¿Turismo religioso? Exploraciones y respuestas de un estudio cubano

El turismo con motivaciones religiosas es llamado turismo religioso y gana espacio en los últimos tiempos incidiendo en la formación de importantes núcleos receptores (Guadalupe, Lourdes, Roma, Luján y Jerusalén, entre otros) hacia donde viajan millones de personas en fechas señaladas. Existen ejemplos de promociones donde frases como “el turismo religioso nunca se agota” o “el turismo religioso sigue moviendo montañas” dan idea de su auge.
Sobre lo que se entiende como turismo religioso existe un debate que lo revela como un término paradójico. Según Ostrowsk (2002: 4) muchas personas están indignadas con el turismo religioso. Se plantea que “desde el punto de vista religioso, se trata de una invención lingüística rara que produce ambigüedad”. Sin embargo es utilizado de manera generalizada en la actividad turística internacional
Por revelarse como un concepto contradictorio el Estado cubano y sus órganos del turismo han sido cuidadosos al pronunciarse por el llamado turismo religioso.
Breve aproximación histórica
En un acercamiento histórico a los vínculos del turismo con la religión es necesario remitirse a los inicios del cristianismo, que a partir de su desarrollo institucional ha tenido la necesidad de convocar a importantes reuniones como los llamados concilios. En el año 325 - bajo el reinado del emperador Constantino - se convocó al primero de ellos; en esta ocasión una carta circular del emperador llama la atención cuando plantea: “... nos pareció, por muchos motivos, que es mejor que el Concilio se realice en Nicea de Bitinia, considerando la llegada de obispos de Italia y de otros lugares de Europa; dado al buen clima que hace en Nicea,...” (Concilios ecuménicos, en http://www.fatheralexander.org)
Se evidencian en la cita, por una parte, las condiciones climáticas y, por otra, las expectativas de personas que viajarán hacia el lugar con un interés en un tema específico -la religión- y propensos a desarrollar el intercambio. Si se examinan los requerimientos del llamado turismo de eventos de hoy en día, como un público involucrado con intereses similares y condiciones climáticas propicias, veremos que coinciden con los expresados hace cientos de años para aquella reunión de Nicea.
Dentro de los hechos más asociados a los antecedentes históricos del turismo tenemos las peregrinaciones religiosas que tomaron auge en la Edad Media. Para la orientación de estos viajes se utilizaban manuscritos que indicaban las rutas a seguir y sus características. Ya desde los siglos VI y VII los romanos se apoyaban para sus viajes en guías que recopilaban información sobre territorios sagrados, estos manuscritos han sido fuentes claves para la historia del turismo vinculado a la religión y son consideradas las primeras guías de turismo (Geo, 1999), (Burbrigge, 2006). La guía que más se destacó fue De Locis Santis realizada a finales del siglo VII que describe Jerusalén y los lugares santos.
Avanzado el Medioevo sobresale la obra del francés Aimeryc Picaud conocida como Liber Santi Jacobi o Codex Calixtinus, manuscrito de 225 páginas, dividido en 5 libros, debe este nombre a que el Papa Calixto II lo mandó a componer. Escrito en el siglo XII, la obra fue decisiva para la difusión del Camino de Santiago –una de las principales rutas europeas del turismo cultural y religioso de hoy- en especial su quinto libro el Liber Peregrinationis, Su promotora, la orden de Cluny –famoso monasterio de Francia- aparece según Burbridge como la pionera de las agencias de viaje de turismo en la historia. El peregrino encontraba en esta guía desde informaciones sobre vías de acceso y momentos aconsejables para viajar, hasta recomendaciones y advertencias gastronómicas sobre el engaño en la adulteración de vinos u otras ofertas gastronómicas en el camino: “guárdate de las frituras son un verdadero veneno” (Burbridge, 2006; 4).
Hoy en día las motivaciones de viajes y sus conexiones con la religión están relacionadas también con dos formas de intercambio: la motivación de viajar vinculada directamente a la fe y creencias religiosas, y la tendencia basada en el conocimiento secular de la religión. Estas formas pasan por las preferencias del viajero y son conjugadas de acuerdo al contexto sociocultural de que se trate, la mayoría de las veces se incluyen indistintamente dentro del llamado turismo religioso, lo que provoca una imprecisiónconceptual.
