Un día entre la historia y el mar: descubriendo el encanto natural de La Habana

Redacción Exce…
08 September 2024 10:54am
Playas del Este

Despertar en La Habana es una experiencia que mezcla historia, cultura y una vibrante energía urbana. Para los huéspedes del INNSiDE Habana Catedral, cada mañana trae consigo la promesa de tener al alcance una ciudad cargada de recuerdos arquitectónicos, plazas coloniales y una vida social que parece no descansar, según recuerda Meliá Hotels International en su blog. Sin embargo, cuando la sed de explorar va más allá de las calles adoquinadas de La Habana Vieja, las opciones de aventura no tardan en presentarse.

Tras varios días disfrutando de lo mejor que ofrece la capital cubana —desde los paseos en coches antiguos por el Malecón hasta las visitas a museos y galerías, pasando por noches llenas de música en los bares y discotecas locales— el deseo de un cambio en la rutina turística se impone. Aunque la ciudad siempre tiene algo nuevo que ofrecer, a veces el alma pide una conexión más directa con la naturaleza. Hoy es uno de esos días.

El plan inicial es sencillo: buscar algo al aire libre, que permita un respiro lejos del bullicio citadino, pero sin alejarse demasiado de la urbe. Después de revisar las opciones, la decisión se reduce a dos destinos: la comunidad ecológica de Las Terrazas, con sus frondosos bosques, ríos cristalinos y senderos de montaña, o las Playas del Este, un conjunto de arenales cercanos donde la brisa del mar y los deportes acuáticos prometen una jornada de tranquilidad y diversión.

Finalmente, el mar gana la partida. La proximidad de las Playas del Este y la comodidad de sus servicios inclinan la balanza a su favor. La elección recae sobre Playa Santa María, una de las siete playas que conforman esta franja costera a escasos kilómetros de La Habana. Playa Bacuranao, Playa Mégano, Playa Boca Ciega, Playa Guanabo, Playa Jibacoa y Playa Trópico completan la lista de opciones, cada una con su propio encanto, pero Santa María destaca por su cercanía a hoteles, tiendas y la oferta de deportes acuáticos.

Con el GPS marcando el rumbo, el trayecto no lleva más de 30 minutos desde el corazón de la ciudad. Para los que no dispongan de un coche de alquiler, un taxi puede ser la opción más práctica y económica. Al llegar, la vista de las arenas blancas y el azul intenso del mar es suficiente para confirmar que la decisión ha sido acertada. Aunque Jibacoa, con sus extraordinarias opciones de buceo, estuvo a punto de ser el destino final, el plan de relajarse en la playa bajo una sombrilla resulta más tentador para esta ocasión.

Instalado cerca de un hotel, el día transcurre entre el suave murmullo de las olas, la caricia constante de la brisa y la comodidad de una tumbona alquilada. No faltan los mojitos, acompañados de un tentempié ligero en uno de los bares cercanos, mientras el horizonte marino se extiende sin fin. Las aguas tranquilas y las actividades acuáticas —que se pueden contratar en los hoteles de la zona— añaden un toque de dinamismo a la jornada, sin romper la sensación de serenidad que inunda el ambiente.

Es fácil dejarse llevar por el ritmo pausado de la playa, pero mientras el día avanza, los pensamientos comienzan a volar hacia nuevas aventuras. Las imágenes de ríos caudalosos, rutas de senderismo y la posibilidad de deslizarse en tirolinas entre los árboles de Las Terrazas empiezan a asomar en la mente. La naturaleza, con su aire fresco y sus paisajes vivos, parece llamar a la siguiente escapada.

En La Habana, la historia y la cultura son los primeros anfitriones que reciben a los visitantes, pero no son los únicos. La cercanía a paisajes naturales como el mar y las montañas permite que la experiencia de explorar la capital cubana sea mucho más diversa de lo que inicialmente podría parecer. Desde una caminata por los parques nacionales hasta un día de sol en las playas, la ciudad y sus alrededores ofrecen una combinación única que seduce a los viajeros en busca de nuevas emociones.

Así, mientras el sol cae lentamente sobre Playa Santa María, el viajero puede cerrar el día sabiendo que La Habana tiene aún muchas sorpresas guardadas. ¿Y quién dijo que no se puede combinar historia, cultura, naturaleza y playa en una sola visita a la capital cubana?

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