Cuba a la espera del Ángel del Madrid

Puede haber caído, pero aún es un ángel: Raúl González Blanco, el legendario Ángel del Madrid, podría exhibir en La Habana el fútbol que le quede, si el New York Cosmos lo trae para el amistoso pactado con la selección nacional de Cuba, el 2 de junio.
En otro hito del actual proceso de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, el club donde culminaron su carrera Pelé y Beckenbauer recalará en el estadio Pedro Marrero, cuyas tribunas difícilmente den abasto para la ocasión.
No es para menos. Se trata del máximo goleador histórico de la selección española y una leyenda viva del Real Madrid, el club más mediático dentro del deporte universal. De hecho, es el madridista más famoso después de Alfredo DiStefano y antes de Cristiano Ronaldo. Ocasión única sin dudas…
Otros “merengues” famosos han pasado por Cuba, como Míchel Salgado e Iker Casillas, pero de vacaciones. Y si bien Raúl ya no es quien solía ser, como evidencia su militancia en un equipo de la segunda división estadounidense, a sus 37 años de edad le queda oficio, picardía, apetito de gol y un nombre que pesa un mundo.
Antonio Garcés, vicepresidente de la Asociación Cubana de Fútbol, informó sobre la visita, primera de un equipo profesional de Estados Unidos desde 1999, cuando los Orioles de Baltimore superaron al Cuba de béisbol en el estadio Latinoamericano.
Según Garcés, el Cuba utilizará este partido como preparación para la Copa Oro, el principal torneo de selecciones de la Confederación Norte Centroamericana y del Caribe de fútbol (Concacaf), en julio próximo.
Antes de enfrentar al Cosmos, los cubanos se enfrentarán a República Dominicana y Jamaica, el 25 y 29 de marzo, respectivamente.
¿Qué entrañará para Cuba la visita del Cosmos, amén de ver en acción a Raúl y otros famosos, como Marcos Senna? De entrada, la posibilidad de foguearse con un club que quizás no sea de elite, pero tiene historia y buen nivel. En segundo lugar, la posibilidad de llenar el Pedro Marrero. Con capacidad para 28 mil personas, el cuartel general del fútbol cubano apenas convoca a un reducido grupo de incondicionales, algo absurdo dada la fiebre de fútbol que parece contagiar a cientos de miles de cubanos, pendientes de las ligas europeas, pero indiferentes ante el torneo de casa.
A su vez, al césped ralo del Pedro Marrero, su vestuario e infraestructura le vendría bien algún arreglo, restauración o modernización. Dichos detalles serán tema de futuras reuniones de los representantes del once neoyorkino y las autoridades cubanas, que se han mostrado optimistas de cara a este incuestionable hito.
“El viraje del pasado 17 de diciembre es un paso grande, muy beneficioso para nuestro fútbol”, comentó el propio Garcés a corresponsales extranjeros, en alusión al anuncio del restablecimiento de las relaciones entre La Habana y Washington. “Estados Unidos tiene tremendo nivel en fútbol, por eso para nuestro equipo será una excelente preparación para la eliminatoria del Mundial-2018, en Rusia”, acotó el directivo.
El fútbol cubano dejó una imagen positiva en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe Verazcruz-2014, y se permite soñar con regresar a un Mundial, cita a la que solo asistió una vez, y fue hace 80 años.