Cuba rememora a legendaria bailarina rusa Ana Pávlova

alina
13 March 2015 11:21am
El Museo Nacional de la Danza de Cuba exhibe hasta fines del mes de abril una serie de documentos relacionados con la legendaria bailarina rusa Ana Pávlova, a fin de conmemorar los 100 años de su debut en esta isla. Un vestuario original, esculturas, óleos, programas autografiados por la diva, revistas y otras publicaciones que hablan de ella, integran la exposición abierta al público desde el pasado 13 de marzo. Ese mismo día además, el Ministerio de Comunicaciones de Cuba puso en circulación un sello postal que reproduce la imagen de la danzarina en una de sus interpretaciones. Pávlova estudió en el Ballet Imperial de San Petersburgo, compañía en la cual llegó a primera bailarina en 1906, y brilló con la misma categoría dentro del llamado Ballet Ruso de Diaghilev, reconocido como uno de los conjuntos artísticos más respetables de la primera mitad del siglo XX. Después, creó su propia compañía y con ella llevó la danza clásica a diversas partes del mundo, incluyendo la capital cubana. Como artista Pávlova fascinó también a otros bailarines, músicos, pintores, poetas y coreógrafos como Mijaíl Fokin, quien la incluyó en el elenco del estreno de una de sus más delicadas piezas, Las Sílfides. Según refería el coreógrafo, en esa obra la artista “volaba por el escenario”. Fokin creó para ella varios ballet, pero La muerte del cisne se impregnó de inmediato en la memoria histórica de la danza como la más exquisita miniatura coreográfica de principios del siglo XX y una de las interpretaciones más complejas y completas, por la fragilidad y la verosimilitud de su único personaje. La imagen poética del cisne herido que agoniza y muere trascendió gracias al ingenio del creador y a la espiritualidad de la danzante. El carácter de esta bailarina fue otro de sus “encantos” por lo extraño, quienes la conocieron la describen como nada modesta y bastante celosa de sus compañeros de baile y de los aplausos del público. Aún se desconoce por qué guardó el secreto del matrimonio con su representante, por varios años, y la muerte de la artista, demasiado temprana, ha sido descrita muy similar a la agonía de su cisne. Momentos antes del fallecimiento, a los 50 años de edad, producto de un resfriado, Pávlova susurró sus últimas palabras a quien la atendía: Prepara mi traje de cisne, dijo, y al poco rato murió. Curiosamente, en 1931, el año de fallecimiento de la rusa, una niña cubana llamada Alicia Alonso realizaría su debut artístico con La bella durmiente, el mismo ballet que había inspirado a Pávlova en su infancia a ser bailarina.
Back to top