Inventiva culinaria no estatal honra nombre primigenio de Matanzas
Filete de San Severino es el calificativo del plato que gastronómicos cubanos por cuenta propia idearon para honrar desde la cultura culinaria el nombre primigenio de esta ciudad, fundada como San Carlos y San Severino de Matanzas hace casi 321 años.
Camarones, pescado de mar y aderezo con esencia de cerdo, se combinan presentados en forma de torres, para deleitar el paladar de quienes apuestan por la especialidad de la casa, en el restaurante romántico ubicado en la calle de Santa Teresa, entre Contreras y Milanés.
Hiram Rodríguez Cidrón, titular del establecimiento no estatal, explicó que los ingredientes del plato evocan algunas de las teorías que explican el origen del nombre de la ciudad erigida oficialmente el 12 de octubre de 1693.
Las productos, obtenidos del mar, representan a la simbólica bahía donde en 1510 aconteció el primer acto de rebeldía del cual se tiene constancia documental en Cuba, protagonizado por el cacique Guayucael y sus seguidores, contra la tripulación española dirigida por García Mexía, argumentó Rodríguez Cidrón.
El aderezo con esencia de cerdo recuerda la variante menos acertada, que debe el nombre a las matanzas de cerdos, acontecidas cuando almirantes y conquistadores se aprovisionaban en la región con carne de ese cuadrúpedo, para seguir viaje hacia América, agregó Hiram.
A su vez, el Filete de San Severino, evoca términos del calificativo original, recogido en el acta capitular de la ciudad, localizada a unos 100 kilómetros al este de La Habana, establecido entonces en tributo al rey de España Carlos II, y al Gobernador General de Cuba, Severino de Manzaneda.