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La Habana: Guardianes de historia y fortaleza

Redacción Exce…
01 October 2024 5:35pm
Torreón de la Chorrera

La Habana, con sus castillos y murallas, sigue deslumbrando a los visitantes que buscan sumergirse en la historia y la cultura. Cada rincón de la capital cubana, adornado con edificaciones coloniales, narra fragmentos de un pasado que ha sido cuidadosamente preservado.

Hoy, en una época donde los viajes culturales cobran relevancia, esta ciudad se presenta como un testigo viviente de fortificaciones que desafiaron el tiempo: El Morro, La Cabaña, La Fuerza, La Punta y el Torreón de La Chorrera. Estos monumentos no solo son vestigios del poder militar de antaño, sino también el reflejo del interés global por comprender el legado histórico de Cuba.

El Morro: Centinela de La Habana

Castillo de los Tres Santos Reyes del Morro

 

El Castillo de los Tres Santos Reyes del Morro se erige majestuoso en la entrada de la Bahía de La Habana, vigilando el mar desde lo alto de una roca. Aunque hoy los navegantes recurren a la tecnología moderna, la farola del Morro sigue guiando a las embarcaciones, como lo ha hecho desde el siglo XVI. Esta fortaleza, diseñada como defensa ante los ataques piratas, fue un proyecto ambicioso que tomó 40 años en completarse, desde 1589 hasta 1630, bajo la dirección del ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli.

Su estructura, de forma poligonal y rodeada de gruesas murallas, está ubicada a 40 metros sobre el nivel del mar. La historia recuerda con especial énfasis el asedio inglés de 1762, cuando las tropas británicas, tras una feroz resistencia, tomaron el control de La Habana. Este evento marcó un antes y un después en la historia de la ciudad, que cayó bajo dominio inglés por 11 meses.

El faro del Morro es otro símbolo distintivo. Con una torre de 10 metros de altura, ha pasado por distintas fuentes de alimentación a lo largo de los siglos: desde leña, pasando por aceite, acetileno y, finalmente, electricidad en 1945. La vista panorámica que ofrece esta fortaleza, combinada con su imponente historia, convierte al Morro en un destino imprescindible para cualquier visitante.

Castillo de la Real Fuerza: Fortaleza y arte

Castillo de la Real Fuerza

 

Más cercano al corazón cosmopolita de La Habana, el Castillo de la Real Fuerza es una de las construcciones defensivas más antiguas de América. Su edificación, ordenada por Felipe II en respuesta a los continuos ataques de piratas, comenzó en 1558 y finalizó en 1578. Este castillo se diferencia por su atmósfera relajada, ideal para disfrutar de una tarde contemplando el atardecer desde su cafetería o visitando las exposiciones de cerámica en su interior.

Lo que más destaca de este lugar es su relación con Doña Isabel de Bobadilla, esposa del gobernador Hernando de Soto, quien murió en una expedición en el río Misisipi. Bobadilla, quien esperó en vano el regreso de su esposo, dejó su huella en la historia de La Habana al supervisar el inicio de la construcción del castillo. La imagen de esta mujer quedó inmortalizada en "La Giraldilla", una figura de bronce que hoy es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad, situada en lo alto de la fortaleza.

La Punta: Fortaleza a orillas del mar

La Punta

 

El Castillo de San Salvador de La Punta, una pequeña pero estratégica fortificación, se alza directamente sobre la costa habanera. Construido entre 1590 y 1600, este bastión en forma de cuadrilátero jugó un papel crucial en la defensa de la ciudad. Aunque sufrió graves daños durante la invasión británica de 1762, fue reparado y adaptado con nuevas explanadas y cañones en el siglo XIX.

A lo largo de los años, La Punta ha sido testigo de las numerosas luchas por la independencia y, hoy en día, es un recordatorio tangible de las constantes amenazas que enfrentaba la colonia española.

San Carlos de la Cabaña: Bastión de la Revolución

San Carlos de la Cabaña

 

Dominando la vista de La Habana desde una colina, el imponente complejo de La Cabaña forma parte del Parque Histórico Morro-Cabaña. Esta fortaleza, iniciada tras la retirada de los ingleses en 1763, fue construida para consolidar el control español sobre la ciudad. Con un diseño de 700 metros de largo y un polígono de murallas y baluartes, se convirtió en la mayor fortaleza colonial de América.

A lo largo de su historia, La Cabaña ha desempeñado un papel fundamental en diversos momentos clave. Durante la Revolución Cubana, fue el lugar donde Ernesto "Che" Guevara estableció su oficina en 1959, transformando este espacio en un testimonio del proceso revolucionario. Hoy, alberga un museo de armas y eventos culturales, pero una de sus atracciones más populares es el "cañonazo de las nueve", una recreación diaria que rememora el disparo de cañones coloniales que antiguamente anunciaba el cierre de las puertas de la ciudad.

Torreón de la Chorrera: Vigía del Almendares

Torreón de la Chorrera

 

El Torreón de la Chorrera, ubicado en la desembocadura del río Almendares, fue construido en 1646 como parte de la defensa costera de La Habana. Su misión principal era evitar que barcos enemigos se aprovisionaran de agua dulce, una tarea vital en tiempos en que el control del agua significaba una ventaja estratégica. Al igual que otras fortalezas, La Chorrera sufrió graves daños durante el asedio inglés de 1762, pero fue reconstruida cuando la ciudad volvió al dominio español.

Este torreón, diseñado por Juan Bautista Antonelli, hijo del arquitecto del Morro, se inspiró en las torres defensivas españolas. Aunque su rol militar terminó hace mucho tiempo, hoy La Chorrera es un atractivo turístico, ubicada junto al popular restaurante 1830, donde los visitantes pueden disfrutar de una vista privilegiada y una experiencia gastronómica inigualable.

Las fortificaciones de La Habana no solo cuentan la historia de una ciudad que resistió ataques y desafíos a lo largo de los siglos, sino que también representan el alma misma de Cuba, un país que ha sabido preservar su pasado mientras avanza hacia el futuro. Desde El Morro hasta La Cabaña, cada una de estas fortalezas es un viaje al corazón de la historia de la isla, un testimonio de la importancia de La Habana como bastión colonial y ahora, como un destino turístico cultural de primer nivel.

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