Cuba cierra 2015 con un 17,3 por ciento de crecimiento en turismo receptivo

El año que culmina sometió al sector turístico cubano a constantes desafíos para enfrentar los volúmenes de visitantes internacionales, que en número de 3.521.000 y de todas partes del mundo, se disputaron el privilegio de visitar Cuba, sin las tensiones que aislaron a la isla por un poco más de medio siglo.
Los 161.174 estadounidenses que viajaron al país durante el año, caminaron por La Habana en agotadores, pero placenteros recorridos o en singulares autos americanos que con el nombre de “almendrones” forman parte irreductible de la imagen de la capital, que la distinguen del resto de las ciudades del mundo.
Con un cosmopolitismo único, La Habana, que no vivió el feroz proceso especulativo que arrasó valores insustituibles en otras grandes urbes de América; recibió a los visitantes, como una ciudad intacta.
Deteriorada, pero sustancialmente íntegra, vital y activa, una ciudad bulliciosa y alegre que pese a sus carencias y dificultades, reta día a día, al proceso de su salvaguarda consciente.
Junto a la capital de todos los cubanos, otras ciudades patrimoniales: Trinidad, Sancti Spíritus, Camagüey, Bayamo, Santiago de Cuba, Baracoa, Remedios; engalanadas y auténticas con más de quinientos años, también recibieron a los miles de visitantes que colmaron los hoteles y pequeños hostales privados o “casas particulares” que ofertan confortables alojamientos con afable trato personalizado.
Para los turistas que visitan La Habana, el pasado siempre está presente. Parece que la ciudad está detenida en el tiempo y atrapada en sus circunstancias. Paradójicamente, la falta de recursos materiales y financieros, han contribuido a que este patrimonio histórico, haya llegado hasta ahora sin mayores modificaciones. La impronta del pasado aparece en cada calle, cada esquina, en sus edificios, parques, baches y ruinas, que claman por la reconstitución.
Los resultados turísticos del año recién concluido, son plausibles y meritorios pese a las dificultades que se han presentado. El clima de distensión entre EE.UU. y Cuba, incentivó el crecimiento de las visitas a la Isla de turistas procedentes de todos los mercados emisores, así se muestran en el cuadro siguiente.
Cuadro 1. Llegada de visitantes internacionales a Cuba en 2015 (*)
It. |
Origen de los visitantes |
2014 |
2015 |
% crec. |
1 |
Canadá |
1.175.077 |
1.300.022 |
10,6 |
2 |
Alemania |
139.136 |
174.951 |
25,7 |
3 |
Estados Unidos |
91.254 |
161.174 |
76,6 |
4 |
Reino Unido |
123.910 |
155.388 |
25,4 |
5 |
Francia |
103.475 |
138.213 |
33,6 |
6 |
Italia |
112.076 |
137.258 |
22,5 |
7 |
España |
77.099 |
107.150 |
39,0 |
8 |
Mexico |
82.820 |
105.308 |
27,2 |
9 |
Venezuela |
78.839 |
94.899 |
20,4 |
10 |
Argentina |
68.849 |
85.162 |
23,7 |
|
Cubanos residentes en exterior |
361.228 |
390.412 |
8,1 |
|
De otros países |
588.982 |
671.969 |
14,1 |
|
TOTAL |
3.002.745 |
3.521.906 |
17,3 |
(*) Cifras preliminares.
Sin embargo, en este escenario de bonanza y avidez por visitar Cuba, unido a permisos para decenas de nuevos vuelos comerciales, arribos de cruceros y constantes visitas de ejecutivos, altos funcionarios políticos y hasta presidentes y santidades; el sector turístico cubano ha enfrentado este crecimiento del turismo internacional conviviendo, como siempre, con lastres como la ausencia de recursos materiales y financieros, la dualidad monetaria, la poca inversión extranjera directa, la descapitalización y el deterioro de la planta hotelera por la falta de insumos básicos y las restricciones comerciales impuestas por el gobierno estadounidense.
Cuba continuará con el proceso de actualización de su modelo socioeconómico, y seguirá demostrando su habilidad estratégica y flexibilidad táctica, mientras convierte las crisis en oportunidades.
El levantamiento de las medidas restrictivas impuestas, desde hace más de cincuenta años, permitirán conservar los impresionantes logros sociales reconocidos, aprovechando el potencial de un capital humano altamente calificado con herramientas para usar sus talentos de manera productiva, hasta que toda la economía, es decir, la industria, la agricultura y los servicios se tornen más competitivos.
El Ejecutivo de los Estados Unidos y el Congreso deben aprovechar el proceso de reformas económicas que ha emprendido Cuba, como una única oportunidad en interés nacional estadounidense y dirigirse a la isla con el realismo y la confianza que, según la nación norteña plantea, los caracteriza.
En esta coyuntura global, Estados Unidos debe unirse a la comunidad internacional para el desarrollo verdadero y sustentable que los tiempos y la misma historia están demostrando. El presidente Obama y el Congreso pueden facilitarlo, el año que recién comienza espera por ello.