Entrevista con David Guilbault: El JP Chenet llega a Cuba

Luego de recorrer y ganar prestigio en más de 160 países, el vino JP Chenet en toda su gama llega a Cuba y comienza su periplo en la isla. El hotel Sevilla de La Habana acogió la presentación oficial de este producto, que ocupa el número veintidós en cuanto a reconocimientos mundiales.
El diseño de su botella, caracterizado por un cuello largo algo inclinado hacia la derecha, destaca la genuina intención de sus creadores de facilitar la comodidad a la hora de servir. El encuentro de presentación estuvo animado por las interpretaciones de “La nueva ópera Habana Clásicos”.
Presente en el lanzamiento, David Guilbault, embajador del vino JP Chenet para América Latina, ofreció en exclusiva a este medio sus consideraciones acerca de la importancia de comercializar el producto en Cuba.
¿Cuándo surge la idea de presentar el producto en Cuba?
-Es un placer para nosotros introducir la marca aquí, era un proyecto de hace más de 20 años y ahora lo hacemos con IPSA (Inversiones Pucara S.A.). La marca JP Chenet es una de las más famosas a nivel mundial, que se distribuye en 160 países. Básicamente, el concepto es presentar al consumidor una marca francesa joven y fácil de tomar, a un precio accesible.
Se trata de un producto con mucho éxito en Europa. ¿Sucede lo mismo en América Latina?
-Es un producto con una muy buena distribución en América Latina y el Caribe, por ejemplo en Venezuela, Panamá y también Colombia, donde tiene mucho éxito el vino rosado y espumoso.
¿Sobre qué bases estratégicas o de mercado decidieron ingresar a Cuba?
-Nos decidimos por Cuba porque las personas en este país se interesan cada vez más por los vinos. Entonces, como primer grupo de vino francés, había que ver lo que pasa en este mercado, comprobar si el producto gusta a los cubanos y fijar un precio accesible.
Hace poco más de ocho meses yo hice una primera visita a IPSA y ellos nos dieron la posibilidad de hacer la presentación del producto, algunas pruebas con diferentes tipos de consumidores aquí. Como la marca funcionó tan bien por la botella, que es un poco especial, y por la calidad del vino y los precios, entonces se inició el proceso de importación.