajo durante décadas de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, figura emblemática de la danza cubana. Hoy, con el mismo ímpetu, Viengsay Valdés continúa dirigiendo desde allí los destinos del Ballet Nacional de Cuba.
Este evento no solo permitió a los asistentes adentrarse en la historia y la arquitectura de un edificio emblemático, sino también conectarse con el legado cultural y artístico que representa el Ballet Nacional de Cuba, una institución que sigue siendo un pilar fundamental de la danza en América Latina y el mundo.
Foto: Prensa Latina