El Ballet Nacional de Cuba cumple 76 años de arte, tradición y excelencia 

Redacción Exce…
28 October 2024 1:42pm
Ballet Nacional de Cuba

Fundado el 28 de octubre de 1948, el Ballet Nacional de Cuba (BNC) celebra hoy su 76 aniversario con una nueva edición de su festival internacional, reafirmando su legado como una de las instituciones más reconocidas del arte danzario en el mundo. Esta compañía, nacida entre desafíos económicos y sociales, ha conseguido trascender fronteras y convertirse en un emblema cultural de Cuba. 

La primera función del entonces Ballet Alicia Alonso tuvo lugar en el antiguo Teatro Auditórium —hoy Teatro Amadeo Roldán— con un elenco inicial compuesto por artistas de distintas nacionalidades. La elección del nombre no fue casual: se aprovechó el prestigio de la célebre bailarina cubana Alicia Alonso, quien, junto a su esposo Fernando Alonso y su cuñado Alberto Alonso, se propuso construir una compañía de ballet en un contexto adverso. Esta "trilogía Alonso" no solo enfrentó la escasez económica y el desinterés gubernamental, sino también los prejuicios sociales de la época, que consideraban al ballet un arte elitista y ajeno a la realidad cubana. 

El proyecto atrajo inicialmente a varios bailarines amigos del Ballet Theatre (actualmente American Ballet Theatre) de Estados Unidos, donde los Alonso habían trabajado. Sin embargo, los bailarines extranjeros pronto tuvieron que abandonar la isla para retomar contratos en el exterior, lo que dejó a la joven compañía en una situación crítica. La falta de una cantera local de artistas evidenció la necesidad urgente de crear un centro de formación profesional para garantizar la continuidad del proyecto. 

En junio de 1950, los Alonso fundaron una academia de ballet que sería el germen de la futura escuela cubana. Con recursos propios y el apoyo de una pequeña subvención estatal, Fernando Alonso lideró la creación de un modelo pedagógico único. Esta metodología combinaba principios científicos con la experiencia artística acumulada por los fundadores, generando una identidad estética propia que llamó rápidamente la atención de expertos internacionales. 

El reconocimiento oficial de la escuela cubana llegó en los años 60, cuando críticos de renombre señalaron su capacidad para competir con las cinco grandes escuelas europeas —la italiana, francesa, danesa, rusa e inglesa—. Esta consolidación fue fruto de una profunda reflexión artística y del trabajo incansable de los Alonso, quienes lograron una fusión entre la tradición clásica y el temperamento cultural cubano. 

El triunfo de la Revolución en 1959 marcó un punto de inflexión para el Ballet Nacional de Cuba. Los Alonso encontraron en el nuevo contexto un aliado que permitió la integración del arte con la educación. Se creó un sistema académico que combinaba la formación artística y escolar, garantizando la preparación integral de los futuros bailarines desde la adolescencia hasta la adultez. Además, el ballet se convirtió en una expresión cultural que llegó a los rincones más apartados del país. 

Durante esa década, las primeras generaciones de bailarines formados bajo este nuevo modelo sorprendieron al mundo en los prestigiosos concursos internacionales de Varna, Bulgaria, los más antiguos en la disciplina. La destacada participación de Cuba consolidó al ballet de la isla como una potencia emergente en la escena global. Fue también en este período cuando la compañía adoptó su nombre definitivo: Ballet Nacional de Cuba. 

El BNC ha acumulado prestigiosos galardones a lo largo de su historia. Entre sus momentos más memorables se destacan las participaciones en los Festivales Internacionales de Danza de Francia, en 1966 y 1970, donde obtuvo el Grand Prix de la Villa de París, junto con premios individuales para varios de sus jóvenes bailarines. Estos éxitos marcaron el inicio de una tradición de excelencia que ha perdurado hasta hoy. 

En la actualidad, la compañía sigue asombrando por la juventud y la maestría de sus bailarines, capaces de combinar la técnica clásica con la vitalidad y el espíritu criollo. Esta particularidad otorga una nueva dimensión a las obras del repertorio tradicional, enriqueciendo la interpretación y dotándola de un sello inconfundible. 

Bajo la dirección de Viengsay Valdés, discípula directa de los fundadores, el Ballet Nacional de Cuba mantiene su compromiso con la calidad artística. Desde 2016, la compañía lidera el Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, cuyo nombre honra a la fundadora y prima ballerina assoluta. Esta edición del festival, que se extenderá del 28 de octubre al 10 de noviembre, contará con la participación de artistas de más de 15 países, consolidando a La Habana como un epicentro del arte danzario mundial. 

La gala inaugural será protagonizada por el BNC, que compartirá posteriormente el escenario con otras compañías y bailarines internacionales. Esta cita cultural no solo celebra el aniversario de la institución, sino que también refuerza su compromiso con el intercambio artístico y el diálogo cultural. 

El Ballet Nacional de Cuba ha sido más que una compañía de danza: es un símbolo de la identidad cultural del país. En reconocimiento a su impacto en la historia y el arte de la isla, el gobierno cubano lo declaró en 2018 como Patrimonio Cultural de la Nación. 

Hoy, a sus 76 años, el BNC sigue siendo un referente del ballet en América Latina y el mundo. Con un pie en la tradición y otro en la innovación, la compañía trabaja por preservar el legado de los Alonso mientras se proyecta hacia el futuro, manteniendo vivo el espíritu que la vio nacer en aquel modesto escenario del Teatro Auditórium. 

Back to top