Pablo Lafargue, el yerno santiaguero de Carlos Marx

Cuando el escritor cubano Alejo Carpentier, Premio Cervantes, fallecía repentinamente en su apartamento de París, el 24 de abril de 1980, dejaba sobre el escritorio, las primeras cuartillas de lo que sería su próxima novela: Verídica Historia, basada en la vida de Pablo Lafargue, que quedaría inconclusa. En torno a la máquina de escribir, se agrupaban varios libros y documentos que Alejo consultaba relacionados con el protagonista de su futura novela.
Sobradas razones tuvo Carpentier para inspirarse en la figura de Lafargue. Este ilustre cubano fue una notable personalidad que vivió intensamente en el vórtice del movimiento revolucionario europeo, y un intelectual y político de ideas avanzadas que logró, con ímpetu y audacia propias de su origen caribeño, situarse en pensamiento y acción, a la vanguardia de lo más progresista de su tiempo.
Pablo Lafargue Armagnacnació en Santiago de Cuba el 15 de enero de 1842. Fue discípulo y compañero de Carlos Marx, además de su yerno, cuyas ideas abrazó, sufriendo por ello persecución y presidio. Descendía de un judío francés y de una mulata haitiana instalados en la ciudad oriental luego de escapar de la violencia en la vecina Haití, en tiempos de la rebelión anticolonialista. Su padre, Francisco Lafargue, colono procedente de Lousiana, se asentó en esa ciudad, donde contrajo matrimonio con Ana Virginia Armagnac y se dedicó con éxito, al cultivo del café. Pablo fue el único hijo de la pareja, y su genealogía refleja el mestizaje: nieto por vía paterna de una mulata haitiana y por la materna de una aborigen cubana; sus abuelos, Jean Lafargue y Abraham Armagnac, eran franceses.
En su ciudad natal, el joven Pablo recibió una excelente educación, que completó al viajar a Francia con sus padres, y culminar el bachillerato. Estudió medicina en las Universidades de París, y de Londres. Por esta época, perfiló su formación política, al encontrarse con las ideas positivistas de Comte, los textos de Kant, Feuerbach, Darwin, Blanqui, Bakunin, y los pensadores socialistas Fourier y Proudhon.
En la capital inglesa devino asiduo visitante de la casa de Carlos Marx. «El muchacho empezó a encariñarse conmigo, pero pronto traspasó el cariño del padre a la hija», escribió aquel a su amigo Federico Engels. Se trataba de Laura, con la cual Lafargue formalizó relaciones en 1866.
Carlos Marxno solo halló en el cubano a un yerno que haría feliz a su hija, sino también a un colaborador inteligente y capaz que interpretó con fidelidad su obra. Fue, además, el primer diputado socialista en el Parlamento francés. Después de la muerte de su suegro, en 1883, continuó teniendo un papel de primer ordencomo organizador, propagandista y teórico del socialismo.
Durante la celebración en 1889 del Congreso de la Internacional Socialista, fue adoptado por iniciativa suya, el Primero de Mayo como jornada de reivindicación obrera a escala mundial.
El 25 de noviembre de 1911, instalados en Draveil, (afueras de París), padeciendo los achaques de la vejez, y convencidos de que habían vivido lo suficiente, Pablo y Laura se suicidaron de común acuerdo, luego de haber pasado una espléndida tarde.
Ante sus tumbas, durante el sepelio, hablaron personalidades tan relevantes como Jean Jaurés, líder socialista francés, y un revolucionario ruso exiliado, de nombre Vladimir Ilich Ulianov, más conocido por el seudónimo de Lenin.
Lafarguefue periodista y editor de reconocidas publicaciones, y escribió varios libros, entre ellos El derecho a la pereza, uno de los más difundidos de la literatura socialista mundial, solamente superado en ese aspecto por el Manifiesto comunista, de Marx y Engels.