La magia colonial revive en el Hotel Memories Trinidad del Mar

Vitrales de llamativos colores, balaustradas ornamentadas, techos con tejas rojas y calles adoquinadas son solo algunos de los elementos que recrean la arquitectura colonial de la tercera villa de Cuba en el Hotel Memories Trinidad del Mar. Situado en la península Ancón, en la centro sureña ciudad de Trinidad, este hotel es una joya arquitectónica que evoca la rica historia y cultura de la región.

Raúl García Baltasar, director general del hotel, resalta con entusiasmo los elementos arquitectónicos que adornan la instalación, donde el color amarillo predomina en los exteriores. García Baltasar, quien asumió el cargo en enero de este año, subraya el compromiso del hotel con la preservación del medio ambiente, según informa PL. Destaca la disponibilidad de bicicletas para los huéspedes, fomentando así el senderismo y la conexión con la naturaleza.

El hotel también cuenta con una fuente en la entrada, habitada por una docena de jicoteas, que atrae la atención de grandes y chicos. Este pequeño ecosistema sirve como un recordatorio de la importancia del cuidado de la naturaleza y la biodiversidad.

Dentro del hotel, los visitantes pueden encontrar una réplica de la emblemática Plaza Mayor de Trinidad, con sus característicos galgos negros, la escultura central, bancas y verjas que la rodean. Las calles adoquinadas y los elementos coloniales transportan a los huéspedes a la Trinidad de antaño. El Restaurante 1514, nombrado en honor a la fundación de la ciudad, añade un toque histórico al lugar.

La Plaza Mayor original, ubicada en el centro histórico urbano de Trinidad, junto con el Valle de los Ingenios y la torre Manaca Iznaga, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1988. Este reconocimiento subraya la importancia histórica y cultural de Trinidad y sus alrededores.

García Baltasar no solo se muestra orgulloso de la herencia cubana, sino también de sus raíces en Guadalupe, Extremadura, España. Habla con cariño de esta región agrícola y ganadera, ubicada en la frontera con Portugal. Esta conexión con la agricultura se refleja en el hotel a través de un huerto ecológico donde crecen calabazas, ajíes, orégano, menta asiática y hierbabuena, entre otras plantas utilizadas en la cocina y en la preparación de cócteles.

El hotel cuenta con 241 habitaciones y ha demostrado una notable eficiencia económica desde su inauguración en 2001, inicialmente bajo el nombre de Brisas Trinidad del Mar. García Baltasar, quien ha trabajado cerca de dos años en el icónico Hotel Inglaterra en La Habana, también como director general, enfatiza su compromiso con la hospitalidad cubana.