La verdadera historia de las autos antiguos en Cuba
Los viejos automóviles que aún ruedan por las calles del país son un símbolo para el turismo internacional y guardan un parte poco conocida de la historia local, que rescata y aspira a difundir el Club de Autos Antiguos A lo Cubano.
El presidente de ese grupo fundado hace 13 años en la capital cubana, Alberto Gutiérrez, dijo que en los últimos años y con el actual boom turístico, los automóviles viejos están tomando el lugar que se merecían.
“Nos hemos criado viéndolos rodar como algo cotidiano. A veces no nos damos cuenta que son un patrimonio del país y hasta un legado familiar con valor histórico y cultural”, valoró el dueño de un Chrysler Windsor de 1957.
Muchas personas en el mundo consideran como un “museo rodante” los autos de las décadas de 1950 y 1960 que todavía se mantienen funcionando en la isla caribeña.
Orlando Morales es un apasionado de los coches antiguos y uno de los más conocedores de su historia en Cuba.
“La gente se sorprende por el estado de conservación que tienen los automóviles del Club, pero un tiempo atrás no teníamos ni líquido de freno y le echábamos agua con jabón o detergente a las bombas”, rememoró.
Relatos de ese tipo serán incluidos en un libro que se apresta a concluir Morales sobre “la verdadera historia de los automóviles en Cuba”, con tres tomos, un total de 850 páginas y 3.000 fotografías, adelantó.
Hasta el 1 de enero de 1959, el automóvil que más se vendió en este país fue el Chevrolet, que representaba 24 por ciento del parque automotor. En segundo lugar estaba el Ford, con 13 por ciento; y en tercer lugar, se alzaban los Buick.
“Esa es la causa de que se conserven tantos Ford y Chevrolet”, detalló.
El Club
Todos los primeros domingos de cada mes, Morales asiste a las actividades de A lo Cubano. En estas reuniones es común ver a toda la familia, también se organizan cumpleaños colectivos, paseos a la playa o al campo, exhibiciones, desfiles…
En estos años se han realizado 12 carreras, denominadas Rally, además de competencias de habilidades de conducción, concursos de vestuario de época y selección de “autos joyas”, es decir, los mejores conservados.
El Club ha dado su apoyo a organismos estatales en actividades recreativas como el cierre y apertura del verano, o los carnavales.
“Los autos nuestros han participado en películas, tanto cubanas como extranjeras, en series y programas de televisión, en documentales… Todos estuvimos en Rápido y furioso (la octava parte de la serie hollywoodense filmada en La Habana)”, contó.
Además, indicó que “viene mucho turismo que quiere ver cómo ha hecho la gente de Cuba para mantener autos con más de medio siglo, e incluso algunos ya tienen 100 años”.
Morales precisó que los pilotos inscritos pagan una cuota mínima mensual para cubrir los gastos de las actividades en grupo y hay empresas como Castrol que los apoyan.
Cuentan con un boletín de informaciones y un sitio web.
Ellas también manejan
Sonia Mirabal es una de las mujeres propietarias pertenecientes al Club. Su esposo es fanático de los carros antiguos y así fue como ella se adentró poco a poco en ese mundo.
Ahora participa en los Rally como copiloto y se confiesa también una amante de esas carreras. “Llevamos ya como 10 años, tal vez un poco más, asistiendo a los eventos. Aquí todo es como una gran familia”, indicó Mirabal.
Sonia calificó de su “gran amor” a un Ford de 1938, que conserva casi intactas sus piezas. Su hija también le sigue los pasos: “le encanta manejar y creo que continuará la tradición”, aseguró.
Desde los 14 años, Perla Ojeda maneja y lo disfruta. Con su Jeep Willys de 1947 participa desde hace tres años como piloto en los Rally. “Al principio, algunos estaban un tanto escépticos, pero la experiencia de año tras año me ha permitido ir subiendo en los lugares”, compartió.
Fundado el 4 de octubre de 2003 con solo 17 vehículos, el Club de Autos Antiguos A lo Cubano cuenta ahora con 120 autos inscritos, aunque en sus años de vida han pasado por la organización cerca de 450 carros (2016).