El arte de representar una estatua viviente

A simple vista se percibe lo complicado que debe ser para los actores el representar una estatua viviente. Trabajar ante un público nunca es fácil, mucho menos cuando se interactúa directamente y bajo las condiciones que exige este papel.
Por ello es importante fomentar una cultura de respeto y admiración hacia esas personas que se someten a tan difícil trabajo, que a su vez despierta curiosidad o simplemente una excusa para detenernos en nuestro andar.
Sobre las interrogantes de este mundo y sus interioridades responde Leonides Garzón Seijó, miembro del grupo Ojos Teatro, que desarrolla este modo de expresión del arte en la ciudad de Santiago de Cuba.
¿Qué características tiene este trabajo?
Un aspecto esencial es la concentración, algo muy difícil de conseguir y mantener cuando estás tanto tiempo metido en el personaje sin pausa alguna, con personas que pasan, hablan, se toman fotos e incluso tratan de tocarte.
¿Cómo es la preparación física y de actuación?
Primero se deben tener conocimientos de actuación y mimo que te permita representar diferentes personajes, sus poses y movimientos; por otro lado la parte física exige mucho sacrificio para poder lograr controlar el cuerpo. Yo le digo a mis amistades en broma que hacemos más ejercicios que los fisiculturistas. Trabajamos la respiración, fuerza, concentración, resistencia.
¿Qué es lo más difícil cuando estás en el personaje?
Sobre todo involucrarse con las personas en la calle, ya que existen distintos modos de pensar, de opinar y de accionar. A unos les gusta mientras a otros no tanto, hay quienes te tocan o están "encima" de ti todo el tiempo para ver si te mueves. Es algo difícil pero a la vez divertido (risas).
Anécdotas con el público
"Bueno podrás imaginarte que muchas, pero la más reciente fue en Plaza de Marte con una muchacha que estaba mirándonos hacía un rato, daba vueltas con curiosidad alrededor de nosotros y yo dentro de mi concentración me quedo mirándola fijamente. Al acercarse a depositar unas monedas, que es cuando nos movemos, se dio el susto de su vida: corrió, chocó con otras personas y fue algo que me sacó unos instantes de concentración. Tuve que construir de nuevo el personaje en mi interior."