Expertos escogen las joyas arquitectónicas de La Habana

Un equipo de expertos de La Habana ha culminado un exhaustivo estudio para identificar y valorar los tesoros arquitectónicos y urbanísticos de la ciudad, muchos de los cuales no habían recibido hasta ahora el reconocimiento o la protección legal que merecen.

Esta iniciativa, impulsada por profesionales de la Sociedad de Arquitectura de La Habana (SOCA) y la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), no solo busca resaltar el valor patrimonial de estas obras, sino que también podría servir como modelo para otras regiones del país.

El proyecto, que comenzó a finales de 2023, fue liderado por el Doctor en Ciencias Abel Tablada de la Torre, profesor titular de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría.

Según explicó Tablada, la idea original surgió de los arquitectos Margarita Marín, José Raggi y José M. Iparraguirre, este último fallecido, quienes propusieron promover la declaración de Monumentos Provinciales y Municipales en línea con la nueva legislación vigente. Además, la iniciativa busca fomentar recorridos culturales y turísticos, así como la creación de empleos más allá de los tradicionales.

Norman Medina, presidente de la Comisión de Paisajismo de SOCA, estuvo a cargo de coordinar esta compleja investigación, que inicialmente se centró en 30 obras consideradas las más significativas por la calidad de su diseño. Sin embargo, el estudio se amplió para incluir un total de 63 obras de arquitectura y 12 de urbanismo, clasificadas en diversas categorías y tipologías. Tras un minucioso análisis, se seleccionaron siete joyas principales y 30 destacadas, que representan lo más sobresaliente del patrimonio habanero.

Entre las siete joyas principales se encuentran emblemáticas construcciones como el Capitolio Nacional, el Edificio Bacardí, la Universidad de La Habana (con su icónica Colina Universitaria), el Edificio Focsa, el Centro Gallego (hogar del Gran Teatro de La Habana), el Cementerio Colón y la Escuela Nacional de Arte. Estas obras, reconocidas por su valor histórico y estético, son consideradas pilares de la identidad arquitectónica de la ciudad.

La lista de las 30 obras destacadas incluye lugares tan diversos como el Paseo del Prado, el Parque Central, el Hotel Nacional de Cuba, el Cabaret Tropicana, el Castillo de los Tres Reyes del Morro, el Palacio de los Capitanes Generales, la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, el Hotel Habana Riviera, la Heladería Coppelia, la Quinta Avenida, la Plaza de la Catedral y el Coliseo de la Ciudad Deportiva. También figuran en esta categoría la CUJAE, el Edificio López Serrano, el Palacio Presidencial (actual Museo de la Revolución), el Palacio de las Convenciones de La Habana, el Teatro Nacional de Cuba, el Edificio Seguro Médico (MINSAP), el Restaurante Las Ruinas, el Castillo de la Real Fuerza, el Hotel Habana Hilton (hoy Habana Libre), el Palacio Aldama del Monte y la Estación Central de Ferrocarriles.

El recorrido por estas joyas arquitectónicas se completa con la Casa de Schulthess, la Plaza de Armas, la Iglesia y Convento de San Francisco de Asís, la Catedral y Seminario de San Carlos, el Malecón y la Avenida del Puerto, el Palacio del Centro Asturiano, el Edificio Radio Centro (que alberga el ICRT y el Cine Yara) y la Plaza Vieja. Cada una de estas obras representa un capítulo fundamental en la historia urbana de La Habana, combinando estilos arquitectónicos que van desde el colonial hasta el modernismo.

Este estudio no es el primero en su tipo. En 1997, la UNAICC ya había seleccionado las Siete Maravillas de la Ingeniería Civil Cubana, entre las que destacan el Acueducto de Albear, el Sifón bajo la bahía del alcantarillado de La Habana, la Carretera Central, el Edificio FOCSA, el Túnel de la bahía de La Habana, el Puente de Bacunayagua y el Viaducto de La Farola. Estas obras, consideradas hitos de la ingeniería nacional, complementan el panorama del patrimonio construido en Cuba.

La iniciativa de SOCA y UNAICC no solo busca preservar el legado arquitectónico de La Habana, sino también revitalizar su importancia cultural y turística. Al otorgar a estas obras el estatus de Monumentos Provinciales y Municipales, se espera no solo protegerlas para las futuras generaciones, sino también integrarlas en rutas turísticas que contribuyan al desarrollo económico de la ciudad. Este esfuerzo colectivo de arquitectos, ingenieros y académicos demuestra que, más allá de su belleza, estas construcciones son testigos vivos de la historia y la identidad de Cuba.