Cuando a Varadero llegué...
(Tomado de Revista Excelencias Turísticas del Caribe y las Américas)
Aquel último bolero inolvidable Benny Moré lo tituló Conocí la paz y en su primera estrofa consagró la convicción de un credo muy personal: Cuando a Varadero llegué, conocí la felicidad.
Desde entonces, personas de todo el mundo hacen suya cada año aquella convicción y como feligreses de un rito que exige visitar por lo menos una vez en la vida su más sagrado lugar de peregrinación, acuden por millones a la mítica playa azul.
Llegan con la certeza de una cita con la felicidad, en busca de esa sensación de paz que inspiran sus aguas cristalinas y su fina arena blanca, la suave pendiente de su lecho que permite adentrarse sin riesgo en el mar y gozar con absoluta serenidad de un íntimo encuentro de amor.
Varadero acoge este año con sus mejores galas la Feria Internacional de Turismo de Cuba, en premio a su reconocido prestigio como uno de los mejores destinos de sol y playa del mundo, sin dudas una de las más bellas playas del Caribe, donde se abren nuevas y prometedoras ofertas para un turismo sano, seguro, divertido, que enriquece la calidad de vida del visitante.
Los últimos meses han revelado un intenso trabajo de remozamiento del entorno urbano del centro histórico de Varadero, un poblado fundado en 1883 por una sociedad de 10 familias de la vecina ciudad de Cárdenas, edificado expresamente para su fomento como centro de descanso y veraneo.
Medio siglo más tarde, a pesar de la crisis de 1930, ya la caprichosa lengüeta de la costa matancera, que se convierte en el punto más norteño de Cuba, gozaba de fama internacional por la calidad de sus balnearios y atraía la atención de hombres de negocios como el heredero del clan Dupont o bandoleros como Al Capone, enriquecido con el contrabando de licores a la sombra de la Ley Seca en Estados Unidos, la extorsión y el juego.
Los más de 20 kilómetros de playa de la costa norte de la península de Hicacos encontraban por fin su destino natural, después de que sus salinas fueran explotadas durante siglos y grandes zonas de bosques segadas para producir carbón.
Varadero tiene proyectado recibir este año un millón 300 mil visitantes y para ello cuenta con una de las mayores infraestructuras hoteleras del Caribe y un magnífico aeropuerto que le conecta directamente con el mundo. El destino dispone de unas 20 mil habitaciones, distribuidas en hoteles de cuatro y cinco estrellas, en su mayoría acogidos al sistema de “todo incluido”.
Son visibles en todas partes las obras de un proyecto multimillonario de inversiones que cuida del entorno natural. Se trabaja en la construcción de un nuevo sistema eléctrico soterrado, iluminación de las principales vías de acceso, renovación de las redes de suministro de agua y alcantarillado, asfalto de avenidas y calles, reparación de aceras y restauración de monumentos y edificios de viviendas.
FITCuba 2013 permitirá a los hombres de negocio visualizar el prometedor futuro que se avecina como parte de un plan maestro de desarrollo de mediano y corto plazo, que incluye dos nuevos campos de golf, una enorme marina y varios centros de recreación. Plaza América, el primer centro ferial y de convenciones en un área de recreo, totalmente remozado, exhibe nuevos equipamientos en todos sus salones.
Situado a 130 kilómetros al este de La Habana, Varadero tiene 30 km de extensión, de los cuales 22 km son de playas. Limita al norte con el estrecho de La Florida, al sur con la bahía de Cárdenas, al este con Cárdenas, al oeste con la cayería Sabana Camagüey.
Su población es de 26.680, de ellos 7.000 residentes permanentes y el resto población itinerante, que labora en el desarrollo del turismo. Por esas razones, en este exclusivo destino turístico el visitante entra en contacto directo con una genuina representación de la población cubana, un motivo de alto valor para quienes aspiran a conocer el país, su cultura y tradiciones.
Con un alto índice de repitencia, los principales emisores hacia este destino son Canadá, Alemania, Reino Unido, Rusia y Argentina. Siendo estos últimos los de mayor crecimiento sostenido a lo largo del año.
Por su parte, el turismo nacional continúa ganando espacio, y al cierre del pasado año experimentó un aumento de alrededor de 24%, por lo que ya no es extraño en cualquiera de los hoteles encontrarse a familias cubanas compartiendo las bondades de Varadero al lado de gente de todas partes, en una armónica relación.
(Tomado de Revista Excelencias Turísticas del Caribe y las Américas)
