Pelota Vasca, pasión que resucita en Santiago de Cuba

En un centro recreativo de Santiago de Cuba, un instructor intenta rescatar una vieja pasión nacional venida a menos: la pelota vasca. Desde hace unos años, el profesor Orlando Regueiro se ha dedicado a captar talentos en edades tempranas para enseñarlos a amar esta disciplina, en otra peculiar manera de reinventar a Santiago en sus 500 años.
No es fácil. En la Tierra Caliente solo existe un frontón, y ni siquiera cumple con las medidas internacionales de 30 metros. Tampoco abundan las pelotas, raquetas y demás implementos de tan vigorosa disciplina, aunque sobran las ganas de aprender y la fuerza de los pelotaris locales, cuyos remates podrían sacudir el repello del verde muro.
“Nosotros entrenamos con mucho sacrificio, pues los recursos escasean y tenemos apenas una cancha, de 20 metros. En La Habana, por ejemplo, hay 216 canchas de todas las medidas y el desarrollo de sus atletas es impresionante. A pesar de esto, nuestros muchachos mantienen un alto nivel y competimos de tú a tú con ellos”, afirmó este maestro, cuyo gran sueño es crear una escuela santiaguera de pelota vasca.
La práctica de este deporte en Cuba se remonta a 1881, cuando existía una sociedad de jugadores vascos, navarros y franceses en La Habana que celebraban partidos cada vez más populares y concurridos. Según las crónicas de inicios del siglo XX, la pelota vasca arrastraba mucho público, apostadores en su mayoría, que deliraban con los duelos en el Frontón Jai Alai -el mítico Palacio de los Gritos de la calle Concordia-, y en otras instalaciones, como La Bombonera, feudo de las mujeres pelotaris.
Macala, Emilio Eguíluz, la Eibarresa, Pistón, Ituarte, Amuchástegui y Urtiaga fueron algunos pelotaris emblemáticos en Cuba, que quedó huérfana de héroes en pelota vasca hasta 2002, cuando el habanero Waltari Augusti se coronó en Pamplona, gracias a una gracia adquirida en su Cerro natal, y a los “piñazos” con que castigaba la pelota.
Sin embargo, hace más de una década Cuba no tiene un pelotari de tal renombre, y el profesor Regueiro trabaja para acabar con esa sequía. Entre los alumnos que entrena en el reparto Vista Alegre hay potencial para soñar con medallas a nivel regional y quizás mundial, aunque los sueños se persiguen paso a paso. Por lo pronto, este año debutará la pelota vasca en los Juegos Escolares Nacionales, y los pelotaris de Santiago de Cuba están listos para hacer también su regalo al medio milenio de su ciudad.