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La Habana cumple 500 años

alina
02 April 2014 6:01pm
La Habana cumple 500 años

La Habana arriba a sus primeros quinientos años de vida. Fue Pánfilo de Narváez, y no Diego Velázquez, quien se encargó de los trajines fundacionales del asentamiento originario de San Cristóbal de La Habana en los predios del cacique Habaguanex, pero sin fecha ni sitio exactos. Y esa es la causa de por qué La Habana no está este año como Trinidad, Camagüey y Sancti Spíritus, en las celebraciones del medio milenio de existencia.

Fue Pánfilo de Narváez, el segundo en la empresa de la conquista, y no Diego Velázquez y Cuellar, el Adelantado y Gobernador, quien se encargó de los trajines fundacionales del asentamiento originario de San Cristóbal de La Habana en los predios del cacique Habaguanex, pero sin fecha ni sitio exactos, no hay onomástico para posible celebración. Y esa es la causa de por qué La Habana no está este año como Trinidad, Camagüey y Sancti Spíritus, en las celebraciones del medio milenio de existencia.

Tampoco lo habrá alrededor del segundo asiento de la villa, que debió ocurrir entre 1516 y 17, en el curso medio o superior del río Casiguaguas o La Chorrera —hoy Almendares— y  por lo tanto los capitalinos tendrán que postergar las ansias de festejos del medio milenio para el 16 de noviembre de 2019 que, convencionalmente, se ha adoptado como cumpleaños de la capital desde 1969, asumiendo esa fecha de 1519 como la del tercer y definitivo asentamiento citadino junto al Puerto de Carena, aunque pudo haber ocurrido entre 1518 y el 21 como parte de un proceso de traslado paulatino.

Pero si es tan imprecisa la fecha fundacional de La Habana como villa, no lo es la del nombramiento de la Virgen de Nuestra Señora de Regla, en 1714, como “Patrona del puerto, la dársena y los pueblos ribereños” y de ese acontecimiento está La Habana cumpliendo trescientos años, tres siglos de haberse estrenado su color azul porque esa ciudad debe la tonalidad celeste y marina a esa capa azul panton 72 que cubre a la Virgen de Regla. Su santuario había sido estrenado en Guaicanamar 27 años antes, el 3 de marzo de 1687 y en torno a él creció un poblado que, con el paso del tiempo se convertiría en una pequeña ciudad portuaria e industrial ultramarina respecto a la vieja San Cristóbal.

La virgen negra, llamada “Virgen africana” o “Virgen Libia” en algunos sitios de España como Chipiona, donde también es patrona, había sido ponderada por el Padre San Agustín el africano, uno de los teóricos más importantes de la corriente filosófica católica llamada Patrística, en los inicios del Medioevo; “Reina del mar y los navegantes”, es uno de sus epítetos, pero en Cuba, en el sincretismo con la Regla Ifá-Osha, de origen yoruba, lucumí y nigeriano, se le conoce también como Yemayá y en la costa noreste de Brasil, “Yenmanyá”.

Su patronato sobre el puerto y el pueblo de Regla, es reconocido por la tradición popular, por ello, muchas monedas de todo tipo descansan en el fondo de la bahía tras varios siglos de la tradición de ofrendársela a la virgen, y esto ocurre cotidianamente por viajeros de las lanchas que surcan la rada entre La Habana, Regla y Casablanca y por disímiles de personas que aprovechan el muro del Malecón para su descanso o el “maleconcito” de Regla junto al Emboque.

Septiembre es su mes, coincidente con el de la Patrona de Cuba, la Virgen mambisa de la Caridad del Cobre, y para entonces, año tras año, el santuario de Regla se colma de devotos y visitantes expectantes y tras la misa católica, parten los cabildos africanos, ejemplo convincente de la cultura mestiza que forja esta nación. Regla o Yemayá es la misma para los cubanos y especialmente para los habaneros. La imagen africana de la Virgen María o la eterna enamorada de Shangó.

Sin embargo, el proclamado patronato de esta señora sobre “los pueblos ribereños del puerto” no se cumple con Casablanca, donde la Virgen mariana que le sirve de patrona es la del Carmen, con su fecha el 15 de julio, “la virgen de los pescadores”, que coincide con Cojímar, el poblado cercano unos 5 kilómetros al este y que inmortalizó Ernest Hemingway con su novela El viejo y el mar.

También hay que decir que más allá de los motivos religiosos, el azul de La Habana ha quedado refrendado en otros símbolos y motivos. Así lo refleja el Escudo de armas dispensado a la ciudad en 1665 cuyo color de fondo es ese en clara referencia al puerto, tono mantenido en sus dos versiones posteriores, la última, de fecha tan reciente como 1938.

La bandera de la ciudad es también de color azul y es este color  una constante de  equipos beisboleros capitalinos como el Club Almendares, fundado desde mediados del siglo XIX y existente hasta 1961 como parte de la Liga Profesional de Béisbol de Cuba. Y desde 1963, ya con 51 años a cuestas, el inspirador Industriales, considerado insignia de la Pelota Revolucionaria.

El Proyecto Identidad de la Capital, aprobado el 15 de enero de 2004, aprobó al color azul como uno de los símbolos de la provincia por tan larga justificación histórica, religiosa y cultural en general, definitivamente es azul el espíritu de La Habana y por ello se elevó a rango de símbolo al mismo nivel que el Escudo, la Giraldilla, el Morro, el FOCSA, la Catedral, el Hospital Hermanos Ameijeiras, el Capitolio, el Prado, la 5ta Avenida, la Calle 23, el Paseo de Carlos III, el río Almendares, la Fuente de la India…

Azul también uno de los tres colores nacionales y por ello, el patriotismo de los habaneros queda reflejado en él. La ciudad vetusta de cinco siglos a cumplir se sabe y se respira azul.

Con información de Cubarte

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