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Museos de artes de Cuba y EE.UU. estrenan colaboración (+ Historia de la Bienal de La Habana)

alina
12 May 2015 12:08am
Museos de artes de Cuba y EE.UU. estrenan colaboración (+ Historia de la Bienal de La Habana)

Con la apertura de una exposición titulada Ruido salvaje, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y el Museo de Artes del Bronx, Estados Unidos, estrenarán en La Habana un proyecto de colaboración.

Lea aquí: Registro Bienal: Aniversario 30

La información completa de la Bienal de La Habana aquí

El título proviene de un verso del poeta francés Víctor Hugo, según explicó la curadora cubana Corina Matamoros.

Un total de 96 obras de 54 artistas se exhibirán en el edificio de Arte Universal,como punto de partida del primer intercambio museológico que emprende la entidad cubana con una institución extranjera.

De acuerdo con Matamoros, la etapa inicial comprende esta exposición de obras permanentes y el año próximo el Museo del Bronx, ubicado en la ciudad de Nueva York, acogerá una muestra de los tesauros cubanos.

El proyecto incluye un intercambio entre especialistas, curadores y artistas de ambos centros culturales, así como un encuentro académico previsto para fines del venidero mes de junio en esta capital.

Las colecciones del Museo del Bronx tienen que ver con la vida de los habitantes afroamericanos en Nueva York y especialmente en la heterogénea comunidad del Bronx.

De acuerdo con la directora ejecutiva de la entidad, Holly Block, el museo fue fundado en 1974 en medio de una situación económica complicada en la cual las personas sentían la necesidad de tener un centro de artes que les representara.

Por eso la ciudad es tan importante para el museo y todos nuestros proyectos están enfocados en esa necesidad, alegó.

De Cuba, la institución neoyorkina eligió al artista Humberto Díaz para viajar al Bronx a fines del próximo verano y vivir allá unos dos meses, a fin de crear un grupo de obras.

El propio Díaz decidió no llevar nada preconcebido, sino esperar el momento para trabajar a partir de las vivencias en el lugar y aseguró que le interesa dialogar con la gente.

La XII Bienal de La Habana, del 22 de mayo al 22 de junio, acoge la exposición Ruido salvaje como uno de sus sucesos, afirmaron organizadores del evento considerado el más importante de las artes plásticas en Cuba.

Registro Bienal: Aniversario 30

Por: Clotilde Serrano 

Este mayo La Habana acogerá nuevamente la Bienal, con el notable antecedente  que, desde la primera en 1984, ya suman treinta años. El acontecimiento en todo su devenir ha eludido las normas del mercado del arte para asumir retos más comprometidos como: la interrelación con el público, la apuesta por el goce estético y el dar cabida a un arte emergente que no se limita a los tradicionales espacios de galerías y museos.

En apenas dos meses la propuesta curatorial de esta Duodécima Bienal denominada  “Entre la idea y la experiencia” tendrá  emplazamientos claves de la ciudad como escenarios de las artes visuales más contemporáneas. La idea, estará dada en la posibilidad de imbricar las más disímiles disciplinas artísticas en función de  nuevas percepciones de la visualidad, mientras la experiencia, se centrará en la concepción primordial del evento: la posibilidad de socializar la cita e involucrar de manera activa no sólo a creadores sino al público.

1984: El Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam convoca la primera edición. La mirada se focaliza hacia los países de Latinoamérica y el Caribe, y abrió la posibilidad de que los creadores del área se expresaran en temas como la tradición y la contemporaneidad, los desafíos del hombre, su memoria, y la interrelación entre arte y vida urbana.

1986: El encuentro amplía su espectro también a los países de Asia, África y Medio Oriente. Al igual que en el primero, sin una propuesta curatorial definida, la cita propició la reflexión y estudio de la creación en regiones subvaloradas para la concepción artística occidental. Legitimar el arte emergente y brindarle un espacio en un evento inusual hizo que la mirada de críticos y especialistas se desviara hacia la Isla y comenzaran a tener en cuenta la producción artística de estos nuevos horizontes creativos.

1989: “Tradición y contemporaneidad” sería el eje curatorial de la Tercera Bienal tras el cual se abordaría la complejidad del multiculturalismo. El arte popular se expresó de forma paralela a  la obra de creadores con un reconocimiento merecido y es esta cita  la que da inicio al evento teórico, acompañamiento imprescindible de las sucesivas ediciones. Al encuentro  no ser competitivo en esta edición, se redujo el número de participantes lo que propició el intercambio creativo.

