Cuba y el arte de ganarse los frijoles sin moverse

Cuando por primera vez ví las "estatuas vivientes", allá en la Rambla de Barcelona, me quedé pensando que en Cuba, en mi Habana, sería bien difícil asumir esa profesión por el tórrido clima y la elevada humedad ambiente, que harían de esta actividad laboral un verdadero suplicio. A esto hay que sumar el carácter guasón de los cubanos, que no pararían en "mortificar" a las "estatuas" hasta logra sacarlos de la concentración.

Pues me equivoqué, La Habana, desde hace años tiene a un grupo de artistas de la inmovilidad, que han superado todos los pronósticos, manteniéndose imperturbables en medio de las situaciones más desquiciantes.

Pasada la novedad, los habaneros los aceptaron con naturalidad y les agradecen y admiran por los personajes que representan, caracterizados con complicados vestuarios y maquillajes que desbordan por su fantasía.

Admirados y queridos por todos, hay personajes muy simpáticos como el Pistolero del Oeste, el Caballero de París, el Minero, el Violonchelista, el Faquir Levitador, el Personaje Colonial  y el Pirata, que por  estos días se extrañan por su ausencia en las calles del Centro Histórico de la Capital.

Sin dudas, cuando todo pase, retornarán los artistas de la inmovilidad, pues no importa cómo te ganes los frijoles, siempre y cuando sea de manera honrada y si puedes, con estilo.

Nota: Fotos Rolando Pujol