La ciudad de Trinidad, un destino inigualable en Cuba

Prensa
19 May 2020 3:31am

Sin temor a equivocarnos podemos decir que la ciudad de Trinidad, en Cuba, es uno de esos destinos que el visitante no se puede perder. Muchas son las opiniones y calificativos que merece este singular lugar, y uno de ellos es ser el más bello de los museos a cielo abierto.

Un hermoso conjunto de calles y callejuelas empedradas, plazas, casas de materiales diversos, parques grandes y chicos, y su gente, cautivan y enamoran con tan solo una mirada a fotos y tarjetas postales, imagina cuando llegas y te atrapa su magnetismo: imposible desprenderse. 

Son muchas las ciudades cubanas que muestran una belleza única, sin embargo, la Ciudad Museo del Caribe, se sitúa en los lugares principales de la lista. Ser la mejor conservada de América, a lo largo de sus más de cinco siglos, es su carta de triunfo; y la hizo merecedora de ser declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad junto a su Valle de los Ingenios, en 1988.

Las calles trinitarias cuentan su historia, al igual que lo hacen esas edificaciones que atesoran realidades vividas a lo largo del tiempo: los museos. Allí son de obligada visita el Museo Romántico; el de Arqueología “Guamuhaya”; el de Arquitectura Colonial; el Nacional de la Lucha Contra Bandidos; el Municipal de Historia; la casa-museo de Alberto Delgado, en la finca Masinicú; la casa-museo de José Mendoza García (Pepito), y en la zona de Limones Cantero, la casa-museo del campesino Pedro Lantigua. 

TrinidadPlaza
Plaza Mayor de Trinidad

Todos ellos atrapan con el encanto típico del siglo en que nacieron. Sus antiguas fachadas o los interiores hermosamente decorados; las balaustradas de madera o sus colores, y ese andar tranquilo y seguro de quienes la habitan, hacen de Trinidad un lugar especial por el que desandan a diario cientos de visitantes, cubanos y extranjeros, ansiosos de volver a recorrerlas cuando regrese la “normalidad” que desde hace meses se ve interrumpida por la Covid-19.

Cuando todo pase, Trinidad, esa Ciudad Museo, volverá a llenarse de alegría, y quienes transiten sus calles volverán a admirarla y disfrutarla, a vivirla intensamente. 

 

 

 

 

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