1991: La Cuarta Bienal coincide con el Quinto Centenario del Encuentro entre Culturas lo que hizo posible centrar el discurso expresivo en temas como el colonialismo y el neocolonialismo, desde la perspectiva de los desafíos de la creación. Minorías étnicas tuvieron  espacio para mostrar sus obras. La arquitectura se tuvo en cuenta como elemento imprescindible de la visualidad. La reunión del Comité Internacional de Museos de Arte Moderno coincidió con el evento y resultó también una posibilidad de intercambio.

1994: El eje curatorial de la Quinta Bienal estaría marcado por el tema “Arte, sociedad y reflexión”. El “período especial” en Cuba tuvo un reflejo en el encuentro. Marginación, migraciones, entrecruzamientos culturales fueron temas recurrentes para artistas invitados y del patio. El evento alcanzaba, a pesar de las difíciles condiciones en que tuvo lugar,  un prestigio sin precedentes y muestras de solidaridad llegaron  para que se mantuviera como cita.

1997: Tres años volverían a mediar para la celebración de la Sexta Bienal habanera. La sistematicidad bianual desde hacía dos ediciones se había visto interrumpida por las condiciones económicas del país. “El individuo y su memoria” sería el tema central del encuentro que promovió repasar lo acontecido en nuestras regiones y discursar sobre el cuerpo humano, la evocación a la historia del hombre, su sentido de pertenencia y el rescate de elementos indispensables de su entorno.

2000: Irrumpe con  la Séptima Bienal de La Habana. El diálogo y las relaciones entre los seres humanos, influenciadas por las nuevas tecnologías de la comunicación, hicieron que este encuentro de 2000 reflexionara sobre las diferencias entre países pobres y ricos. Lo más significativo fue la intervención de los espacios públicos, tanto los más céntricos de la capital, como los de la periferia.

2003: Nuevos retos afrontaría la Octava Bienal. “Arte con la vida” fue su premisa. La idea de conquistar nuevos espacios públicos para hacer llegar la creación a un contacto más directo con el espectador se consolido en esta cita. Los proyectos de inserción urbana en Alamar y en la ciudadela La California, de Centro Habana y la participación activa de estudiantes del ISA caracterizaron, entre otras acciones, esta edición.

2006: Las problemáticas de la ciudad y la cultura caracterizaron nuevamente  la Novena convocatoria que bajo el postulado de “Dinámicas de la cultura urbana” (2006) siguió extendiéndose a barrios  y a centros de mucha afluencia: como terminales de ómnibus y trenes, escuelas y hospitales, como forma de que el arte irrumpiera en las dinámicas cotidianas del individuo.

2009: La Décima Bienal coincidió con el aniversario 25 del evento y expondría como idea medular: “Integración y resistencia en la era de la globalización”. El criterio curatorial fue el de la incidencia del desarrollo tecnológico en la comunicación  y las dinámicas de la cultura urbana. Se retomaron una vez más los espacios públicos, y crecieron las exposiciones colaterales en galerías y museos como complemento del evento.

2012: “Prácticas artísticas e imaginarios sociales” fue el lema que convocó a artistas de diversas latitudes en la Oncena Bienal.  La intención de llevar el arte a la calle para el disfrute de todos se mantuvo como acertada experiencia. Las intervenciones en concurridas avenidas, plazas, e incluso exteriores de edificios públicos sorprendieron al transeúnte habitual, que disfrutó de esa fiesta de imágenes y color que por varios días inundo la ciudad. El Proyecto LASA del habanero municipio de la Lisa se consolido en sus propuestas, mientras que “Detrás del Muro”, ubicado en una gran franja del Malecón, bajo la curaduría de Juan Delgado, dio la posibilidad de integrar las piezas en esa zona tan concurrida de la capital. Las intervenciones de artistas de reconocimiento internacional,  como Marina Abramovich, Hermann Nitshs y Gabriel Orozco, dieron un relieve especial a esta edición.

Para la celebración de la Duodécima Bienal ya se anuncian  cuatro grandes exposiciones. La mayor se titula Zona Franca y radicará en el complejo cultural Morro-Cabaña, mientras en el Pabellón Cuba de la capital se desarrollará el proyecto Entre, dentro, fuera, que cuenta con la participación de creadores de Estados Unidos, Bulgaria, Canadá y Cuba. Otra propuesta atractiva será Estado sólido, una obra perteneciente a un colectivo de artistas entre los cuales aparece al laureado cineasta cubano Fernando Pérez, Premio Nacional de Cine 2007. Ese proyecto vincula la música y la realización audiovisual, en consonancia con el diálogo interdisciplinario propuesto por la Bienal.

El propósito esencial de la cita de 2015 será la exposición de los procesos de trabajo en el arte, marcada en pleno siglo XXI por la colaboración. Por esa razón, el evento involucra a científicos, músicos, arquitectos, bailarines, profesionales de diversas especialidades.

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