En realidad aún el debate alrededor de lo que es turismo religioso no ofrece – con nitidez – la distinción entre peregrinación, como motivación puramente religiosa del viaje, y la que no lo es; pero que se relaciona con el hecho religioso.
En general, si abarcamos las diferentes religiones, se estima que los centros de peregrinación recepcionan entre 220 y 250 millones de personas cada año, sin incluir actividades de semana santa y sus procesiones, que aumentarían considerablemente estas cifras (Hosteltur, dic. 2004: 30) A este turismo algunos le adjudican acontecimientos familiares, viajes para bautizos e iniciaciones y bodas. También tomaron importancia en los años del papado de Juan Pablo II los viajes por beatificaciones que multiplicaron el turismo religioso hacia la ciudad de Roma.
Existen estudios que incluyen en el turismo religioso otras festividades como romerías, recorrido por iglesias y actividades del arte sacro y artesanal, se coloca el turismo religioso en una posición intermedia entre la actividad esencialmente religiosa y la profana, atendiendo a las conductas que integran el deseo de alcanzar con su fe el lugar sagrado con el de conocer nuevos lugares, satisfacer la curiosidad e incluso divertirse. Por su parte Goiri (2004:25) cita autores que caracterizan al turismo religioso, no con la motivación propiamente religiosa, sino con aspectos de conocimiento religioso.
Para este autor es importante tener en cuenta los criterios de estudiosos como V. Smith en su trabajo: “Introduction. The Quest in Guest¨ y el estudio de G. Rinschede Forms of religious tourism. Este último enfoca el turismo religioso como el tipo en el cual sus participantes están motivados, ya sea parcial o exclusivamente, por razones religiosas. Aquí el grado de motivación no se define claramente, pero lo importante es que, dentro de estas variaciones, este tipo de turismo puede clasificarse como un subgrupo cultural de turismo, aunque con fronteras no limitadas. (Rinschede, 1992)
Se ha hablado de tres tipos de viajeros al respecto: el verdadero peregrino, que busca un milagro, una revelación en lugares sagrados o una respuesta de la persona que considera sacra, a este se le conoce como peregrino piadoso; el turista peregrino (o turista religioso), que en lugar de una devoción experimenta el sentido de identidad con sitios de significado histórico y cultural, este tipo de viajero pudiera atravesar un cambio inconsciente de peregrino a turista o viceversa; por último el turista secular, que viaja meramente por placer. De esta forma cada viajero, sea llamado peregrino o turista, comparte la misma infraestructura, actividades hoteleras, transporte y el comercio en general.
Smith (1992: 4) analiza un espectro de intereses que van desde lo sagrado a lo secular; entre estos dos extremos distingue una infinidad de combinaciones que representan las múltiples y variables motivaciones de los viajeros alrededor del fenómeno religioso.
Las reflexiones realizadas hasta aquí ayudan a precisar uno de los aspectos de atención desde la empresa turística cubana: dentro del llamado turismo religioso interesa el elemento de la herencia religiosa (tradiciones, festividades, arquitectura y otras manifestaciones ya secularizadas) viéndolo como un subgrupo de turismo cultural interesado en las exteriorizaciones socioculturales y artísticas de la religiosidad popular. Podría llamársele unturismo cultural sobre la religión o de herencia religiosa, sin otra pretensión que la de ajustar este estudio al turismo cubano.
Referencias:
- Bubrigge Horacio,(2006): “El turismo religioso: antecedentes y perspectivas” En http://www.latitud2000.com.ar/index.php?option=com
- Geo especial. Número 1, 1999: “Todos los caminos llevan a Compostela. Xacobeo 99. Revista. Editorial G y J España.
- Goiri Olatz, (2004): “Turismo religioso internacional en Cuba: La santería. Master Universitario Internacional en turismo y hostelería. Valencia. Material impreso, inédito.
- Hosteltur, (2004): La fe, una motivación turística. Nº 130, diciembre.
- Ostrowsk Maciej, (2002):“Peregrinación o turismo religioso”.
- Rinschede Gisbert, (1992): “Forms of religious tourism” Annals of Tourism Research, Vol. 19, pp. 51-67
- Smith Valene L. (1992):“Introduction. The Quest in Guest”. Annals of Tourism Research, Vol. 19, pp. 1-7.